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Viernes, 14 de diciembre de 2012
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sociologia

El gobierno de la sangre

Gabriel Gatti es soci贸logo y familiar de desaparecidos. As铆 se define apenas comienza su libro Identidades desaparecidas. Peleas por el sentido en los mundos de la desaparici贸n forzada, editado por la Untref y Prometeo Libros. Su trabajo, dice, se enuncia desde un lugar singular: sus tripas. Y desde all铆 habla, piensa, conmueve. Es un texto marcado por la sensibilidad concreta y la potencia abrumadora de la figura del detenido-desaparecido.

Por Laura Rosso
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Gabriel es hijo de Gerardo y hermano de Adriana, cu帽ado de Ricardo y primo de Sim贸n. Todos ellos son o han sido, bajo distintas formas, detenidos-desaparecidos: 鈥淢i hermana Adriana cay贸 asesinada en un enfrentamiento en abril de 1977. Ten铆a 17 a帽os; hasta 1983 su cad谩ver estuvo en el cementerio de la Chacarita, en el lugar de los NN. Ricardo, su novio de 18 a帽os, fue chupado en la ESMA y nada se sabe de su destino final. Sim贸n fue apropiado con pocas semanas de vida y vivi贸 con los apropiadores, hasta que fue recuperado en 2002. Mi padre desapareci贸 en junio de 1976. Bastante se sabe de lo que ocurri贸 en Automotores Orletti, donde estuvo desaparecido; nada de su destino final. Est谩n muertos, pero sin embargo siguen en el limbo de los no muertos-no vivos, los desaparecidos鈥.

Gabriel vive en Bilbao, Espa帽a, y su trabajo como soci贸logo se da 鈥渇uera de nuestro contexto鈥. Ejerce como profesor en la Universidad del Pa铆s Vasco y coordina el Centro de Estudios sobre Identidad Colectiva. Su inter茅s radica en pensar y ense帽ar los cruces entre identidad colectiva y teor铆a sociol贸gica, pero tambi茅n pensar las distancias y las formas l铆mite de la identidad. La hip贸tesis de la que parte en su libro sostiene que 鈥渓a desaparici贸n forzada de personas es una cat谩strofe para la identidad y para el lenguaje鈥, pero 驴qu茅 afecta y qu茅 imposibilita esa realidad? 鈥淟a desaparici贸n forzada, tal y como aqu铆 se despleg贸, afecta, no necesariamente imposibilita, pero s铆 afecta a nuestra manera de entender la identidad y nuestra manera de hablar de ella, del qui茅n soy, del d贸nde vengo, del qu茅 me hace. Afecta, en fin, a los soportes de lo que aqu铆 se entiende por sentido, respecto de lo que constituye una verdadera cat谩strofe. Los 鈥渘uestra鈥 y los 鈥渁qu铆鈥 de la frase anterior son importantes para entender c贸mo he querido acercarme a este tema: hoy se ha extendido 鈥揺n la academia, en la militancia鈥 la idea de que la desaparici贸n forzada es casi un universal y que es tambi茅n universal la manera de responder a eso. No es cierto: ese viejo dicho jur铆dico de 鈥淒onde existe la misma raz贸n debe existir la misma disposici贸n鈥, sociol贸gicamente no se aplica, pues no en todos los lugares donde existe algo que el derecho internacional llama 鈥渄esaparici贸n forzada de personas鈥 se reacciona igual. A veces se digiere como un desastre repetido, reconocible, viejo, eterno, otras como una enorme novedad. A veces se entiende que afecta a maneras colectivas de pensar o de creer. Otras, a la identidad de un individuo. En el caso de 鈥渘uestra鈥 desaparici贸n forzada, la cat谩strofe fue devastadora por inaudita, y afect贸 a las bases en alg煤n punto locales de construir sentido. Y frente a una quiebra que se represent贸 de ese modo se reaccion贸 de muchas maneras, pero todas batallando en el territorio del sentido. De esas batallas habla el libro.

En el libro tambi茅n dec铆s que tus familiares siempre 鈥渆st谩n siendo鈥 desaparecidos, que la desaparici贸n y lo que conlleva dibuja mucho de lo que constituye tu lugar de enunciaci贸n. All铆 habl谩s precisamente de ese entorno que da forma a tu identidad. 驴De qu茅 modos se configuran 鈥搊 de qu茅 modos pudiste configurar vos鈥 esos mundos para poder hacer algo y sostener(te) cuando sobrevino la cat谩strofe y apareci贸 el vac铆o como lugar desde donde hay que pensar(se)?

鈥揂unque no puedo, s铆 debo distinguir dos dimensiones en mi respuesta, en el lugar desde el que elaboro mi respuesta a tu pregunta: uno es el lugar del investigador, otro el del afectado. Como afectado, la casu铆stica es infinita, o si no infinita s铆 casi tan variada como afectados hay por este o por otros horrores. En mi caso, y esto me aproxima o se cruza con lo que te dir铆a como investigador, dir铆a que mi mirada est谩 muy marcada por tres circunstancias, mi mirada profesional (la de soci贸logo), mi mirada generacional (sin ser joven del todo 鈥搉ac铆 en el 鈥67鈥 s铆 soy parte de la generaci贸n de los hijos) y la distancia desde la que miro (vivo en Europa, hace muchos a帽os, lejos de all铆, aunque el libro se basa en trabajo de campo desarrollado all铆). Esas circunstancias, sin ser 煤nicas, no son ni mucho menos universales: ni todos los familiares o hijos de desaparecidos han estudiado sociolog铆a, ni todos viven fuera, ni todos han absorbido los mismos inputs culturales, pol铆ticos, familiares, etc. que yo. En torno de lo que me pregunt谩s, entonces, te dir铆a que es el cruce de todo eso que configur贸 mi forma de estar en esos mundos: estando dentro pero mir谩ndolo a distancia. Pero como te digo, no soy due帽o en exclusiva de eso, hay algo compartido con otros de mi generaci贸n y perfil, algo cada vez m谩s visible (al menos en Argentina) en una generaci贸n de hijos de desaparecidos, que hablan de eso que los constituye 鈥搇a desaparici贸n forzada y los mundos que genera, en los que habitan鈥 pero lo hacen desde el lugar de quienes asumen que eso es parte importante de lo que son y que cabe afrontarlo de un modo diferente a sus mayores, con cierta distancia, la propia de las cosas que son normales, ordinarias. Esto es muy potente: asumir que lo catastr贸fico, lo excepcional, por tanto, es normal, que lo extraordinario es ordinario te sit煤a en un lugar tan parad贸jico como poderoso. Y creo que de eso hay mucho en algunos ejercicios autoetnogr谩ficos de algunos 鈥渉ijos de鈥: desde la pionera Los rubios, de Albertina Carri, a ya m谩s cerca M, de Nicol谩s Prividera, Los Topos, de F茅lix Bruzzone y hace poquito el magn铆fico, por rompedor, por inteligente, por reflexivo, Diario de una princesa montonera, de Mariana Eva P茅rez.

驴Es ah铆 donde habl谩s de las narrativas de la ausencia de sentido?

鈥揝铆. Conviene explicarlo un poco, y la mejor explicaci贸n es en t茅rminos de lo que diferencia esas narrativas de otras m谩s dominantes, las del sentido. La cat谩strofe produjo una devastaci贸n enorme, y la reacci贸n primera fue 鈥渆n clave de re...鈥: recuperar cuerpos, recuperar identidad, recuperar historias, recuperar memoria. Es decir, si aquello dio forma a un agujero, reaccionamos llen谩ndolo de sentido, de familia, de identidad, de parentesco, de lucha pol铆tica, de militancia... Es esta clave de re- la que acompasa el trabajo de Madres, de Ex detenidos-desaparecidos, de Abuelas, de Hijos tambi茅n, de muchos organismos, del EAAF incluso.

Pero esa forma de organizar el mundo, comprensible, tierna, poderosa, creativa en origen 鈥搉o tanto ahora, que est谩 ya muy instalada, muy institucionalizada, que conforma incluso pol铆tica p煤blica鈥 pero s铆 en origen, no es la 煤nica posible. El mundo de la desaparici贸n forzada de personas creci贸, se hizo complejo, e incorpor贸 con el tiempo nuevos acercamientos, en ocasiones hasta opuestos a los fundacionales. Ah铆 se emplazan las narrativas de la ausencia de sentido. Ah铆 se encuentran los trabajos de muchos hijos que comentaba antes, pero tambi茅n alg煤n colectivo con una particular componente reflexiva sobre las singularidades de su identidad (pienso en el CdeH, Colectivo de Hijos) y con una importante capacidad de instalarse en un lugar inc贸modo, marcado y asumido como 鈥渧ac铆o de sentido鈥, y hablar y vivir el mundo (darle sentido) desde ah铆. Es importante a帽adir una cosa: esa estrategia, compleja, parad贸jica, no es patrimonio de la 鈥渃omunidad de sangre鈥 que a veces se arma en torno de los detenidos-desaparecidos, quiero decir, de sus hijos, de sus hermanos, de sus nietos. Ese es un lazo posible con este 鈥渢emita鈥, pero a estas alturas es s贸lo uno m谩s: hoy los mundos de la desaparici贸n forzada son ya muchos y complejos, y estas narrativas, las del sentido y las de su ausencia, han sido apropiadas por mucha gente sin lazo directo con el asunto. Y el despliegue de imaginaci贸n social alrededor de eso es descomunal.

驴C贸mo interviene la familia, el linaje, el origen en las pr谩cticas por recuperar sentidos sustra铆dos por la 鈥渕aquinaria desaparecedora鈥?

鈥揇e m煤ltiples modos. Pero est谩 presente sobre todo en eso que antes llamaba las narrativas del sentido y dentro de 茅stas en el trabajo de algunos organismos: Abuelas, el EAAF, Madres en menor medida. Parte importante del libro analiza c贸mo estos colectivos, para pelear contra consecuencias de la desaparici贸n forzada, ponen en pie una pol铆tica de 鈥渞ecuperaci贸n de lo que fue鈥 (cuerpos, identidades, v铆nculos afectivos) que encuentra su condici贸n de posibilidad en algunos lugares fuertes de la identidad occidental (la familia, el linaje) e incluso m谩s que eso, en los soportes materiales de esos lugares fuertes: la sangre, el ADN. Desde la pol铆tica de la identidad sostenida por esos (y otros) colectivos, se enfrent贸 la evidencia de la identidad quebrada del desaparecido y de sus familiares con las armas de la continuidad familiar. Al menos en origen, de eso hay una justificaci贸n pr谩ctica bastante evidente, para identificar restos y para localizar ni帽os apropiados hab铆a que cotejarlos con el ADN de los sobrevivientes. Pero esa necesidad pr谩ctica con el tiempo se ha convertido en una consideraci贸n sobre la naturaleza humana que sit煤a en el centro de los mundos sociales de la desaparici贸n forzada a protagonistas interesantes: la familia, la continuidad biol贸gica, la herencia y su poder de determinaci贸n a veces. Conviene manejar con cuidado este argumento, pues est谩 lejos de ser irreprochable y puede tener 鈥揹e hecho ya tiene鈥 consecuencias discutibles en otros espacios sociales donde se trabaja el tema de la identidad: la cuesti贸n del g茅nero, la de las adopciones...

Plante谩s tambi茅n, sobre el final del libro, que la singularizaci贸n del detenido-desaparecido deviene en un concepto para entender las cosas dif铆ciles de entender, porque cataliza lo ausente de sentido. 驴Qu茅 situaciones pueden hoy pensarse desde esta categor铆a?

鈥揗uchas, cada vez m谩s. No s贸lo con el desaparecido sino con muchos conceptos 鈥揺l de paria, el de monstruo鈥 que antes desesperaban, porque no se pod铆an explicar y requer铆an de otros para entenderse; la rueda gira en otra direcci贸n: ahora explican. La cosa es sencilla y tiene que ver con una paradoja que te se帽alaba antes. En el mundo contempor谩neo lo extraordinario, lo excepcional, la cat谩strofe, son situaciones normales y ordinarias. Y para ese universo tan parad贸jico necesitamos explicaciones, im谩genes, conceptos, estilos... que lo sean. Y en el desaparecido, mejor dicho, en muchas de las herramientas que se pensaron para poder explicarlo y gestionarlo, hay enormes dosis de todo eso.

Le dedic谩s tu libro a Ainara, tu hija. 驴Por qu茅?

鈥揘o s茅 si las dedicatorias se pueden explicar, y si se pueden, no s茅 si se deben. Pero dado que el libro quiere sostener una apuesta metodol贸gica y te贸rica atrevida, hacer una 鈥渟ociolog铆a desde el est贸mago鈥, la pregunta es leg铆tima y merece una respuesta. Podr铆a decir que tocaba hacerlo, pues Ainara acababa de nacer cuando cerr茅 el primer borrador de esta edici贸n de Prometeo. Pero no es s贸lo eso. El libro que sali贸 en Prometeo, al igual que otro anterior (Trilce, Montevideo, 2008) del que 茅ste es una reedici贸n ampliada, juega con fechas y personas que trenzan el lazo familiar y la historia tanto del propio libro como de quien lo escribe. Son fechas y personas que balizan mi presencia en el campo del detenido-desaparecido: la del nacimiento de mi padre y de mi hermana, ambos desaparecidos, son las fechas en las que firmo la introducci贸n de uno y otro libro; mi madre es quien recibe la dedicatoria principal del primer libro y mi hija de este 煤ltimo. El lazo familiar, el parentesco, la sangre en fin, es material importante para habitar no s茅 si el mundo, pero s铆 ese trozo de mundo que es el campo del detenido-desaparecido. Este libro es un trabajo sobre la identidad, sus posibilidades y sus l铆mites cuando todo se desquebraja, algo, por cierto, cada vez m谩s com煤n. A eso hace referencia la dedicatoria a Ainara: en alg煤n punto sangre, lazo familiar, parentesco, la ligan a un universo complicado. Pero no es para tanto; como dec铆a el personaje de una vieja pel铆cula, aunque uno nazca en ella, 鈥渓a sangre se puede gobernar鈥.

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