Que 7 cajas continúe despertando adhesión, curiosidad, crÃticas, es signo de lo mucho que una pelÃcula puede generar cuando el boca a boca es cierto, de un empeño perseverante para con su público. La atención distintiva aparece también porque es una producción paraguaya, cuyo contexto de cine apenas emerge, con respuesta masiva de público y proyección internacional.
La edición reciente en dvd permite recuperar el acceso a un film cuya distribución en Rosario tuvo reparo en una única sala, durante una sola semana. Pero el periplo de 7 cajas continúa, todavÃa en cartel en los cines de Buenos Aires. Tal vez, alguna reposición local la devuelva a la pantalla grande.
Mucho se ha dicho y todavÃa se dirá sobre el film de la dupla Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, localizado en el Mercado 4 de Asunción: micromundo de callecitas abigarradas, locales comerciales, tráfico humano incesante, que es reconvertido en estudio de cine. Allà dentro transcurre la acción, el drama, la tragedia; una historia entre las muchas que a la par de su protagonista suceden. Entre un vértigo que no cesa, porque de lo que se trata es de obtener un teléfono celular, de aparecer en televisión, de ganar dinero, de encubrir engaños, y de sonreÃr entre tanto entuerto; todo esto y más, cifrado en las siete cajas del tÃtulo.
Las cajas son, por un lado, encargo de trabajo para el carretillero adolescente de nombre VÃctor (Celso Franco); por el otro, contenido misterioso. Lo que hay allà dentro es un McGuffin calculado, un resorte a través del cual la acción dispara, ramifica y concluye. Cuando VÃctor vea lo que anida en su ir y venir, la angulación de cámara recordará tanto a Tiempos violentos como a Bésame mortalmente, de Robert Aldrich. En cuanto a Tarantino, la sensibilidad disparatada está por allÃ, entre alguno de los gestos que aparecen, por ejemplo, en el rostro del policÃa fascinado con las fotografÃas de su nuevo celular, o en el robo de los pibes de la calle a, ni más ni menos, ladrones más grandes y más peligrosos que ellos.
Las siete cajas desanudan y anudan, pero también descorren el velo para la atención verdadera: la fascinación por la televisión y sus modelos publicitarios, la pertenencia a la sociedad de consumo, la corrupción como modo de vida, y el dinero como suma de todas las partes.
De todos modos, en el film surgen rasgos de sinceridad cuando las miradas se quieren, cuando el afecto nace, cuando la salud de un hijo depende del padre. A partir de allÃ, quiénes hacen y deshacen serán simultáneamente vÃctimas y victimarios, encerrados todos en un mismo tramado social, cuyas inequidades culminarán por ser, gracias a la tecnologÃa siempre novedosa de un celular, retórica gastada. La pantallita de tevé, por eso, como ventanita falsa hacia otro mundo que no deja de ser el mismo.
7 cajas. 8 (ocho) puntos.
(Paraguay, 2012)
Dirección: Juan Carlos Maneglia, Tana Schémbori.
Guión: Juan Carlos Maneglia, Tana Schémbori, Tito Chamorro.
FotografÃa: Richard Careaga.
Música: Fran Villalba.
Montaje: Juan Sebastián Zelada, Juan Carlos Maneglia.
Reparto: Celso Franco, VÃctor Sosa, Lali González, Nico GarcÃa, Paletita, Manuel Portillo, Nelly Dávalos.
Duración: 105 minutos.
Sólo disponible en DVD
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