Nada para entusiasmarse. Todo empieza con el desánimo de un resultado cantado, y cuando Crónica TV se jacta de haber anunciado la postergación del cierre de urnas “once minutos antes que el resto†en placa roja, ya ni queda lugar para esa emoción módica de los comicios: el reloj de Canal 13 o el adelanto pÃcaro de algún dato de América. Cuando ya no quedaba nada para decir se abrió el juego de la protesta callejera por la espera en los colegios, ciudadanos que se perdieron el domingo de sol. Y los propios conductores pasaron la factura: “Un bochornoâ€, decÃa Mercedes Martà en Canal 9. “Nosotros llegamos tarde al canal porque nos demoramos en la votación.†Su compañera Nancy Pazos asentÃa con resignación: “Mi presidenta de mesa, una chica que yo conozco –argumentó–, se puso a llorar y me dijo: ‘No aguanto más la presión’â€. El protagonismo se lo llevaron la protesta y la denuncia, con breves intervalos a cargo de movileros para dar un dificultoso toque de color, a cuenta de los bunkers despojados, sin simbologÃa ni famosos. “Ahà están llegando las masitas para el té de las cincoâ€, describÃa Gisela Marziotta desde el Hotel Intercontinental que ofició de sede para Cristina K.
Cada canal se entusiasmó con lo que mejor domina, lo que históricamente más le rinde: Crónica TV saturó desde las 16 “el voto de los candidatos†en variantes austeras (Lavagna, López Murphy, Scioli) y accidentadas (con policÃa desmayado en el caso de Carrió o un empujón de movilero para Cristina). En América, la movilera profetizó una buena elección “de más de dos dÃgitos†para Francisco de Narváez (dueño de América), mientras Guillermo Andino cargó las tintas sobre su público mayoritario: “Es peligroso para la gente mayor: se ve hacinada en los colegios y debe retirarseâ€. C5N alertaba en mayúsculas sobre las “escuelas colapsadas†y definÃa al triunfante Scioli como “sapo de otro pozoâ€, pero Telefé ya le habÃa pasado la posta a El último pasajero de Guido Kaczka, donde –tal vez en alusión al comicio, o por azar– la prueba consistÃa en que los adolescentes cazaran sapos. Cerca de las 19 volvieron todos, en esfuerzo imposible por recrear algo de intriga (MarÃa Laura Santillán contó para atrás, América y el 9 plantaron relojitos), que en la mayorÃa de los casos desoyó la veda y la prudencia de los últimos años: todos menos Telefé –que optó por el podio de 1º Cristina/2º Carrió– retornaron a los porcentajes que se habÃan prohibido por ley. Andino siguió con su diatriba: “Les están cerrando la puerta en la cara en las escuelasâ€. “Nos merecÃamos otro tratoâ€, apuntó Teté Coustarot en el 9.
Ni siquiera hubo viñetas memorables como la del presidente de mesa coreano que no hablaba castellano en la última elección porteña: el apocalipsis módico se construyó en base a negatividad, ningún atisbo emocional que romantizara el acto cÃvico, sino una pesadilla que –según la escala– hizo perder la salida a las quintas o generó un ataque de nervios en el presidente de mesa de Puerto Madero que, cazado por un celular (novedad de Canal 13), dio trato particular a los votantes: “Basta, se van a cagarâ€. Otras postales dieron protagonismo a la mamá con bebé en brazos que llevaba una hora y media de pie (TN) y a promedios extraños que sacaron los movileros sobre el tiempo que se tomó la gente en el cuarto oscuro. Acostumbrado a relatar el sentimiento, Julio Bazán lo ponÃa en palabras grandilocuentes: “Ejercer el acto cÃvico se constituyó en un acto impiadosoâ€. Pasadas las 19.30, con el ballottage descartado por los boca de urna, los canales se aferraron al poco color de los pingüinos–manifestantes saludando frente al hotel con la manito en alto, como princesas de belleza. Cuando la Coalición CÃvica sostuvo la posibilidad de un ballottage, las transmisiones fueron a ese bunker en busca de carne fresca. Pero todo languidecÃa entre salones de sillas alineadas, sin caras conocidas. Se dijo: “Una enorme expectativa que va creciendoâ€, en el Intercontinental, donde las arañas y los monitores de plasma producÃan un combinado señorial-tecno. “Caras largas y preocupaciónâ€, arrojaron en lo de Lavagna. El último plano de la tarde se lo llevaron unos gordos en lo de CK, tal vez la nota extravagante de la jornada, enfocados como una rareza en el salón austero, sin logo partidista. Y ellos seguÃan: “Yo te daré una cosa que empieza con P, ¡Perón!â€.
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