Desde CosquÃn
"Yo, el coronel Manuel Belgrano, estoy muy emocionado, muy conmovido, de que sean hoy ustedes, los argentinos y argentinas del 2012, quienes en esta plaza de CosquÃn juren por la bandera". El público, en tanto, con los rostros en silencio. Apenas horas antes, el actor MatÃas MartÃnez le decÃa a Rosario/12 tener "una expectativa muy grande y una adrenalina un poco indescriptible" ante la tarea nada fácil de pedir juramento a la Plaza Próspero Molina. "Es algo que no voy a poder señalar en palabras hasta después de hacerlo, pero ya me resulta imposible no emocionarme" agregaba el próceractor.
"¿Es la Sole?" "¡Es la Sole!" se escuchaba murmurar, gritar. Nadie la habÃa presentado (virtud de la puesta en escena), para sorpresa del público. Vestida primero de sombras, luego con un trajecito blanco, junto con la estampa de Orlando Vera Cruz. Los dos en sintonÃa generacional, adornados por las siluetas armónicas del ballet Chúcaro. La gente se levantaba de sus asientos ante la sorpresa, en consonancia con el vÃnculo de tantos años con la cantante.
Entre las imágenes de pantalla grande, la voz en off de Quique Pesoa, relator usual de estas travesÃas. De señalamiento histórico justo, preciso, sin declamaciones, avalada desde la comprensión de un paÃs que aparece también en otras banderas enarboladas "el reclamo de justicia de las Madres, y desde las que no tienen mástiles "los ecos de reclamos sin atender, que persisten en la artesanÃa de pueblos originarios. Hubo aplausos para varios de estos gestos.
Aplausos de soporte sonoro para un CosquÃn que es todo un gran escenario nocturno: de noches que no terminan, entre vasos plásticos rebosantes de sangrÃas, fernets y cervezas, con caras muy alegres, perdidas en los ritmos elegidos, favoritos, sin malestares, pleno de peñas contiguas. CosquÃn vuelto ámbito evocador, por culpa y gracia de la delegación santafesina, quien durante la noche de anteanoche se ocupó de actualizar de cara al paÃs una jura de bandera que la ciudad de Rosario celebra de manera anual. Con este gesto "venimos hoy a dar inicio a la conmemoración del Bicentenario de la creación de la bandera" señaló el gobernador Antonio Bonfatti durante la conferencia de prensa. Para un año que tendrá actividades diversas e incluirá "la idea de que todos los gobernadores que asistan" a la conmemoración en Rosario "se lleven parte de los noventa y nueve kilómetros" del proyecto de bandera que el periodista Julio Vacaflor provocara de manera interminable. "Para que la bandera que nos cobija a todos esté distribuida en todas las provincias argentinas."
Desde el sostén que la administración santafesina cultiva en el quehacer cultural, parte fundante de su polÃtica de estado, Bonfatti también dijo haber aprovechado a hablar con de la Sota acerca del agua potable, "de la posibilidad de que un rÃo como el Paraná que trae quince millones de litros cúbicos por segundo pueda traer solamente cuatro litros cúbicos por segundo a Córdoba y solucione definitivamente la demanda de agua potable", asà como encontrar una manera de "poder compatibilizar la energÃa eléctrica entre las dos provincias".
EnergÃa calva, al menos tal como la misma Ministra de Innovación y Cultura, "Chiqui" González, supo referir al indicar que "lo de la gente sin cabello es como una especie de cosa que está circulando" en alusión al gobernador recién electo, pero también respecto del Secretario del Ministerio, Alejandro Tejeda, quien "habla poco pero hace mucho". Tejeda es el responsable de vitalizar todas las presentaciones de Santa Fe en CosquÃn "la ministra se preocupó en destacarlo, cuyo desafÃo consiste ahora, puntuó Tejeda, en "un trabajo profundo sobre el territorio de la provincia, a partir del cual conseguir la materia prima para armar las próximas delegaciones, sin perder atención a las diferentes vertientes culturales". Entre éstas, parece, la cumbia santafesina es citada en palabras de uno y de otro funcionario. Habrá que ver, en uno de los años por venir, cuánto de cierto en tal presunción hay.
Vera Cruz, Pastorutti y la rafaelense Natalia Simoncini, repartieron voces de cariño para Coplas de la orilla y Rosario de Santa Fe. Luego, Belgrano en su caballo imaginario (rasgo, el de la imaginación, que tantos actos escolares o parecidos hubieron voluntariamente de desechar). "Un sentido sà juro, por esta bandera, por sus hijos, familia, amigos, por los que ya no están, por las esperanzas, los sueños, las historias de lucha, por la memoria, la verdad, la justicia, por seguir teniendo y sosteniendo un paÃs cada vez mejor, porque todos en el futuro seamos escuchados y podamos tener trabajo, alegrÃa y esperanza. ¿Juran amar y defender esta bandera celeste y blanca""
Aquà es donde el cronista rememora tantos actos de jura en situaciones patrióticoescénicas, sufridas y similares, donde un embargo gris aparece como manto lejano. SÃmbolos patrios, reverencias militares, marchas drásticas, todo un mundo con el que se hubo de embeber institucionalmente a la ciudadanÃa "escuelas, medios, iglesias, y que aún pervive desde el legado de la última dictadura militar. Entonces, algo de resistencia aflora desde aquél dramatismo retórico que todavÃa persiste como un mal gusto que no quiere abandonar el sabor de boca.
Pero el cielo es ahora distinto y de democracia, en donde la jura ya nada tiene que ver con tales imposiciones. ¿Juran amar y defender esta bandera? ¿Por qué no? Sà a la bandera que sale del mástil y que recorre tantas posibilidades como reformulaciones y resemantizaciones posibles. Ninguna bandera mejor. Con un Belgrano de voz que tiembla. La emoción prometida por el actor habÃa sido cierta. Nada de estatuas frÃgidas. Y el Aurora como punto final, al margen también de las voces duras, imperdonables, de aquellos malos años de malos recuerdos.
Con la idea presente, en palabras de la ministra, de ofrecer a la bandera pero contenida en la misma música, con la apuesta de evocar "la manera con la que fue cantada", asà como recuperar la forma musical de algarabÃa y agradecimiento que con seguridad recibieran tanto su padre creador como la ciudad donde el hecho tuvo lugar histórico.
Conjurar una jura en la forma de todas las juras. Para renovarlas siempre. Tantas veces como sea necesario.
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