La imagen fue similar. Casi idéntica a la del jueves pasado. Y por supuesto, el mismo protagonista. El colombiano Falcao era el único que a esa altura creÃa en una nueva hazaña. Si bien esta vez fue para alcanzar la igualdad ante Central y no una mayor diferencia ante un equipo extranjero, el gol agónico del delantero volvió a provocar la explosión en un estadio que últimamente viene viviendo escenas de dramatismo. Pero la fe de un hombre de sólo 21 años fue más fuerte. Como una nueva derrota de River hubiera significado el comienzo de la despedida hacia el tÃtulo local, la igualdad en tres goles todavÃa mantiene con aire a un plantel que no deja de lado el respirador artificial.
El reloj marcaba el minuto 53 del segundo tiempo. La pelota fue enviada por arriba desde la izquierda, y Falcao saltó bien alto para superar a Papa y cruzarla al otro palo. El arquero Alvarez se habÃa adelantado y cuando intentó retroceder ya era demasiado tarde. El grito fue de desahogo, pero también tuvo su cuota conmovedora. Atrás habÃan quedado muchas polémicas por decisiones del árbitro Pablo Lunati, y varios momentos donde las emociones no podÃan encontrar el equilibrio.
Por primera vez en el torneo, River no ganó jugando como local, con el agregado de que estuvo muy cerca de sufrir su primera derrota en esa condición. La igualdad en dos tantos parecÃa sellada, pero el boliviano Raldes marcó el tercer gol rosarino a los 47 minutos de la segunda parte. Antes, River habÃa exhibido una nueva remontada debido a que llegó al empate en dos goles, luego de estar perdiendo 2-0.
De todas maneras, toda la mezcla de sensaciones que genera el equipo no alcanza para ocultar los problemas futbolÃsticos, que no termina de solucionar. River volvió a sentir ayer la falta de Ortega, alguien que puede aportar claridad para terminar con acierto las acciones ofensivas. En ese lugar, Belluschi está levantando mucho su nivel, pero no es el jugador indicado para organizar el juego. Su vértigo a veces termina confundiendo a sus propios compañeros.
Otro punto a resolver es la falta de definición. Si bien River genera muchas opciones para marcar, sobre todo cuando juega en su cancha, no convierte en la misma proporción. Ante Central, el local tuvo 13 opciones serias, y sólo hizo tres goles. Eso es determinante para entender los puntos que viene dejando en el camino.
Pero, además, los desacoples defensivos provocan una inseguridad que se transmite a todo el plantel. Como el único que viene manteniendo su lugar es Nicolás Sánchez, la rotación de nombres en esa zona no termina de lograr la firmeza necesaria. En esas condiciones, River sufrió cuatro goles ante Tigre, dos ante los brasileños, y tres en la tarde de ayer, todo en apenas siete dÃas. Las mayores dudas se instalan en el costado izquierdo, donde el lateral (Villagra estuvo ayer) y el marcador central (Tuzzio volvió luego de una lesión) evidencian demasiados inconvenientes en el momento de controlar a los delanteros rivales. Central generó peligro sólo con la presencia de Arzuaga, quien aguantaba la pelota y luego descargaba con total libertad.
En medio de ese desconcierto, River sigue adelante. Para desatar la locura, en todos los sentidos, de sus hinchas, quienes no pueden encontrar un poco de tranquilidad en cada compromiso. Habrá que ver si esa vorágine que transita lo lleva a conseguir el éxito, una obsesión por estas horas.
Estadio: River.
Arbitro: Pablo Lunati.
Goles: 40m M. GarcÃa (C), 48m D. DÃaz (C), 61m RÃos (R), 74m Buonanotte (R), 90m Raldes (C), 90m Falcao (R).
Cambios: 18m M. GarcÃa (6) por C. González (C), 45m Falcao (7) por Zárate y Buonanotte (7) por Peralta (R), 70m Vizcarra por Zelaya (C), 90m Azconzábal por Arzuaga (C).
Incidencias: 90m expulsados del banco de suplentes Castellano y Belloso (C).
Recaudación: 248.391 pesos.
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