Premiada en 1978 con un Globo de Oro por su guión original, La chica del adiós es una de las tantas creaciones del prolÃfico dramaturgo y guionista Neil Simon. Adquirido para su producción local por Adrián Suar y Pablo Kompel, el texto fue destinado al director Claudio Tolcachir, quien convocó a Diego Peretti y Paola Krum para protagonizar una obra que terminarÃa convirtiéndose en uno de los sucesos de la última temporada teatral porteña.
Sin embargo, la clave del éxito no está dada por el tratamiento literal de un texto que hoy resultarÃa un tanto anacrónico sino, en cambio, por el abordaje propuesto por Tolcachir. Asà lo remarca Krum a Rosario/12, anticipando la llegada de la obra al Auditorio Fundación, donde brindará funciones hoy y mañana a las 21 y el domingo desde las 20. "Cuando me llegó la propuesta todavÃa no habÃa visto la pelÃcula, me llegó el texto y la verdad que no me impresionó tanto. Lo llamé a Claudio, a quien admiro mucho y con quien hacÃa mucho tiempo tenÃa ganas de trabajar, y él en ese momento tampoco estaba tan metido en el proyecto, pero me dijo: 'Algo vamos a hacer'. El texto necesitaba que se lo reanimara un poco".
A la presencia del talentoso y convocante Diego Peretti, la obra suma las participaciones de la joven LucÃa Palacios y de Gipsy Bonafina, que asume la interpretación de cinco personajes y aporta música en vivo, en un trabajo "fundamental para la obra", según la distinción de Krum, que elogió además la labor de la pequeña actriz: "Era muy importante el vÃnculo de mi personaje con su hija, un vÃnculo de mucha intimidad. Las dos viven juntas, están solas en la vida. Pero eso no fue algo que costara, porque tengo una hija, vivo con ella, y mi vÃnculo actoral con LucÃa fue de mucha conexión".
Y si de vÃnculos se trata, para la actriz una de las claves de esta versión de La chica del adiós es la credibilidad que, junto a Peretti, lograron imprimirle al eje central de la obra: la construcción del amor entre una mujer golpeada por la vida y los avatares profesionales y un actor sin éxito que asume la posesión del departamento donde ella vive junto a su hija, permitiéndoles permanecer algún tiempo en el lugar.
"Lo importante era construir el amor. Los dos se conocen odiándose, no quieren estar juntos. Están obligados a convivir en un departamento, se detestan y terminan amándose. Creo que la forma de contar éso fue lo más importante", explica Krum, que remarca: "Lo importante era cómo sucedÃa el amor. Historias de amor hay un montón, algunas bien y otras mal contadas. En este caso habÃa que encontrar la manera que sucediera, que la gente se lo creyera, que hubiera buena quÃmica entre los actores. Y creo que está muy bien".
Con sólo seis semanas de ensayo, y luego de las buenas repercusiones logradas en funciones cerradas para productores, la obra resultó exitosa en la cartelera porteña. Para Krum, la clave está dada por la mirada de Tolcachir: "Claudio dio vuelta la obra, si la contábamos como estaba iba a ser un plomo, no tenÃa encanto para que funcionara. Cuando vi la pelÃcula me gustó, pude ubicarla en la época, por supuesto Richard Dreyfuss está espectacular, pero no me gustó para nada el personaje de ella, me pareció deprimente. HabÃa que encontrarle la comicidad y creo que finalmente salió".
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