"¿Algún lector tiene un ejemplar de España perdiste?", preguntaba desde el micrófono el lunes a la noche el escritor y blogger mercedino Hernán Casciari ante un bar lleno. Y alguien tenÃa. El libro fue pasando de mano en mano hasta que llegó a las de su autor, quien lo abrió y leyó el segundo cuento de la velada: una sátira polÃtica global basada en una fórmula aritmética que transforma a los paÃses en personajes. Para escribir el primero de la noche (un relato autobiográfico narrado con humorÃstico suspenso), se inspiró en una anécdota. Fue cierta, dice, aquella broma compartida con su amigo el Chili, quien lo acompaña en esta gira rioplatense con una nueva idea: la road movie de anécdotas mejoradas, de donde saldrá un libro de 300 relatos escritos en varios paÃses por los lectores de su blog, Orsai.
El bar (ClubdeFun, Sarmiento 384) no sólo se llenó sin necesidad de difusión mediática sino que será la sede del taller, hoy inclusive. El humor de Casciari gusta a su público rosarino y les hace acordar al de Fontanarrosa, aunque es más oscuro que el del Negro. El tono del primer relato (de alta tensión entre la voz, coloquial, y el efecto dramático) tiene algo en común con ciertos cuentos del rosarino Elvio Gandolfo, esos que juegan en el filo entre lo cómico y otra cosa que no se sabe bien qué es: lo trágico, lo absurdo, o ambos. Además lo leyó con un histrionismo notable, reiterando la experiencia del viernes pasado al comienzo de la gira en la ciudad de Córdoba.
Fogueado en una década de blog de la misma forma en que los escritores de otros siglos, como Mark Twain (una de sus influencias) se forjaban escribiendo en los diarios (algo que también hizo Casciari), el Gordo, como lo llaman sus lectores, tiene con ellos un rapport increÃble. HabÃa prometido luego de la lectura una "crÃtica del carlito rosarino" pero se quedó charlando en una mesa, que era lo que en realidad pensaba hacer en vez de hablar desde una tarima.
Mientras tanto se vendieron los dos números que trajo de la revista Orsai, una belleza de diseño y calidad literaria que no contiene publicidad. También existen dos bares Orsai: uno en San Telmo y otro en Barcelona. Fundados con la colaboración de los lectores, fueron pensados como lugares de encuentro para los lectores del blog Orsai: lugares donde charlar, tomar cerveza o leerse en voz alta.
Nacido en 1971 en Mercedes (provincia de Buenos Aires) y radicado en Barcelona desde comienzos de este siglo, Casciari es un tipo sencillo y que no parece creérsela en absoluto. Mientras se fumaba un cigarrillo o dos en la vereda antes de irse a dormir al hotel, contó cómo "todo fue saliendo naturalmente" en ese recorrido.
"Escribà aquel primer blog en nueve meses, desde septiembre de 2003 a julio de 2004", precisa en referencia al Blog de una mujer gorda, publicado luego como libro con el tÃtulo de Más respeto que soy tu madre. La cronista le dice que quienes andábamos por la blogosfera de la época lo leÃmos como lo que decÃa ser: el blog de un ama de casa, Mirta Bertotti. En realidad lo escribÃa Casciari para sus amigos, desde Barcelona, como una forma de sentirse más cerca de Mercedes.
"Al principio tenÃa un humor muy mercedino. Pero después de una primera mitad de realismo costumbrista, cuando ya lo empezaban a leer lectores de otros lugares a quienes yo ni conocÃa ni esperaba llegar, lo llevé al surrealismo, para volverlo inverosÃmil", recuerda.
Mientras tanto, desde febrero de 2004 llevaba adelante su blog Orsai. En su conferencia "Cómo matar al intermediario", contó que le puso ese nombre, que en la jerga futbolera significa "afuera, fuera de juego, no habilitado para jugar", porque era asà como se sentÃa. Pero "Orsai se fue convirtiendo en una comunidad involuntaria de lectores".
Y entonces (cuenta Casciari en la vereda mientras termina el primer cigarrillo) le escribieron de la editorial italiana Mondadori para ofrecerle publicar el blog de Mirta. (Asà lo hizo, pero en 2010 renunció públicamente a Mondadori, a Plaza y Janés, a Sudamericana, a Grijalbo y a dos periódicos. Y fundó la editorial Orsai, en cuyos contratos el autor recibe el 50 por ciento en vez de "robarlo" el distribuidor).
"Comunidad involuntaria" es una frase casciariana para subrayar. Otra es: "escribir en directo". Esto es: escribir y dar Enter. "Todos mis libros los escribà en directo", dice. "Me los corrigen los lectores. Me corrigen los errores de ortografÃa y yo actualizo".
"Las decisiones culturales empiezan de a poco a estar en nuestras manos", concluÃa su conferencia de 2011. "La industria de la cultura somos los autores y los lectores y nadie más. La otra industria se está muriendo. Están quedando ellos en orsai". Aplausos.
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