Viernes, 9 de abril de 2004
A mano alzada
El cuarto cord贸n
(O c贸mo la seguridad de unos exige la exclusi贸n de muchos otros)
Por Mar铆a Moreno

La noche del jueves 1潞 de abril, y contra el habitual relevo medi谩tico, siempre empe帽ado en renovados hits narrativos, sigue apareciendo en las primeras planas.
Ese d铆a, el archivo del 19 de diciembre volvi贸 a abrirse a trav茅s del soplo inicial del sentimiento de amenaza con un desplazamiento tr谩gico de los bolsillos a la vida de los hijos. Y, como aquel d铆a del 2001, la diversidad de demandas sigui贸 a la literalidad de la protesta inicial. Y quiz谩s tambi茅n con la misma ingenuidad voluntariosa con que se concluy贸 que la movilizaci贸n hab铆a tirado a De la R煤a sin advertir las astutas estrategias pol铆ticas que la antecedieron, esta vez se pens贸 en un correlato instant谩neo entre medidas gubernamentales y mejora de la seguridad. Diciembre tambi茅n reapareci贸 bajo el signo de Her谩clito que postula la imposibilidad de repetici贸n: del 鈥渜ue se vayan todos鈥 a 鈥渜ue los que est谩 ah铆 hagan algo ya鈥. Por sobre la cobertura medi谩tica tradicional, el debate, m谩s anal铆tico que anclado en la opini贸n, fue lo m谩s instructivo. Es evidente que lo que se llama 鈥揷on resonancias burguesas y policiales鈥 鈥渟eguridad鈥 no puede resolverse, como sugiri贸 Mart铆n Granovsky, de la noche de las velas a la ma帽ana del humo en la Rosada, pero s铆 se puede poner la continuidad al servicio de la decisi贸n. Luis Bruschtein a su vez advirti贸 sobre las posibles represalias de la polic铆a mafiosa si le tocan sus fueros y los pol铆ticos les sueltan la mano. Con lo que se descuenta que aumentar铆a el femicidio ritual que 茅sta viene perpetuando (en el discurso de ese padre detallista y dolido falt贸 el sesgo de g茅nero).
La teor铆a de los dos demonios se desliz贸 en la expresi贸n de Juan Carlos Blumberg: 鈥溌縌ui茅n defiende los derechos humanos de nosotros y no de los delincuentes?鈥. Por la fuerte asociaci贸n que la calificaci贸n 鈥渄erechos humanos鈥 tiene con los avasallados de los militantes de los a帽os 鈥70, a quienes el Estado terrorista llamaba 鈥渄elincuentes鈥, y por suponer que se respetan los derechos de los 鈥渄elincuentes鈥 cuando el gatillo f谩cil y la tortura a manos de la polic铆a siguen siendo pr谩cticas vigentes. Ese 鈥渆llos鈥 y 鈥渘osotros鈥 establece de manera reaccionaria qui茅nes son ciudadanos y qui茅nes no, cuando el pedido se centra 鈥揳 pesar de diferenciarse del de mano dura, de resonancias ileg铆timas鈥 en la represi贸n legal. El eco de la infeliz f贸rmula sabatiana vuelve tambi茅n cuando se piensa en un plus de castigo para la polic铆a delincuente y se enuncia su necesidad de limpieza en el interior de una serie de medidas y no como la que es estructural.
Los especialistas de diversos sectores coincidieron en la ineficacia de establecer leyes m谩s duras y el juez de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, se pregunt贸 de qu茅 val铆an si hab铆a una notoria ineficacia en detectar a los autores de delitos, si la investigaci贸n y el esclarecimiento alcanzan obst谩culos que hacen de las leyes letra muerta. Paradoja: es a trav茅s de la investigaci贸n que se puede alcanzar a la polic铆a corrupta, pero s贸lo si 茅sta es desplazada es posible llevarla a cabo.
En el contexto de las palabras que resonaron en la plaza de las velas y las publicadas por los medios, que insistieron en presentar las idas y vueltas entre Kirchner y Sol谩 como te帽idas por la angustia del costo pol铆tico, son贸 casi inaudible la idea de reinserci贸n social y la ocasionalmente nombrada 鈥減revenci贸n鈥 se tradujo en m谩s vigilancia. Cuando prevenci贸n suele significar actuar sobre las causas. En ese sentido fue que Mar铆a del Carmen Verd煤, abogada de la Correpi, encontr贸 reaccionaria una marcha que supon铆a la seguridad como el tema n煤mero uno de la agenda popular. Y no faltaron las madres de j贸venes asesinados que vieron en Blumberg una v铆ctima de elite. Mar铆a de Denegri, cuyo hijo Leandro fue muerto durante el robo de su auto en Wilde, y que hasta la semana pasada estuvo juntando firmas para que Diputados sancione una ley sobre tenencia de armas, declar贸 ante un medio su preocupaci贸n porque la gente le dice que las planillas leg铆timas son las que dicen Cruzada por Axel. La presidenta de Cofavi (Comisi贸n de Familiares de V铆ctimas Indefensas de la Violencia Social), Mar铆a Teresa de Schnack, madre de Sergio Andr茅s Schavini, asesinado en 1991 en Lomas de Zamora durante un tiroteo entre 4 sospechosos y 40 polic铆as 鈥搑esponsables del hecho鈥, difundi贸 una carta abierta (ver p谩g. 4) donde detalla los pasos de Blumberg por espacios de poder y con respaldos gubernamentales nunca conseguidos por los hist贸ricos luchadores por el esclarecimiento de los cr铆menes de sus hijos y que el 1潞 de abril quedaron detr谩s de la valla que recortaba a Blumberg de los que quer铆an acercarle su solidaridad. Fue la voz de Rosa de Bru, madre de Miguel, torturado hasta la muerte en una comisar铆a durante 1993, la que hizo efectiva sus diferencias con el acto de Blumberg, de quien valor贸 el compromiso pero no el m茅todo, diciendo lo que no se hab铆a dicho: que la dureza de las leyes no s贸lo es ineficaz sino que perjudica a los m谩s pobres. El acto de rescatarse, hallazgo ling眉铆stico de los chicos del fondo, donde se alude a la lucha del secuestrador y al secuestrado en el propio cuerpo, y donde el secuestro es la idea del destino inexorable en el fuera de la ley y el rescate, la posibilidad de volver a entrar en su interior, ser谩 m谩s dif铆cil. La eterna exclusi贸n de la fiesta de los otros, la imposibilidad de encontrar la dignidad a trav茅s de un trabajo o por las condiciones del trabajo mismo, la ausencia de proyectos alternativos de vida y la presi贸n de la fratr铆a masculina que a menudo exige la prueba del delito como iniciaci贸n, m谩s el estigma redoblado que expulsa de la ciudadan铆a, con la dureza de las leyes har谩n un cerco 鈥撀縰n cuarto cord贸n?鈥 alrededor de los j贸venes asociados al tercer cord贸n. Ese rescate no tiene precio.
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