En momentos de grandes movimientos populares se despiertan del letargo los cancerberos de la literatura de un paÃs y deponen al poeta emancipador. Deponen al poeta porque hace de su oficio el trabajo dedicado a la emancipación del humilde, el desplazado, el silenciado. En la mente de sus contemporáneos, trabaja una lengua peronista con capital simbólico de la cultura ilustrada. Esto es lo que no perdonan: que la vanguardia estética de un fraternal amigo de los años veinte en la revista MartÃn Fierro haya caÃdo en las manos de un cristiano primitivo, predicador del amor al pobre y al humilde de los sagrados evangelios en un gobierno nacional-popular. Callar al poeta, pero al poeta que quiere escribir por el destino desamparado de un pueblo sin leyes que velen por él.
Quizás, lo alcanzó una epifanÃa: una lengua ganada para la liberación de la masa oprimida. Una literatura ganada para la emancipación de un pueblo que en el momento de su derrumbe sabe que solo un acto de heroÃsmo lo salvará de la desaparición. Y asà va a expresarlo. Esta muestra es una conmemoración del poeta, del hombre que fue Leopoldo Marechal. Pero aún más un viaje en la memoria de sus combates fundamentales de palabra: Adán Buenosayres (1948), El banquete de Severo Arcángelo (1965) y la ya citada Megafón, o la guerra, además de sus trabajos ensayÃsticos en Cuaderno de navegación. Dejar hablar al poeta es también dejar que sus libros no ocupen el olvido en una época de excursiones apresuradas por el pensamiento polÃtico argentino.
* Filósofo, secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.