Entr贸 al desorden, a la oscuridad de la mesa de trabajo donde los papeles mostraban una batalla. Se anim贸 a buscar una foto para el libro que ella iba a publicar, que ley贸 como si una corriente el茅ctrica le dictara los pasos a seguir. En la mara帽a de hojas el 煤nico foco de luz parec铆a predestinarla y all铆 la mano encontr贸 la foto de una adolescente bell铆sima. 驴Es usted? Se atrevi贸 a preguntarle a la autora francesa que ten铆a enfrente. Marguerite Duras la mir贸 fulminante. S铆, soy yo, le contest贸 para se帽alar la diferencia entre la mujer que hab铆a vivido los hechos y la escritora que ten铆a la edad suficiente para contarlos. Haga con ella lo que quiera. Beatriz de Moura puso esa foto en la tapa de la novela El amante y la convirti贸 en eterna.
Juan Cruz Ruiz abandona el lugar de bi贸grafo para cederle el protagonismo a la mujer que hizo de la lectura una serie de acciones y las llev贸 al espacio p煤blico, donde ese texto se enmarca y dialoga con su entorno.
Beatriz de Moura cre贸 Tusquets Editores en los a帽os sesenta, cuando ya era claro que el franquismo se terminar铆a s贸lo con la muerte del general铆simo, sin revoluciones ni 茅pica. Ella supo escuchar lo que se estaba gestando en esa gauche divine catalana de la que formaba parte y pens贸 colecciones y cat谩logos para ser permeable a esos tropismos. En la voz que Ruiz trasmite casi exacta, se ofrece una pedagog铆a de la edici贸n donde el lanzamiento de un libro acompa帽a las inquietudes de una 茅poca.
El portento de sus lecturas, que se alimentaron de la biblioteca del padre diplom谩tico para seguir un camino propio (despu茅s de todo una editora es una lectora excepcional), fueron el combustible para perseguir ideas, para descubrir el manuscrito de El primer hombre de Albert Camus y tambi茅n para poder hablar de dinero en un oficio predominantemente masculino.
Beatriz de Moura se niega a ser la autora de sus memorias, entonces le habla directamente a ese ser esquivo e impredecible que es el lector, en un libro que hace de la tarea de leer una arquitectura plagada de argumentaciones. Ruiz interviene en su rol de periodista y de este modo un texto sobre libros y escrituras se convierte en plena oralidad. Ese estilo es el que propicia un acercamiento extremo entre la escritura y la vida.
Si es en el interior de la familia Tusquets donde De Moura aprende su oficio en la editorial Lumen, si el nombre de su empresa es el apellido de su primer esposo, que apost贸 por la colecci贸n de Cuadernos Marginales cuando la editorial era s贸lo una mesa en el comedor de su casa, tambi茅n es cierto que la biograf铆a completa de Beatriz de Moura parece haberla preparado para la tarea aventurada de editar libros. En sus palabras, en los recuerdos de Ruiz que ha sido testigo de su epopeya y que juega a la complicidad y a imperceptibles conflictos, como si juntos crearan un di谩logo teatral, esa profesi贸n se convierte en el cuerpo siempre emprendedor de alguien que indaga con maestr铆a y astucia porque primero ley贸 hasta el fin de la noche.
La estructura del libro presenta al personaje desde su cat谩logo. En esa escuela donde el sello Tusquets ya propon铆a un material para la exploraci贸n, el lector conocedor e interesado se habr谩 dejado conquistar por la mujer que se presenta en el mismo momento en que decide abandonar su oficio. Entonces, cuando el personaje ha dado paso a la persona, cuando peque帽os misterios han quedado sueltos, aparece la vida en un torrente de variedades porque es esa particularidad la que funda una lectura, la que alimenta una edici贸n. O al menos lo era en el mundo que le toc贸 vivir a Beatriz de Moura y que ella rememora en Por el gusto de leer como el testimonio de una 茅poca y un oficio que han mutado a un idioma en el que ella no parece reconocerse.
Por el gusto de leer. Beatriz de Moura, editora por vocaci贸n
Juan Cruz Ruiz
Tusquets Editores
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.