Se cumplen veinticinco años del Taller Literario de Creación para Jóvenes, dependiente de la SecretarÃa de Cultura, y la poeta Vicky Lovell, su coordinadora, lo celebra con incógnita grupal: Perdón, ¿usted vio a mi gato? (Reloj de Arena) es la pregunta que despunta el libro que hoy, a las 19, se presentará en el salón de lectura de Biblioteca Argentina (Roca 731).
"El tÃtulo nos permitió el anudamiento de las diferentes historias, y por otro lado, esa pregunta ha permitido a cada personaje, desde un yo, poder narrarse en presente, en un futuro o en un pretérito. Eso nos dio una gran amplitud", explica Lovell a Rosario/12.
La pregunta por el gato reúne siete autores, a la manera de una de esas ruedas de la fortuna, con la que deben haber jugado para pasarse los puntos suspensivos que toda historia contiene. De esta manera, el gato del tÃtulo abre un relato coral, desde una guÃa que ilumina y que bien podrÃa ser tanto la de Lovell como la de Estela, divina psicoastróloga en quien todos confluyen, gato incluido, con aires no lejanos a los de cierta maga cortazariana.
Uno de los autores, Pablo Padial, dice no recordar demasiado bien cuántos años hace que está en el taller, pero tiene claro que es ésta "la primera vez que concretamos una novela. Siempre fueron otro tipo de experiencias y lograr la novela fue muy importante, porque se formó un grupo que permitió su concreción, a partir de la interacción".
Por su parte, Pamela Gaido hace menos tiempo que participa, y no imaginaba formar parte del libro: "SentÃa que estaba en desventaja al no haber participado del disparador, de la trama inicial. Pensé que no iba a estar a la altura, pero luego fue todo lo contrario porque pude leer los textos de mis compañeros, ver la construcción de los personajes, y aprovecharlo en función de la polifonÃa e intertextualidad propuestas".
Lovell aclara que "la novela era un género que no habÃamos hecho, por la extensión. Hemos trabajado recursos o aspectos que nos interesaban, de algunos autores, pero no al género. Y fue una sorpresa para todos. La sensación que tuvimos fue la de crear una atmósfera en la que nosotros estuviéramos dentro, sino hubiera sido imposible para el otro, para lograr el verosÃmil".
- Entiendo que debe haber primado el juego, la diversión.
- Vicky Lovell: Con Pablo hemos hecho otros experimentos, pero el más desafiante fue éste, acá hubo una cuota enorme de juego, lo lúdico estuvo permanentemente, a tal punto que cada uno salÃa con la novela, con la atmósfera esa. SÃ, el juego está desde el tÃtulo, hay un juego y un tiempo bastante rápido.
- ¿De qué manera intervinieron en la trama?
- Pablo Padial: Particularmente, el dÃa que surgió la idea no estuve, pero sà en la segunda reunión, y fue del texto mÃo de donde surge el gato, que fue tomando protagonismo y pasando a los otros textos. Junto con Pamela, sobre el final, nuestros personajes se cruzaron, porque ella hizo participar al mÃo y de esa manera me obligó a hacer participar al suyo. Esos juegos son propios de la experiencia del taller.
- Pamela Gaido: En este tipo de experiencia creativa uno termina por apropiarse de los textos del otro. Uno piensa con sus personajes, con su construcción, pero los textos son mucho más que la suma de las partes. Entonces, más allá de la escritura individual, al compartirlo entre todos se busca el logro de una coherencia. Lo que nos pasó con otra de las escritoras es que tenÃamos en la cabeza a determinados personajes, que habÃan cobrado vida propia, y nos costó. El mÃo es una nena y como me costaba pensar que fuera a una sesión de una psicoastróloga, elegà que fuese una pariente, su sobrina, para que pudiese interactuar con los otros pacientes y estar en la sala de espera como en un escenario natural.
- V.L.: Para nosotros es importante mostrar la cocina de la novela, porque uno está más acostumbrado a ver cómo un actor interpreta a un personaje, o un director hace una pelÃcula, pero en el caso de la escritura hay otra complejidad. Esta interacción que se produjo, esta libertad de creación, fue porque venÃamos trabajando mucho, sino no lo hubiésemos logrado.
La nómina que sigue las pistas del gato se completa con Rosana Alcobé, Julia Caravaca, Luján Enorad, Pablo Giangreco, y MarÃa Emilia Padinger. También con el arte de los dibujantes Carlos Ariel Barocelli, Pablo Padial (de pluma doble, se ve), Luciano Ominetti, Germán Peralta Carrasoni, Mauro Micciché, Nico Martin, Flor MartÃn, Keno Kizzard, Julia René, Ariel González Ballini, Javier Oliver, Gonzalo Mansilla, Grisel Vander Mey y RocÃo González Amez Droz. El diseño de arte está a cargo de la ilustradora Flor MartÃn.
Y ojo, porque los gatos viven varias vidas, nunca se sabe bien de dónde vienen, hacia dónde van. Entre tanto viraje de tiempo, Vicky Lovell sabe dónde hacer pie: "El taller lo pienso en tiempo presente, la gente que estuvo en algún momento siempre quiere volver. Por eso, en estos 25 años, presentar la novela con ellos, con quienes hemos constituido un grupo bien fuerte, es maravilloso, es una gran felicidad".
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