Neri Cardozo, que otra vez jugó un buen partido e integró el cuadro de honor de su equipo, pudo ponerle el broche a su actuación con un lindo gol, pero se lo impidió la voracidad y la naturaleza goleadora de MartÃn Palermo. Cuando la pelota ya estaba entrando, luego de un remate cerrado del mendocino, Palermo empujó la pelota sobre la raya y puso el 2-0 definitivo. Los hinchas corearon el nombre del goleador, cuando los jugadores volvÃan a la mitad de la cancha para la reanudación y las estadÃsticas no dejarán registrado que antes del último toque hubo un extraordinario pase de Gago y un buen remate rasante y sesgado de Cardozo. El volante boquense habÃa tenido un par de situaciones más, pero se chocó con las manos y las piernas de MartÃn Herrera. Faltó un poco de suerte –como la que habÃa tenido una semana atrás contra San Lorenzo, cuando Saja tardó en reaccionar– para convertir, pero de todas maneras volvió a ser muy importante para el rendimiento general del equipo.
Con Cardozo, Boca tiene más velocidad en la mitad de cancha y un circuito de toque más fluido. En la temporada anterior, Cardozo aparecÃa sólo de vez en cuando en el equipo, postergado por Bilos y no terminaba de convencer. Pero ahora, con más continuidad, afirmado en el puesto, crece partido a partido. La diferencia con respecto a Bilos es notable. El grandote que ahora juega en el Saint Etienne (y ayer formó parte de la Selección) resolvÃa individualmente con su extraña gambeta larga, y el chiquitito aporta más movilidad y sorpresa.
En el partido de ayer tuvo influencia directa en los momentos de juego de más brillante, cuando series de toques rápidos y precisos enloquecieron al público. Con Palacio, con Gago, con Ledesma, con Calvo que subÃa por su lateral, con Krupoviesa que trepaba por el otro, hasta con Palermo, Cardozo está siempre en el medio del toqueteo con el que Boca desarma a sus rivales y los va adobando para cocinarlos a juego rápido.
Ayer no estuvieron varios de los que integraban aquel equipo que la gente conocÃa de memoria: Abbondanzieri, Silvestre, Ibarra, Battaglia, Insúa y Bilos. Entraron Bobadilla (que llegó este año), Morel RodrÃguez, Calvo, Ledesma, Marino y Cardozo (que eran suplentes), pero el sello de Alfio Basile se nota igual, con el agregado de que este equipo tiene pasajes más vistosos.
Con los jugadores de la temporada anterior, o con estos, con Basile o con Ribolzi sentados en el banco, Boca no vacila: va y gana.
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