En el Espacio Santafesino de Cine El Cairo, y como resultado del Premio EstÃmulo a la Producción Audiovisual que entrega el Ministerio de Innovación y Cultura de la Provincia, se estrena hoy, a las 20.30, Hombres de ideas avanzadas, film dirigido por Diego Fidalgo. El documental se inscribe desde la doble historia que suponen la vida de JoaquÃn Penina -anarquista catalán fusilado en las barrancas de Saladillo durante la dictadura de Uriburu- y el libro que con el tÃtulo El fusilamiento de Penina Aldo Oliva escribiera en los años '70, cuya edición fuera quemada de manera Ãntegra por la última dictadura militar.
"El documental trabaja en tres tiempos históricos: la época de Penina, la década del '70 -cuando se escribe el libro-, y el rescate que en el año 2003 se lleva adelante con el descubrimiento del libro perdido. La pelÃcula lo acompaña a Antonio en la búsqueda del libro y de su reedición en España", comenta a Rosario/12 el realizador. "Uno de los jalones tiene que ver con la experiencia de la biblioteca Vigil, que fue la que editó el libro de mi padre, biblioteca que fuera intervenida por los militares en el año '77. Una de las expresiones más fuertes de la represión sobre ella fue la quema de libros y la desaparición de la totalidad de la edición del libro de mi viejo", agrega Antonio Oliva.
En el transcurso del film, cada una de las instancias que refieren encuentra su correlato necesario en las otras.
Antonio Oliva: Lo que se rescata desde la pelÃcula es que en realidad, y ante el enorme avance del olvido, siempre hay un punto de donde tirar la cuerda de la memoria. La pelÃcula cae siempre en una especie de foja cero pero puede continuar porque lo que aparece es la memoria. Es un poco ese pasaje de caÃda que en general las sociedades sufren a partir del olvido, pero siempre hay alguien que sigue contando, que sigue relatando.
Como ese encuentro casi fortuito del único ejemplar, que narra la pelÃcula.
A.O: El libro aparece desde el seguir preguntando. Mi padre lo habÃa escrito más o menos en 1975, sabÃa que los ejemplares habÃan sido incinerados y no se habÃa quedado con los originales. Cuando vuelve a Rosario, luego de su autoexilio en España, comienza a preguntar sobre el ejemplar, pero nadie tiene noticias.
Diego Fidalgo: Mientras que los otros cuatro libros que integraban esa colección ya habÃan aparecido.
A.O.: El fallece antes de que aparezca, en el 2003, y gracias a Raúl Frutos, el bibliotecario mayor de Vigil, que fue un poco el que siguió indagando. Resulta que uno de los contadores de la Vigil, Cacho RodrÃguez, encuentra en una caja de cosas viejas de Vigil un libro sin tapas y con los datos editoriales arrancados a propósito. Era éste libro.
¿Qué te ocurrió al encontrar el libro?
A.O.: La impresión fue de bastante conmoción, porque se trataba de un relato que mi padre hacÃa siempre sobre un material que no existÃa. Que reapareciera suponÃa, en un principio, que habÃa que hacer algo con un libro que nadie habÃa leÃdo, el único que realmente sabÃa lo que allà se decÃa era mi papá. Es asà que lo mandamos con un prólogo mÃo y de Roberto Frutos -hijo de Raúl-, y un reportaje a Rubén Naranjo, quien era el editor, a Cataluña, a Barcelona. A la editorial Viejo Topo le interesó y lo reeditó.
¿Cómo abordaste el relato, desde qué intenciones narrativas?
D.F.: Un poco era tratar de ir agotando todos los caminos que nos llevaron a Penina, la pelÃcula da cuenta de esa búsqueda en tiempo presente. No siempre esos caminos conducen a algo, pero eso es parte de la investigación y queda plasmado. También hay una especie de relato que tiene que ver más con el ensayo en torno a los conceptos de memoria y de memoria histórica, en esa búsqueda uno va encontrando lugares que puede materializarlos desde algún resquicio del personaje -por dónde estuvo, dónde resonó su nombre-. A ello se suman la distancia y dificultad histórica de hablar de un personaje de casi cien años, los pocos archivos y testimonios, y algo que siempre hablamos y que tiene que ver con el hecho de que la memoria histórica del movimiento obrero casi siempre es oral, no hay mucho registro escrito. También eso es parte de la materia de la pelÃcula: el aporte que permiten las voces y los silencios, que siempre están diciendo.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.