Mercurio tiene lo suyo. Y afortunadamente, sus gritos finalmente fueron escuchados: la Messenger parti贸 de la Tierra en agosto de 2004. Y tras largos seis a帽os y medio de viaje, lleg贸 a destino en la noche del pasado jueves 17, luego de completar una complicada y largu铆sima trayectoria en forma de espiral hacia el interior del Sistema Solar (que incluy贸 un fugaz e intencional sobrevuelo a la Tierra, dos a Venus, y tres al propio Mercurio, en 2008 y 2009).
Ahora, silbando bajito, y sin las estridencias de otras misiones espaciales, la Messenger (que adem谩s de 鈥淢ensajero鈥, es la sigla en ingl茅s de 鈥淢Ercury Surface, Space ENvironment, GEochemistry and Ranging鈥) ya est谩 c贸modamente instalada en una 贸rbita polar de doce horas en torno de Mercurio, un derrotero ovalado que en su punto m谩s cercano la aproxima a tan s贸lo 200 kil贸metros del planeta. Los cient铆ficos que controlan la misi贸n (desde el Laboratorio de F铆sica Aplicada de la Universidad John Hopkins, en Maryland, Estados Unidos), ya est谩n calibrando 鈥搈ediante 贸rdenes transmitidas por radio鈥 los instrumentos de la navecita de la NASA para lo que ser谩 el inicio formal de las operaciones, a comienzos de abril. Tras los merecidos brindis, gritos y festejos de hace unos d铆as, Futuro entrevist贸 al Dr. Sean C. Solomon, principal investigador de la misi贸n. Solomon es el director del Departamento de Magnetismo Terrestre del Carnegie Institution, en Washington. Y ha participado en otras grandes aventuras espaciales, entre ellas, nada menos que la exitosa Mars Global Surveyor (que orbit贸 al planeta rojo, Marte, entre 1997 y 2006). Veamos qu茅 nos cont贸.
鈥揇espu茅s de los breves sobrevuelos del Mariner 10, en 1974 y 1975, la comunidad astron贸mica quer铆a realmente enviar una sonda espacial para orbitar Mercurio. Pero la verdad es que no sab铆amos c贸mo lograrlo mediante los sistemas convencionales de propulsi贸n qu铆mica...
鈥揓ustamente. Y ese problema no se resolvi贸 hasta mediados de los a帽os 鈥80, cuando se comenz贸 a pensar en el uso de trayectorias m谩s largas y complejas, con m煤ltiples sobrevuelos a otros planetas para, mediante su 鈥渁sistencia gravitatoria鈥, acelerar las naves espaciales. No nos olvidemos que, por aquel entonces, la NASA utilizaba los transbordadores espaciales para lanzar sus misiones interplanetarias. Y el desastre del Challenger, en 1986, la dej贸 sin capacidad de lanzamiento por tres a帽os. Ya en los 鈥90, la NASA desarroll贸 un programa de misiones de bajo costo, pero la misi贸n a Mercurio no fue seleccionada.
鈥揚rincipalmente porque todav铆a no se hab铆an resuelto varios temas de tecnolog铆a de materiales y dise帽os t茅rmicos, cuestiones esenciales para cualquier nave espacial que pretendiera viajar a Mercurio, quedarse un tiempo en 贸rbita y sobrevivir.
鈥揚or empezar, Messenger est谩 protegida por un escudo muy resistente al calor, y altamente reflectivo. Ese escudo mide 2,5 metros de alto por 2 metros de ancho, y va fijado a un marco de titanio. El propio cuerpo de la nave est谩 revestido por una cobertura aislante multicapa. Y adem谩s tiene un sistema de radiadores que ayudar谩n a enfriarla. Por si todo eso fuera poco, elegimos una 贸rbita que limite su exposici贸n directa al Sol, y a la propia superficie del planeta, que irradia mucho calor al espacio: en cada 贸rbita de 12 horas, Messenger pasar谩 s贸lo 25 minutos sobrevolando de cerca la superficie de Mercurio. En conjunto esperamos que todo esto evite el recalentamiento de la nave y sus instrumentos.
鈥揝铆, todos esos episodios previos nos aportaron algunas instant谩neas de los din谩micos y complejos fen贸menos del planeta. Y tambi茅n muchas fotograf铆as, que nos ayudaron a definir zonas de especial inter茅s cient铆fico. Ahora, Messenger iniciar谩, por primera vez, un verdadero y profundo estudio global de Mercurio: examinar谩 su superficie, su interior, su d茅bil atm贸sfera, su campo magn茅tico y hasta las interacciones del planeta con el viento solar. Hay muchas preguntas por responder.
鈥揌ay cuestiones centrales, entre ellas, por qu茅 Mercurio es tan denso; cu谩l fue su historia geol贸gica; c贸mo se origina su campo magn茅tico; cu谩l es la estructura de su n煤cleo; y si hay, como se sospecha, agua congelada en el fondo de sus cr谩teres polares. Y eso s贸lo para empezar.
鈥揅laro, Messenger har谩 mucho m谩s que tomar im谩genes detalladas de Mercurio. Por eso, adem谩s de c谩maras, lleva varios instrumentos que examinar谩n la composici贸n qu铆mica de la superficie y de su d茅bil y cambiante atm贸sfera, y medir谩n en detalle su gravedad y campo magn茅tico, para conocer mejor su pesada estructura interna.
鈥揈sa es una de las preguntas centrales que queremos responder. Hay tres teor铆as que intentan explicar por qu茅 el n煤cleo de Mercurio es m谩s denso y rico en metales que el de los dem谩s planetas de tipo terrestre. Una dice que durante la formaci贸n del Sistema Solar, la zona m谩s pr贸xima al Sol, donde se form贸 Mercurio, era pobre en part铆culas livianas, pero rica en metales. La otra dice que, por entonces, el intenso calor solar vaporiz贸 buena parte de la capa m谩s externa de Mercurio, despoj谩ndola de elementos vol谩tiles, como el sodio y el potasio. La tercera teor铆a plantea que Mercurio sufri贸 el impacto gigante de otro cuerpo, que directamente le arranc贸 la corteza y parte del manto externo.
鈥揝铆, pero lo interesante es que cada una de ellas predice una diferente composici贸n qu铆mica de las rocas de la superficie.
鈥揈xactamente.
鈥揕a sonda lleva espectr贸metros de rayos X, ra-yos gamma, luz visible e infrarroja. En cada vuelta al planeta, esos instrumentos determinar谩n qu茅 elementos hay en la superficie, y as铆 podremos trazar detallados mapas qu铆micos y mineral贸gicos del suelo mercuriano. M谩s a煤n: vamos a hacer mediciones de la gravedad y la topograf铆a de todo el planeta, y los an谩lisis de esos datos nos dar谩n estimaciones finas del espesor de su corteza. En conjunto, todo esto nos permitir谩 entender mejor el origen de Mercurio, su estructura interna y su llamativa alta densidad.
鈥揂 diferencia de Marte y Venus, Mercurio s铆 tiene un campo magn茅tico. Pero no est谩 claro c贸mo funciona. Sobre esto hay dos ideas predominantes: tal vez se forme a partir de corrientes el茅ctricas, originadas en un hipot茅tico n煤cleo externo, parcialmente fundido, como ocurre en la Tierra. O tal vez se trate de un campo magn茅tico 鈥渃ongelado鈥 en la corteza de Mercurio, derivado de un primitivo campo magn茅tico originado en el n煤cleo, que funcion贸 durante los primeros tiempos del planeta, pero que luego ces贸. Para saber cu谩l modelo es el correcto, Messenger medir谩 muy especialmente la geometr铆a del campo magn茅tico, y as铆 sabremos espec铆ficamente d贸nde se origina.
鈥揕a misi贸n primaria se extender谩 por un a帽o. Calculamos que en ese tiempo podremos cumplir con los grandes objetivos cient铆ficos. De todos modos, todo el equipo de la Messenger ya est谩 planeando una posible extensi贸n de la misi贸n, para ver, por ejemplo, c贸mo el m谩ximo de actividad solar, previsto para 2013, afecta las din谩micas superficiales, atmosf茅ricas y magn茅ticas de Mercurio. Esperamos que la NASA est茅 de acuerdo, y podamos continuar las observaciones m谩s all谩 de este primer a帽o en 贸rbita del planeta.
鈥揗ercurio naci贸 y evolucion贸 a partir de los mismos procesos que dieron origen a los dem谩s planetas terrestres. Sin embargo, es muy raro: es bastante m谩s chico, mucho m谩s pesado, tiene una 贸rbita marcadamente exc茅ntrica, y una rara relaci贸n entre su veloz movimiento orbital y su lent铆simo movimiento de rotaci贸n. Adem谩s muestra una extraordinaria amplitud t茅rmica, entre el d铆a y la noche, en sus zonas ecuatoriales. Y hasta parece tener agua congelada en sus cr谩teres polares, algo que tambi茅n deberemos confirmar. No podemos decir que realmente conocemos los procesos que dieron forma al Sistema Solar hasta que podamos explicar un resultado planetario tan extra帽o como Mercurio. Y si lo logramos, tambi茅n habremos ganado un conocimiento a煤n m谩s profundo sobre la propia Tierra.
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