La primera actuación de Mariana Päraway en Rosario coincide con el final de un ciclo. Es que a dos años de la edición de su tercer disco solista, Hilario, la cantante, arpista, guitarrista y compositora mendocina cuenta las horas para ingresar a estudio con el objetivo de grabar el sucesor de un trabajo que confirmó el reconocimiento a una obra personal y sensible. Y es entonces ese marco, entre el debut ante el público local y la despedida de Hilario, el que permitirá encontrarse con obras de distintos perÃodos creativos de Päraway, que mañana a las 21 actuará en Nómade (Ovidio Lagos 68 bis) en un show que abrirá con la banda local Prima Limón.
Acompañada por el guitarrista Angel Del Re, Päraway se hará cargo de las voces y de la guitarra acústica para darle a su repertorio un tono intimista que, si bien caracterÃstico de su repertorio, queda algo velado en el muy bien producido Hilario, disco que continúa con el camino ascendente que la mendocina abriera con El tiempo (debut de 2011 que lanzó en un valiente formato de guitarra y voz) y que encontró en Los Peces (editado en 2012, nuevamente de forma independiente) una apertura a instrumentaciones que terminaron de brillar con su tercer trabajo. Un álbum que tuvo edición por el sello Concepto Cero y que contó con Leandro Lacerna como productor.
ImplÃcito ya en su tÃtulo, el núcleo conceptual de Hilario tiene que ver con los entramados, el enlace del azar y, también, con la incertidumbre, el desafÃo de lo imprevisto. Concepto que, sin comprender una contradicción, sà corre por distintos carriles a la claridad que la compositora tenÃa previo a la gestación de su trabajo más ambicioso. Sin embargo, es la propia artista la que apunta: "Una de las cosas que sà tiene que ver con la deriva es que, a medida que voy haciendo discos, me voy soltando un poco más a los demás, a los que trabajan conmigo. Esta vez a Leandro Lacerna le dije que fuera libre, si habÃa una canción hecha en charango y él querÃa llevarla, no sé, a un Hammond, podÃa hacerlo. También viene por ese lado, esa libertad de no saber. Es más, cuando mandaba las referencias sonoras de a dónde me gustarÃa ir, después el disco iba para otro lado. Ahà sà podemos comparar el hacer con las letras. Pero también a medida que vas haciendo, vas aprendiendo más cosas y teniendo más claro qué querés hacer. Hilario fue el primer disco en el que trabajé con un concepto, no me habÃa pasado antes".
- En este juego de dejar tus obras libradas a la mirada de un productor, donde por supuesto debe haber un pacto de confianza, ¿cuál es el punto lÃmite, qué es innegociable?
- Que no sea yo... Igual estoy súper abierta al cambio. Seguramente mi próximo disco irá un paso más allá. Eso fue pasando desde mi primer disco, yendo un paso más allá en mi búsqueda personal, en mi búsqueda como artista. Uno tiene muchos prejuicios respecto a quién querés que te escuche, dónde querés que suene. Después vas aprendiendo que querés que suene en todos lados, que todo el mundo diga "qué linda esa canción". Un poco por ahà va la apertura, dejando que pueda ser una "yo" distinta. Lo que creo que no es negociable es que la canción no me haga sentir nada. Para mà la música tiene que hacerte sentir cosas. Hay músicos, argentinos o del exterior que son súper genios, Ãdolos de todo el mundo, pero que a mà no me mueven por dentro. Los respeto, pero no me mueven nada. Como yo busco éso, lo que no serÃa negociable es que la música no me genere nada. Es música que no sirve.
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