TirarÃa a la hoguera a los agentes activos del acoso callejero, a esos que disfrutan faltándote el respeto, haciéndote sentir de la peor manera que les sea posible e incluso, en muchas ocasiones tocando alguna parte de nuestro cuerpo sin nuestro consentimiento. A esos que lo hacen desde el anonimato, cuando te ven sola o acompañada de otra mujer, y en inferioridad de condiciones para defenderte, dejando asà a las claras su cobardÃa de la que, sin embargo, parecieran estar orgullosos. Pero, sobre todo, tirarÃa a la hoguera a los agentes pasivos del acoso callejero. Esos que por medio de naturalizaciones insólitas siguen permitiendo, e incluso avalando que esto ocurra. Esos (y esas, porque estamos tan oprimidas que hasta nos han enseñado a atacarnos entre nosotras) que, no siendo ellos quienes llevan a cabo la acción de acosarnos, sin embargo se encargan de justificar a los inadaptados sociales e incluso llegan a culparnos por nuestra forma de vestir o, lo que es más ridÃculo aún, por tener algún rasgo llamativo.
TirarÃa a la hoguera a todos aquellos que no pueden discernir entre la vÃctima y el victimario y, lo que es peor aún nos transforman en culpables de un hecho que no lo somos, haciendo cada vez más difÃcil darle fin a una situación de injusticia tan grande.
*Autora y directora de Casandra está insolada (viernes 21 en El Piso, Hidalgo 878).
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