No es secreto para nadie que Ju Dou (1990), primer éxito internacional de Zhang Yimou, era una versión no oficial de El cartero llama dos veces. AllÃ, el realizador de Esposas y concubinas reproducÃa, en plan de melodrama esteticista, el mismo triángulo de crimen, ambición y deseo de aquella célebre novela negra. Vuelve a hacerlo en su pelÃcula más reciente, cuyo tÃtulo en español es Sangre, simplemente sangre. No se trata, sin embargo, de una remake de Ju Dou sino de otra versión no acreditada del clásico de James Cain: Simplemente sangre, ópera prima de los hermanos Coen (1984). Estrenada en la edición 2010 de la Berlinale con el tÃtulo A Woman, a Gun and a Noodle Shop, en la Argentina Sony Pictures acaba de editar en DVD Sangre, simplemente sangre. Teniendo en cuenta que en ella Yimou reescribe como farsa chirriante lo que antes representó como tragedia, tal vez se trate –de parte del hombre que un par de años atrás puso en escena el fastuoso acto inaugural de las OlimpÃadas de PekÃn– de una forma de salirle al cruce a quien ose acusarlo de decadentismo burgués. Al ilustrar un célebre axioma del viejo Karl, Yimou demostrarÃa, en los hechos, que sigue siendo tan marxista como toda China, qué embromar.
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