Domingo, 17 de agosto de 2003
ENTREVISTA
Saldos y retazos
Perdidos o reprimidos, los recuerdos que Sylvia Molloy ha recopilado en Varia imaginaci贸n (Beatriz Viterbo) remiten a un mundo de herencias y linajes femeninos. Radarlibros entrevist贸 a la autora, de paso por Buenos Aires para presentar su libro y homenajear a su amiga Silvina Ocampo.

POR ARIEL SCHETTINI
Varia imaginaci贸n re煤ne una serie de recuerdos que tienen la apariencia constante de estar en riesgo. El olvido, el pudor, el derrumbe y la muerte amenazan estos peque帽os fragmentos sin obra que Sylvia Molloy rescata, como si la vida se construyera al mismo tiempo que se desarma. Viajes, excusas y, a veces, el cambio que produce el tiempo aparecen como los instrumentos de esa amenaza. Detr谩s de esas migas de pan que se dejan en el camino para intentar volver a casa, se esconde la vida y la obra siempre extra帽a de Molloy, que siempre vuelve a Buenos Aires con la novedad de un freak y la ternura sabia de una maestra de escritores argentinos.
Varia imaginaci贸n es un texto de retazos autobiogr谩ficos, 驴no? 驴C贸mo llamar铆a a esos fragmentos?
鈥揗e gusta la palabra 鈥渞etazos鈥. Autobiogr谩ficos s铆, siempre que uno le d茅 a la palabra una libertad y una falta de l铆mites que no suele tener. Lo que quise hacer fue trabajar ciertas im谩genes o situaciones que me hab铆an quedado en el recuerdo, porque me hab铆an pasado a m铆 o a otro, y yo o铆a ese relato. Me importaba mucho lo visual, la imagen, el impacto de algo que se ve o algo que se reconoce o algo que pasa que rompe el orden cotidiano: son como peque帽os traumas, sin darle a la palabra ninguna carga psicol贸gica. Por eso lo arm茅 de a pedacitos y no aspira a reconstruir un itinerario, una vida y mucho menos un 鈥測o鈥.
Lo m谩s extra帽o es que si uno lee una biograf铆a suya que dice: 鈥淪ylvia Molloy se doctor贸 en Par铆s, naci贸 en la Argentina, escrib铆a en la revista Sur, vive en Nueva York, fue profesora en Yale, Princeton...鈥, parece la vida de una n贸made, pero que sin embargo habla de la familia.
鈥揈so, en cierto sentido, corresponde a c贸mo naci贸 este libro. Fue un poco el desecho de El com煤n olvido, mi 煤ltima novela. Eran como situaciones que yo recordaba, pero que no entraban en el libro, porque tendr铆a que haberlos sometido a varios procesos de traducci贸n. De hecho, el personaje de El com煤n olvido tiene muy pocos recuerdos de infancia. Los ha reprimido, y es como si estos recuerdos fueran una forma de recordar por 茅l. Y por eso creo que est谩n muy marcadas por la idea de una vuelta, de un regreso, de una familia que se ha perdido y de muertes dentro de la familia. Es decir, de alguna manera, son productos del exilio.
Hay una constante en sus libros que tiene que ver con la memoria ligada al erotismo, a la experiencia er贸tica...
鈥揗e interesa mucho esa conexi贸n y me interesa ver ese erotismo como algo natural, como algo que se mira con curiosidad, donde no hay sensaci贸n de ultraje, o de prohibici贸n, o de algo malo. Un erotismo libre, para nada culposo.
Pero tampoco hay una mirada militante por las sexualidades...
鈥揕o program谩tico no me interesa en la ficci贸n, no me interesa trabajar con ideolog铆as ni hacer afirmaciones que presupongan una ideolog铆a. Por eso creo que me detengo de este lado de la ideolog铆a. Pero, claro, la gente lee despu茅s como quiere leer. Un d铆a me encontr茅 con un texto de cr铆tica que hablaba de En breve c谩rcel, mi primera novela, como una novela de incesto y de la protagonista como una 鈥渟obreviviente del incesto鈥. Me quise morir, porque era una medicalizaci贸n del texto, que lo transformaba en 鈥渃aso cl铆nico鈥: dejaba de ser literatura. La nota llevaba el erotismo (si a esas alturas pod铆a llamarse erotismo) a un lugar donde yo no lo quer铆a llevar.
Ahora que tiene muchos libros publicados, 驴c贸mo se imagina a su lector?
鈥揇e muchas maneras distintas. Incluso acepto lo de la 鈥渟obreviviente del incesto鈥. No me queda m谩s remedio, el libro ya no me pertenece. S茅 c贸mo no me gusta ser le铆da. No me gusta ser le铆da por alguien que patologiza los textos. No me gusta ser le铆da, tampoco, por lectores que se abanderen detr谩s de mi texto, como texto 鈥渞epresentativo鈥 de una postura ideol贸gica. Otra lectura que me incomoda es la que se dio un poco con El com煤n olvido. Creo que hay gente que ha le铆do la novela como una reflexi贸n cultural llena de nostalgia por un mundo que fue en literatura y que ya no es. Y mi intenci贸n no era 茅sa. Era recordar modos de hablar, an茅cdotas, y personajes muy inteligentes y graciosos que, si bien pertenec铆an a ese mundo, lo miraban tambi茅n con iron铆a, con un saludable escepticismo, sin idealizarlo. Pero creo que es un riesgo al que uno se expone si trabaja con el pasado, y m谩s con un pasado autobiogr谩fico o semi autobiogr谩fico. Todo el mundo piensa que cuando se evoca el pasado, se habla de una 茅poca mejor. Y por otra parte, como dije, yo no controlo las lecturas de mis libros. Incluso las m谩s disonantes pueden dar ideas.
Es que, en los 煤ltimos a帽os, cambi贸 mucho la perspectiva que hab铆a en la Argentina sobre su obra. Antes era una escritora secreta y ahora es 鈥渃ult鈥.
鈥揝铆 (risas).
驴Y c贸mo fue ese pasaje?
鈥揈s raro, creo que En breve c谩rcel era un libro, hasta cierto punto, muy cerrado sobre s铆 mismo, vuelto hacia adentro, que exig铆a esfuerzo, hasta devoci贸n, dir铆a... Mientras que en el caso de El com煤n olvido se trata, m谩s que de cerraz贸n, de deriva, donde se busca algo que no est谩, un lugar fijo, seguro, que desde luego no se encuentra porque ese lugar no existe...
Hay un texto que se destaca sobre el resto en Varia imaginaci贸n, es simplemente una lista de sustantivos que remiten al mundo de la costura...
鈥揈s apenas narrativo. Quer铆a rescatar esas palabras que ya nadie usa, el vocabulario de la costura de una clase media en cierta 茅poca, la de mi infancia. Hab铆a entonces el esmero del detalle, de hacer un tailleur, pero que las mangas cayeran perfecto, justo as铆, y que las sisas y que la pinza, y qu茅 s茅 yo. Yo o铆a todas estas palabras, las dec铆an mi madre y mi t铆a, que cos铆an mucho. Y jur茅 que no iba a coser nunca y no cos铆, pero me fascinaban esas palabras...
Bueno, usted no cosi贸, pero cuando le dije que el libro estaba hecho de retazos, le gust贸 la idea...
鈥揗e gust贸. Adem谩s, mi madre ten铆a un caj贸n de retazos. Ella iba a una tienda, La Exposici贸n, que quedaba en Santa Fe y Libertad, y ten铆a su vendedor que le avisaba cuando hab铆a liquidaciones y le contaba lo que hab铆a, y ella le dec铆a de alg煤n g茅nero, de una sarga o de un gros, o lo que fuera: 鈥淢e los aparta鈥. Y despu茅s iba a comprar esos g茅neros rebajados o retazos. Despu茅s los tra铆a; no se sab铆a para qu茅 los compraba, pero los pon铆a en un caj贸n de retazos que a m铆 me fascinaba. Es decir, la idea del retazo y de hacer algo con el retazo, a lo mejor, lo hered茅 de ella.
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