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Viernes, 16 de septiembre de 2016
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Revueltas organizadas

Los embates descarnados contra el taller de despenalizaci贸n del aborto en el colegio Carlos Pellegrini, el intento de bajar el protocolo ILE de la web del Ministerio de Salud y el escrache en formato de entrevista radial encubierta a integrantes del servicio Socorro Rosa anuncian un clima de 茅poca que pretenden colonizar los sectores conservadores antiderechos con ayuda medi谩tica.

Por Roxana Sand谩
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En menos de una semana, una arremetida feroz contra el derecho al aborto desde diferentes sectores, aunque focalizado en una impresionante cantidad de medios period铆sticos que encabezaron ese ataque, intent贸 amendrentar a docentes, profesionales y activistas que desarrollan hace a帽os talleres y estrategias sobre educaci贸n sexual integral y derechos sexuales y reproductivos, en innumerables casos salvando la vida de miles de mujeres de morir o quedar seriamente comprometidas por abortos inseguros. La cadena de embates nefastos recay贸 primero sobre el colegio Carlos Pellegrini y la charla de educaci贸n sexual y despenalizaci贸n del aborto que se realiz贸 a principios de mes, organizada por el centro de estudiantes y a cargo de especialistas de Nuevo Encuentro, agrupaci贸n a la que los medios hegem贸nicos siempre intentan bajarle el precio con malicia. Es reconocida la experiencia y el trabajo territorial que desarrollaron durante a帽os en centros de salud, conserjer铆as y en el hospital municipal de Mor贸n para atender y acompa帽ar a ni帽as, j贸venes y mujeres que cursaban embarazos no deseados, o en el asesoramiento sobre m茅todos anticonceptivos seguros y su provisi贸n. Desde ese espacio, Gabriela Cerruti sali贸 a decir hasta el calambre que se estaba vulnerando con crudeza el derecho a recibir educaci贸n sexual integral (ESI) en las escuelas. A prop贸sito, la Ley 26.150 que le dio origen cumple 10 a帽os en octubre. Toda una met谩fora.

Menos sutiles, los diarios dieron su versi贸n escatol贸gica del asunto titulando 鈥淓l colegio Carlos Pellegrini autoriz贸 una charla que foment贸 el uso de pastillas abortivas鈥 (Clar铆n). 鈥淣uevo Encuentro busca apoyo al aborto en alumnos del colegio Carlos Pellegrini鈥 (La Naci贸n). 鈥淢ilitantes K ense帽an a las j贸venes c贸mo hacerse un aborto鈥 (Infobae). Todav铆a est谩n empe帽ados en llevarse puesto al rector Leandro Rodr铆guez y a la profesora Perla Faraoni, que presenci贸 un tramo de la charla y no en calidad de moderadora a cargo de la exposici贸n, como pretenden sentar en el sumario que se les abri贸 a ambos en la UBA. Otra met谩fora: esta semana el rector de la Universidad, Alberto Barbieri, y la titular del Consejo Nacional de las Mujeres, Fabiana T煤帽ez, acordaron el trabajo conjunto para visualizar y dar un tratamiento transversal e interdisciplinario a la violencia contra las mujeres en todas las unidades acad茅micas de la UBA. Otra paradoja que fue sumando porotos al desprop贸sito, inflado por la baja violenta en la p谩gina web del Ministerio de Salud de la Naci贸n que sufri贸 el protocolo de Interrupci贸n Legal del Embarazo (ILE), en medio de voces antiderechos pegando manotazos hist茅ricos contra alumnas y alumnos que no deber铆an saber m谩s de lo que la moral recomienda, y clamando por una hoguera adonde arrojar docentes que promueven una masa cr铆tica de j贸venes involucradxs en espacios de formaci贸n y debate. Las autoridades universitarias deber谩n rever algunas estrategias: la carta firmada por 670 madres y padres del Pellegrini en repudio a la amenaza de sumario administrativo contra Rodr铆guez y Faraoni por la realizaci贸n de la charla sobre despenalizaci贸n del aborto defiende 鈥渓a libertad de expresi贸n y pensamiento que la escuela y la UBA deben garantizar junto con el cumplimiento de leyes como la ESI鈥. La m茅dica Viviana Mazur, madre de una de las alumnas que asisten a ese colegio, confirm贸 que las familias se unieron a respaldar el derecho a la informaci贸n. 鈥淨ueremos que nuestros hijos sean sujetos cr铆ticos, por eso los mandamos a esa escuela. Y el ejercicio del periodismo no debe pasar por encima de sus derechos.鈥 A Mazur, que integra el Programa de Salud Sexual y Reproductiva de la Ciudad, no le sorprende lo sucedido: 鈥淢e parece que hay un sector de la sociedad que est谩 queriendo pasar a la ofensiva para retrotraer avances en derechos sexuales y reproductivos. Esto lo tomaron como excusa. Pero tengo la sensaci贸n de que les sali贸 el tiro por la culata. Sin querer, ayudaron a que se sepa qu茅 es el misoprostol; abrieron la posibilidad de hablar de aborto en las escuelas y revelaron a su pesar que unas 300 mujeres mueren al a帽o por abortos inseguros.鈥

Se sabe, los tent谩culos a cargo del apriete se alimentan en nichos de un conservadurismo rancio y desde algunos sectores de la iglesia identificables hace d茅cadas -el mapa del universo mal llamado pro vida no se ha reciclado en demas铆a- que luchan por renovarse a trav茅s de un p煤blico aggiornado en las redes sociales, pero con base firme desde el oenege铆smo puro y duro, con cajas propias y aportes privados y empresariales, su principal combustible en un clima de 茅poca derechizado. El cronograma es sistem谩tico: el lunes 5, una periodista de la Radio AM550 de Neuqu茅n se comunic贸 con integrantes de la Colectiva Feminista La Revuelta haci茅ndose pasar por embarazada en una consulta que ocult贸 una entrevista encubierta y que estaba saliendo al aire, con una serie de comentarios que pretendieron ubicar el accionar del servicio Socorro Rosa en un lugar de ilegalidad, levantando sospechas sobre la seguridad del aborto con medicamentos. 鈥淟amentamos que una mujer periodista se haya prestado al juego del poder inventando un embarazo inexistente, lo cual muestra un profundo desconocimiento acerca de las necesidades, angustias, ansiedades, contradicciones y miedos que muchas veces trasuntan las mujeres en sus llamados y primeros contactos con nuestra l铆nea telef贸nica. Abortar es siempre una pr谩ctica compleja e intransferible, ojal谩 lo contemplara en su ejercicio period铆stico鈥, expres贸 Ruth Zurbriggen, de La Revuelta y Socorristas en Red, en conferencia de prensa. 鈥淣o practicamos ni facilitamos abortos. Damos informaci贸n y acompa帽amiento a quienes deciden abortar; cuidamos su salud y acompa帽amos sin cuestionamientos esa decisi贸n. No escondemos ni negamos lo que hacemos. Lo hacemos p煤blico, convencidas que actuamos all铆 donde el Estado y sus leyes restrictivas y criminalizadoras abandonan.鈥

Daniela Dosso, integrante de la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir, que trabaja en articulaci贸n con las Socorristas, remarc贸 que 鈥渆s preocupante la manera en que se ha tratado en los medios masivos de comunicaci贸n el tema de la legalidad del aborto. Se evidenci贸 la confusi贸n que tienen las y los comunicadores sociales respecto del tema y su legalidad. Los discursos no se separaron ni un cent铆metro del desconocimiento generalizado. No solo no aportaron a clarificar la realidad sino que han actuado interfiriendo en la relaci贸n m茅dico-paciente. Al afirmar a la audiencia que `el aborto es un delito`, no hacen mas que generar temor en aquellas mujeres que requieren atenci贸n de urgencia por un aborto en curso, y adem谩s obstaculizan el derecho a una interrupci贸n legal del embarazo.鈥

La trampa que se les tendi贸 a las Socorristas forma parte de un c铆rculo de baba que traz贸 el 鈥済ran diario argentino鈥 con dos perlas de antolog铆a, como lo fueron el editorial del inefable Ricardo Roa y la tapa donde se cuestiona el uso y la legalidad del misoprostol, aunque en el cuerpo de la nota debieron ajustarse a la documentaci贸n de la Organizaci贸n Mundial de la Salud (OMS), que recomienda esa droga como medicamento esencial para ser utilizado en interrupciones de embarazos. 鈥溌縌u茅 dir铆a usted si un grupo de activistas pol铆ticos autodenominado Mujeres, Tortas, Putos, Travas y Trans entra al colegio de su hijo para fomentar el aborto con pastillas?鈥 Por cierto, ya imaginamos lo que dir铆a 茅l. Fuerza reconocerlo, hace tiempo que el hombre hecha espuma por la boca cada vez que la consonante de sus desvelos aparece en cualquier actividad social o pol铆tica. Ah, Roa es el mismo que en 2007 public贸 鈥溌緼borto no y violaci贸n s铆?鈥, otro editorial sobre un pueblo de Jujuy que juntaba plata para que una chica violada pudiera viajar a Buenos Aires a hacerse un aborto. 鈥淧enalizados o no, los abortos se hacen igual. Son decenas de miles cada a帽o, clandestinos o casi y sobre todo inseguros: una de cada tres muertes maternas es por esa causa. La mayor铆a son mujeres humildes que no pueden o no quieren llevar adelante un embarazo. Y el debate verdadero no es a favor o en contra del aborto sino de despenalizar el aborto. A favor o en contra de que las mujeres decidan libremente si quieren abortar. O dicho de otro modo, que no sean forzadas a seguir un embarazo indeseado.鈥 Una pena, hace tiempo que el hombre no facilita claves para comprender otra realidad que la que va construyendo en sus p谩ginas, tan lejos de reflejar las inquietudes y los deseos irreversibles de una ciudadan铆a empoderada.

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