Tres miradas tres. Desde Rosario, a poco de colocar la piedra fundamental de lo que esperan sea un auténtico "puente literario", que una su paÃs con la Argentina, tres voces, tres referentes generacionales de la narrativa colombiana conversaron con Rosario/12. Convocados por la editorial Alfaguara y traÃdos hasta Rosario por iniciativa de Homo Sapiens, Antonio Caballero (Bogotá, 1942. Autor de No es por aguar la fiesta --Premio Planeta Periodismo 1999--, Patadas de ahorcado y Sin remedio), William Ospina (Padua, Tolima, 1954. Responsable de tÃtulos como Los nuevos centros de la esfera --Premio Ensayo Casa de las Américas 2003--, La decadencia de los dragones y Ursúa) y Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973. Escribió Los amantes de Todos los Santos y Los informantes) acercaron hasta la ciudad sus experiencias personales y arriesgaron una mirada común sobre el estado general de las cosas en ese vitriólico territorio que es la literatura latinoamericana.
--En el contexto general de la globalización, en materia especÃficamente cultural ¿qué valor le asignan a este tipo de conexiones más, digámoslo asÃ, "regionales"?.
--Ospina: Para mà es una revelación muy grande. Este tipo de iniciativa siempre permite acercarse a un montón de escritores que no conocemos, que no nos conocemos. Y eso siempre es valioso.
--Vásquez: Para mà es una especie de constatación, a la vez preocupante y aliviadora, de que las literaturas lationamericanas contemporáneas son compartimientos absolutamente separados. Los colombianos rara vez tenemos oportunidad de leer a los autores argentinos, nuevos o poco difundidos, y viceversa sino es por mediación de alguna gran editorial española. Asà que esa parábola de tener que pasar por España para leernos entre nosotros, pues es rara sÃ, pero está bien que la aprovechemos. Además creo que este momento editorial está muy vinculado al llamado "boom latinoamericano".
--A propósito de rótulos, para los escritores colombianos, como para los futbolistas argentinos, debe ser complicado escapar al "sello" GarcÃa Márquez, ¿no?
--Ospina: Para mÃ, más que un obstáculo GarcÃa Márquez es un como un precursor, alguien que abrió la literatura colombiana hacia afuera de nuestro paÃs. Hubo una gran literatura colombiana antes de él; esperamos que haya una buena después. Yo no lo veo como un peso, como una carga, al contrario.
--Caballero: Cuando yo empecé a escribir, GarcÃa Márquez no existÃa como escritor todavÃa. Pero creo que lo que ha sido él --y hablo no sólo en el sentido literario, hacia afuera de Colombia, sino polÃtico también- hacia adentro de nuestro paÃs, presentando la realidad colombiana frente a otros paÃses, ha funcionado como una especie de gran paragüas protector. Y creo que eso es algo que debemos agradecer, por un lado los escritores y por otro los que hemos querido incursionar en polÃtica.
--Entonces, esto de que, en cultura siempre las nuevas generaciones son edÃpicas y quieren matar al padre es más vale un mito...
--Vásquez: En realidad es un mito ésto de que el "padre" está siempre dentro de las fronteras del paÃs de uno. Para mÃ, por ejemplo, cuando empecé a escribir fue mucho más difÃcil lidiar con la influencia de los cuentos de Cortázar. Ya mayor, cuando estaba escribiendo mi primera novela, escribà un cuento que publiqué en una antologÃa y que nunca he publicado como libro porque me parece que la influencia de Borges allà es demoledora, y lo anula como creación.
--Callero también lo cita muy frecuentemente a Borges, alguien que no está considerado como un autor tÃpicamente "latinoamericano"...
--Caballero: La verdad es que yo no sé qué es ser un autor latinoamericano. Siempre me ha interesado Borges porque todo el tiempo le descubro cosas nuevas; primero porque no lo he leÃdo todo --entre otras cosas porque Borges escribÃa mucho más de lo que cualquier lector podrÃa leer--, pero además porque me enriquece y me da nuevas ideas. Alguna vez escribà que Borges es un autor cuyo tema es exclusivamente la inteligencia.
--Ospina: Para terciar en esta conversación, a mà me parece que Borges es un autor muy latinoamericano. Y la leyenda de que no lo es, creo que tiene que ver con un malentendido. Si algo caracteriza a América Latina es la variedad de su composición, sus distintas voces. Una literatura muy latinoamericana es, por ejemplo, la de Rulfo, que ahonda en la memoria ancestral del mundo mexicano, en esa búsqueda del padre, esa pervivencia de los muertos. Me parece muy de su región, del Caribe, la literatura de GarcÃa Márquez, la elocuencia del español, el pensamiento mágico indÃgena, la sensualidad del mundo africano, todo eso está presente allÃ. Pero es que un componente fundamental de nuestro continente es la inmigración, y de todas la regiones del mundo. Y en Borges ese interés de ir por todas las culturas, por la Kabalah, el Islam, las literaturas de Europa oriental, el budismo, no es más que una mezcla de la complejidad del proceso inmigratorio en la Argentina, de cómo aquà confluyeron todas las tradiciones y de cómo El Aleph está realmente en el sótano de nuestras casas. De modo que una de la cargas de América Latina es la universalidad, y en ese sentido yo creo que Borges es muy latinoamericano.
--Sobre esto, sobre la complejidad de los procesos inmigratorios, fundamentalmente el original, el de la Conquista, habla en su última novela, Ursúa, un trabajo que de algún modo bucea en los orÃgenes de la violencia en Colombia.
--Ospina: El espÃritu de la Conquista está todavÃa muy presente en Colombia, una violencia que expulsa a las gentes de sus tierras, que le niega sus derechos, sus tradiciones. Es algo que repite viejos modelos de saqueo y dominación.
--¿Y cómo se genera arte en este contexto de violencia y miedo, en un paÃs donde, como dijo Laura Restrepo meses atrás, "los colombianos se conformarÃan apenas con saber que sus hijos morirán después que ellos"?
--Vásquez: Yo creo que para los que no conciben el arte como un hobbie, el arte es siempre una consecuencia directa de eso que esas situaciones de crisis. Para mà por lo menos, mi forma de crear, que es la novela, yo la concibo como una herramienta de conocimiento. Creo que el arte sirve, casi siempre, para hacerse preguntas sobre lo que pasa a nuestro alrededor y por qué nos pasa.
--Lo que ocurre es que esta crisis parece extenderse indefinidamente en Colombia...
--Vásquez: Bueno, es que la crisis colombiana empezó en 1810...
--Caballero: En realidad, como decÃa recién William, para mà empezó antes, en 1510, cuando desembarcó en Colombia nada menos que Pedro Arias Dávila, probablemente el más cruel de los conquistadores. Desde entonces creo que la de Colombia ha sido una lucha por la tierra, que empezó con los españoles y ahora es el turno de los narcoparamilitares para sus cultivos... Los colombianos todavÃa peleamos por la tierra.
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