De que la TV es un gran negocio no cabe duda alguna. Cualquiera sabe que se trata de una industria en la que cada vez m谩s se prioriza el aspecto comercial por sobre el rol social que los canales supuestamente deber铆an tener, en tanto ponen en circulaci贸n informaciones y relatos que condicionan sentido y opiniones. Dentro de ese sistema, masivo como ning煤n otro, tampoco parecer铆a merecer debate alguno se帽alar que Gran Hermano es el programa que mejor sintetiza la l贸gica televisiva: no hay idea m谩s cercana al entretenimiento y la b煤squeda del rating y anunciantes que la creaci贸n de John De Mol. En Gran Hermano, con excepci贸n de los televidentes que se embanderan detr谩s de cualquiera de los participantes, no se piensa en otra cosa que en facturar. Desde ese punto de vista, puede pensarse a Gran Hermano como hijo predilecto y natural de la TV actual.
Basta como prueba de esta afirmaci贸n un hecho que se suscit贸 en la finalizaci贸n de la s茅ptima edici贸n de la versi贸n argentina del formato, que el domingo 煤ltimo se emiti贸 por la pantalla de Telefe, con un promedio de 31,4 puntos. Ya 鈥渃onsagrado鈥 como ganador del certamen que en cada nueva edici贸n renueva su condici贸n de incomprensible fen贸meno, Cristian U. ingresaba a un estudio repleto de gente vitoreando su nombre, papelitos y emotiva m煤sica incidental ad hoc. La salida de la casa tras 131 d铆as de encierro 鈥搇a estad铆a m谩s larga en la historia local del reality show鈥 fundi贸 al ganador con varios de sus amigos en un 煤nico abrazo, que se bat铆a a puro salto. Hasta ese momento, nada extra帽o. El suceso que puso de relieve la naturaleza del formato lleg贸 cuando el muchacho vencedor se abraz贸 con su novia Mary. Mientras desde la producci贸n se intentaba completar el 鈥渃uadro emotivo鈥, la pareja de Cristian U. aprovech贸 la cercan铆a con el muchacho para darle un claro mensaje: 鈥淣o firm茅s nada con Telefe鈥, repiti贸, hasta que el micr贸fono fue silenciado y un desencajado Jorge Rial rompi贸 abruptamente el reencuentro que segundos antes anunci贸 como 鈥渓a imagen que deseaba ver鈥.
Ese desliz que se filtr贸 en la transmisi贸n 鈥搃mperdonable para el 茅xito de este tipo de productos que se esfuerzan en presentarse como 鈥減aternalistas鈥濃 desnud贸 el perverso dispositivo que Gran Hermano pone en marcha ante cada nueva edici贸n, en el seno mismo del reality show. All铆, en el momento de mayor audiencia 鈥揺l minuto a minuto marcaba entonces un pico de 34,3 puntos de promedio鈥, el ruego/afirmaci贸n de la novia del ganador pudo m谩s que cualquiera de los recursos televisivos que la producci贸n hab铆a preparado para imprimirle al final las dosis de emoci贸n y celebraci贸n a las que acostumbra el formato. El 鈥渟how鈥 hab铆a terminado.
鈥淟amento que no puedas disfrutar este momento por pensar en otras cosas鈥, recibi贸 a Cristian U. un Rial inc贸modo, ante el poder de la evidencia que se hab铆a escurrido. Es que en la TV, parece, tambi茅n se carga de sentido la estrofa que escribi贸 Joan Manuel Serrat en 鈥淓sos locos bajitos鈥: 鈥渁 menudo los hijos se nos parecen...鈥.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.