El cine de Oliver Stone es, puede decirse, muestrario de una presunta carrera vaivén, dada entre proyectos más comerciales y otros más "personales". Siempre y cuando tal distinción, claro, sea pensable. En tal sentido, sus films más autorales serÃan los mejores. Pero esto no es asÃ. Tampoco a la inversa. Porque la obra de Stone es más o menos siempre la misma, tanto en lo que refiere a Wall Street como a Comandante, a Salvador como Al sur de la frontera. Más o menos buenas. Más menos que más.
Es que sus pelÃculas son, cuando se lo proponen, obvias, redundantes, aleccionadoras. A veces, la cuestión camina mejor. Sea quizá por cierta ironÃa involuntaria o merced al clima de época; tal es el caso de Asesinos por naturaleza o U Turn. A medio camino puede situarse Salvajes. Algo -positivo- tendrá que ver la colaboración justa que en el guión significa Don Winslow, autor de la novela de origen. La literatura de Winslow oscila entre la ironÃa brutal, la pornografÃa, el crimen, la traición, la delación, la deshumanización, y el tráfico de drogas. Diálogos sardónicos, comportamientos animales, pueblan sus relatos. Algo de esto hay en Salvajes. Quizá no lo suficiente. Aunque con un espÃritu más o menos consecuente con la literatura winslowiana.
Por ejemplo: ¿por qué quiere un cartel mexicano quedarse con la tajada que significa el pequeño trÃo de traficantes californiano? Porque es lo mismo que hace el Wallmart con sus competidores, explica el agente de la DEA, corrupto, interpretado por John Travolta. También: ¿de dónde viene la droga? ¿México? No... de Afganistán. Ninguna marihuana mejor que la de Afganistán. El marine, asÃ, acumula semillas mientras mata por la patria. Las siembran con su amigo/amante en Estados Unidos. Y burlan con cinismo suficiente la moralina á la Traffic. Dos amigos y una amiga. Uno, violento y soldado; otro, espiritual, dado a la beneficencia; ella, vÃnculo sexual que, por éso, será vÃctima de secuestro para el chantaje del cartel mexicano.
¿Lo mejor? Benicio Del Toro. Mexicano bruto, abigotado, insensible, asesino. En él la caricatura es precisa. Pero el desdibujo comienza por la gran jefa (Salma Hayek). Más la música de Chespirito como contrapunto a la violencia. Hay algo allà que no termina de funcionar. Que acerca a Salvajes al clima que tuviera Asesinos por naturaleza pero sin la consistencia suficiente. Como si de un mamarracho se tratase, en donde los apuntes crÃticos no terminan de cuajar con una puesta en escena que, por no animarse a ser de una polÃtica incorrecta plena, se vuelve imprecisa. A medio camino. Pero lo suficientemente lejos de la perorata discursiva. No es poco.
Salvajes: 6 puntos
(Savages. EEUU, 2012)
Dirección: Oliver Stone
Guión: Shane Salerno, Oliver Stone, Don Winslow, a partir de la novela de Don Winslow.
FotografÃa: Daniel Mindel.
Música: Adam Peters.
Montaje: Joe Hutshing, Stuart Levy, Alex Marquez.
Intérpretes: Blake Lively, Taylor Kitsch, Aaron TaylorJohnson, Benicio Del Toro, Salma Hayek, John Travolta.
Duración: 131 minutos.
Salas: Monumental, Showcase, Sunstar, Village.
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