El empresario inmobiliario Omar Roberto Galetto se escudó ayer en su desmemoria en el juicio a los represores santafesinos cuando le preguntaron sobre la compra de una casa en calle Milenio de Polonia 4050, propiedad de los esposos Daniel GarcÃa y Alba Sánchez, quienes denunciaron que el grupo de tareas que los secuestró durante la dictadura también los despojó de todos sus bienes: la vivienda, los muebles que habÃa adentro, una camioneta Ford F 100 y una lancha que guardaban en la cochera. "Fuimos un botÃn de guerra", dijo GarcÃa en el juicio. Ayer, Galetto admitió que compró la propiedad, pero pifió en la época: dijo que la operación habÃa sido "en 1983, 1984 o 1985", pero la escritura tiene fecha 30 de marzo de 1979.
Y describió al supuesto dueño de la casa como "un señor de fÃsico grande, alto", de "40 a 50 años" que "me dijo que era abogado, pero el apellido no me acuerdo" y cuando le exhibieron una copia del documento de identidad de GarcÃa no lo reconoció. "No sé quién es", contestó. La descripción del vendedor que aportó Galetto no se condice con GarcÃa, quién no es abogado y en esa época tenÃa 25 años.
GarcÃa, su esposa y una compañera de militancia que estaba clandestina en Santa Fe, Andrea Trincheri, cayeron el 6 de diciembre de 1977. Un grupo de tareas los mantuvo secuestrados en una casa quinta en Villa California (que reconocieron la semana pasada), hasta el 25 de mayo de 1978. Pero no pudieron regresar a su casa de Milenio de Polonia. "Nos dijeron que la casa habÃa sido comprada con dinero de la subversión y por lo tanto debÃa volver a la patria", relató GarcÃa en el juicio. El matrimonio y sus hijos se refugiaron entonces en la casa de sus padres.
El seguimiento y las llamadas intimidatorias siguieron hasta
marzo de 1979, cuando los GarcÃa fueron obligados a transferir la vivienda bajo amenazas. Una de las pruebas que el matrimonio aportó en el juicio es una carta del escribano Régulo Martinez, que los convocó "a realizar la escritura, pero con un abogado, Guillermo Pereyra y la señora Beatriz Norma Lértora", recordó Daniel.
La escritura se firmó en la escribanÃa de MartÃnez. GarcÃa fue con su esposa y allà se topó con uno de los integrantes del grupo de tareas e imputado en el juicio: Héctor "Pollo" Colombini. "El escribano nos dijo: "Firme acá, firme acá. Y hasta luego", afirmó el querellante. Con el tiempo, GarcÃa descubrió que la escritura no estaba a nombre del doctor Pereyra, sino que figuraba un corredor inmobiliario, Omar Roberto Galetto, a quien no conocÃan. "Inclusive, en la escritura, mi apellido
materno está cambiado: figura Tonelli y yo soy Torielli", agregó.
Ayer, Galetto declaró como testigo en el juicio, propuesto
por el defensor oficial Fabio Procajlo, que defiende al ex juez VÃctor Brusa. De entrada se hizo el sorprendido. "No sé por qué estoy acá", dijo. Pero cuando Procajlo le preguntó si habÃa comprado la casa de Milenio de Polonia contestó: "SÃ, la compré con un crédito del Banco Hipotecario en 1983, 1984 o 1985. El dueño me dijo que era abogado, pero el apellido no me acuerdo".
¿Recuerda cómo fue la transacción? -insistió el defensor de
Brusa.
HabÃa un señor de fÃsico grande y no me acuerdo más -respondió
Galetto. Su estado de tensión le impedÃa controlar el movimiento de sus
piernas.
El fiscal MartÃn Suárez Faisal pidió que le muestren los documentos sobre la transferencia del inmueble incorporados a la causa. La transacción se hizo el 30 de marzo de 1979. Galetto se sorprendió con la fecha: "Yo creà que era en 1984", dijo. Y cuando leyó que GarcÃa figuraba como vendedor, agregó: "SÃ, GarcÃa me la vendió".
-¿En la firma de la escritura estaba la esposa de GarcÃa? -le preguntó el presidente del Tribunal, Roberto López Arango.
No recuerdo. La fecha sà puede ser 1979. Esto que está acá es real.
Además del escribano, ¿habÃa otra persona?
No recuerdo.
¿Qué destino tuvo la casa? -quiso saber el fiscal.
Fui a vivir.
¿TenÃa marcas de bala?
No me acuerdo.
Galetto dijo que le mostraron la casa antes de comprarla. "VivÃa un matrimonio con tres o cuatro chicos", relató. Los GarcÃa tienen dos hijos. Una jueza del Tribunal pretendió entonces indagar sobre ese punto: "¿La persona que le mostró la casa era la misma que después firmó la escritura?" -preguntó la doctora Andrea Creus
No recuerdo -sostuvo Galetto
A pesar de que antes habÃa dicho que compró la casa en 1984 y después se rectificó cuando vio la escritura de 1979, Galetto pareció tener otra traición de la memoria cuando recordó la búsqueda de una propiedad para no perder la chance del préstamo del Banco Hipotecario. "Fue una búsqueda bastante violenta (sic) porque se terminaba el perÃodo para tomar el crédito. Un momento traumático (sic)", dijo con cierto tono de melodrama. Y después, cuando le preguntaron a quién le habÃa pagado el precio de la casa, volvió a escudarse en la desmemoria. "No sé, alguien se llevó la plata. No recuerdo quién", dijo.
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