Un taxista de 60 años fue condenado ayer a 10 años de prisión por intentar matar a su ex esposa, de 54 años, en una heladerÃa de Pellegrini al 800. El fiscal Pablo Pinto le achacó "el ejercicio constante de la violencia, a fin de lograr sometimiento a través de golpes y amenazas diarias para marcar su propiedad" y lo acusó por el delito de "homicidio calificado por el vÃnculo y por femicidio, en grado de tentativa". El dÃa del hecho, en octubre de 2014, Juan Oscar Ojeda llamó a su hijo mayor por teléfono y le advirtió: "Venà que te voy a mostrar con quién está tu mamá y lo puta que es". Eran las 18.30 y R. estaba con un amigo en la heladerÃa. Hasta ahà llegó Ojeda con una cuchilla de 15 centÃmetros y su nieto menor de edad. Apenas la vio, la persiguió hasta la zona de baños del local, y aunque varias personas intentaron detenerlo, le asestó una puñalada en el torax. La mujer estuvo 19 dÃas en terapia intensiva y otros tres meses internada. Actualmente, padece incapacidad laboral y apenas puede quedarse sola en su casa. La sentencia alivió a los hermanos y la madre de la vÃctima que habÃa hecho una denuncia previa.
HacÃa tiempo que R. padecÃa los malos tratos de Ojeda, con quien estuvo casada más de 30 años. El detonante de la separación fue cuando ella se enteró que él tenÃa una enfermedad venerea, y que ella también la padecÃa. Por esos dÃas, Vicenta fue a vivir con su madre, ya que sus hijos son adultos. "La desconoció como persona y la consideró un objeto de su propiedad. Su accionar estuvo enmarcado en un conjunto de conductas propias de violencia de género: ejercicio constante de la violencia fÃsica y psicológica, perseguirla, acosarla y controlarla; como también amenazarla de muerte si la veÃa con otro hombre", describió el fiscal.
El dÃa del ataque, varios hombres intervinieron y lograron reducir a Ojeda hasta que llegó la policÃa. Ayer dio su consentimiento en el juicio abreviado acordado entre las partes y rubricado por la jueza Raquel Cosgaya.
Los hermanos de la mujer y su madre estuvieron en Tribunales y se manifestaron "conformes" con la condena. "Ella no es la misma desde que él le hizo esto. Necesita asistencia y tiene que ir tres veces por semana a hacer rehabilitación; pero sus cinco hijos la ayudan", indicaron Vicenta, Paulina, Mónica, Ramón, Rubén y Rita.
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