Desde Santa Fe
Un testigo de cargo complicó la situación del coronel Juan Orlando Rolón al revelar ante la justicia que el ex jefe del Area 212 de la dictadura tenÃa bajo su mando la morgue del hospital José MarÃa Cullen, donde se depositaban las vÃctimas de la represión. Un viejo empleado del Ministerio de Salud de la provincia declaró ante el juez federal Reinaldo RodrÃguez que, después del golpe de 1976, el depósito de cadáveres del nosocomio quedó bajo el control operacional del Ejército, hasta 1980. "El coronel Rolón era el que daba las órdenes. Siempre lo veÃa y hasta ingresaba a la morgue en horario nocturno. Todo estaba bajo su control", dijo José Luis Saavedra en un relato estremecedor sobre el paso de los cuerpos hacia un destino final que -en muchos casos- aún es desconocido por sus familiares. Saavedra no pudo precisar la cantidad exacta de cuerpos que pasaron por la morgue durante la guerra sucia, pero estimó que pueden haber sido entre 30 y 40. "Todos venÃan con signos de violencia, muchos con disparos de armas de fuego y algunos como si hubieran sufrido una explosión", expresó.
Saavedra declaró en una causa en la que se investiga la desaparición de Adriana Bianchi -la hija de la madre de Plaza de Mayo de Rosario, Herminia Severini-, pero su testimonio fue agregado por el juez RodrÃguez a otra que ventila el terrorismo de estado en Santa Fe, y en la que ya están detenidos nueve represores, entre ellos Rolón, el ex jefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122, coronel Domingo Manuel Marcellini y el ex suboficial del Ejército, Nicolás Correa.
En el procesamiento de Rolón -el 25 de julio último- como supuesto jefe de una "asociación ilÃcita" y otros delitos -como privación ilegÃtima de la libertad y tormentos-, el juez RodrÃguez evaluó el testimonio de Saavedra para concluir que el militar no sólo daba las órdenes sino que también supervisaba su cumplimiento. En la indagatoria, el magistrado acusó al ex jefe del Area 212 de comandar "un aparato estatal organizado" que "capturaba a los sospechosos de tener vÃnculos con la subversión, de acuerdo con los informes de inteligencia; conducirlos a unidades militares o policiales bajo su dependencia, interrogarlos bajo tormentos, someterlos a condiciones de vida inhumanas para quebrar su resistencia moral, realizar todas esas acciones en la más absoluta clandestinidad y dar amplia libertad a los cuadros inferiores para determinar la suerte del aprehendido, que podÃa ser liberado, sometido a proceso militar o civil o eliminado fÃsicamente".
Rosario/12 accedió -en exclusiva- a los tramos sustanciales del diálogo entre el juez RodrÃguez y el testigo que acusó a Rolón. "A partir del golpe de 1976 los militares tomaron el control de la morgue del hospital y hasta apostaron guardias en el lugar", dijo Saavedra. "Todo era supervisado por personal militar. Cuando el Ejército traÃa un cuerpo, yo solamente le habrÃa la puerta de las cámaras y ellos mismos colocaban el cadáver. Nosotros no tenÃamos mayor ingerencia. No lo manipulábamos, toda la tarea quedaba a cargo de personal militar".
"Nosotros trabajábamos hasta las 22, pero después de ese horario traÃan cadáveres porque a la mañana siguiente los encontrábamos sobre camillas o en el piso y ahà sà nos dejaban que los levantemos y los coloquemos en las cámaras. Los cuerpos venÃan todos con signos de violencia, muchos con disparos de armas de fuego y algunos con signos de haber sufrido una explosión".
-¿Quién llevaba el registro de los ingresos a la morgue?, le preguntó el juez.
-Los que traÃa el Ejército lo manejaban ellos. Nosotros no tenÃamos ningún acceso a libros o listas, tampoco conocÃamos la identidad de las personas que traÃa el Ejercito. En la morgue no quedó ningún registro -, explicó el testigo.
-¿Recuerda el nombre de algún militar que tuviera actuación en el lugar?
-El coronel Rolón era quien ingresaba en forma permanente a la morgue y controlaba lo que se hacÃa allÃ.
-¿Cuántos cadáveres trajo el Ejército durante el gobierno militar?
-No puedo precisar el número, pero fueron unos 30 o 40. Una vez trajeron los cuerpos de cuatro personas (...) de un operativo en calle Ituzaingó y Las Heras y el de una chica que mataron en Alvear entre Salvador del Carril y J.M. ZuvirÃa, a la que luego vi en la morgue con un tiro en la nuca; nunca supe su nombre.
-¿Recuerda haber visto algún médico del Ejército realizando tareas en la morgue.
-No. Pero una vez que el Ejército tomó el control de la morgue, no podÃamos entrar, salvo que nos requerÃan o cuando tenÃamos que depositar cadáveres del hospital. El resto del tiempo permanecÃamos sentados en la galerÃa.
-¿Ingresaban militares de civil?
-No, siempre ingresaba personal uniformado. Los cadáveres eran trasladados en camionetas de la PolicÃa o en camiones del Ejército.
-¿Cuál era el destino final de los cuerpos?
-Algunos se los llevaban durante la noche, porque yo dejaba el turno a las 22 y al dÃa siguiente ya no estaban. Otros, eran retirados por los servicios fúnebres.
-¿Quedó en el hospital algún registro o archivo de los cadáveres que trajo el Ejército.
-No, por lo menos en la morgue. No tengo conocimiento si esa documentación existe en alguna otra dependencia del hospital.
"Cuando el Ejército tomó el control del lugar, dejamos de tener injerencia en el manejo de los cadáveres, ni siquiera tenÃamos llave del lugar y solo ingresábamos a la morgue cuando nos requerÃan. Y hasta debÃamos pedir permiso para retirar a los fallecidos en el propio hospital. Todo estaba bajo el control del Ejército. El coronel Rolón era el que daba las órdenes en el lugar. Siempre lo veÃa y hasta ingresaba a la morgue en horario nocturno, todo estaba bajo su control", concluyó Saavedra.
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