No hace falta describir lo que ocurrÃa en el paÃs en la primavera de 1990 para sostener que eran tiempos difÃciles. Dicho asÃ, solamente, algún lector desprevenido podrÃa retroceder más en el tiempo y llegar a las tinieblas de la dictadura y sostener que aquellos realmente fueron difÃciles. Desde ya que se tratarÃa de una afirmación irrefutable, pero "los tiempos" de Página/12 están asociados a la democracia como presupuesto indispensable para su existencia. A diferencia de otros medios -que ya lo han demostrado- Página/12 y Rosario/12, serÃan inviables fuera del Estado de Derecho. En ese contexto, el primer año de la "revolución productiva" y "salariazo" no era precisamente el mejor momento para lazar un nuevo medio en Rosario, "cuna de los saqueos" como tituló un medio colega apenas unos meses antes.
Un racconto de aquellas horas en la ciudad y en Santa Fe podrÃa resultar tedioso y seguramente parcial, pero sà vale la pena recordar que asà como "Página" vio la luz en un instante fundacional -el primer recambio constitucional en medio siglo- Rosario/12 coincidió en su salida con la llegada al gobierno por primer vez de un intendente socialista. Lo que parecÃa entonces un "accidente de la polÃtica" -habÃa renunciado Horacio Usandizaga tras el triunfo de Carlos Menem- pasados 18 años merece al menos una calificación un poco más ajustada que no se encontrara en estas lÃneas.
En 1990, a pesar de las dificultades todo estaba por hacerse. Los comienzos con las viejas Remington y la "novedad" de un fax para pasar las notas a Buenos Aires, y llegar al avión de Austral de las 18 horas con un sobre con las fotos reveladas para la edición del dÃa siguiente, fueron un entrenamiento que agilizó neuronas y puso a prueba el temperamento. En este punto es necesario hacer explÃcito el reconocimiento a los colegas de "Página" en la redacción y los talleres de Capital Federal que recibÃan y procesaban el material cada tarde. Y más todavÃa a quienes confiaron en el criterio y determinación de aquellos que a 300 kilómetros tratábamos de acortar esa distancia que se hacÃa aún mayor cuando cada mañana habÃa que apartar la edición de Rosario/12 de las páginas firmadas por Juan Gelman, Osvaldo Bayer, Ernesto Tiffemberg, Juan Sasturain, Mario Wainfeld y muchos más que para seguir leyéndolos hay comprar "Página", a lo que se agrega el recuerdo entrañable del Gordo Soriano y el gran Miguel Briante que compartieron festejos como este hasta que saliera el sol, en Rosario o en Buenos Aries, copiosamente rociados en los que también estaban siempre Jorge Prin y Hugo Soriani.
Las lÃneas anteriores -que pueden parecer un relato doméstico- ayudan a explicar, y tal vez a entender, la permanencia de Rosario/12, que ya forma parte del paisaje de la región. Asà lo expresan no sólo los principales referentes de la vida polÃtica -que escriben en esta edición- sino los lectores que cada dÃa van al kiosco a comprarlo. A lo largo de este tiempo Rosario/12 se permitió algunos lujos: Una columna "Desde El Cairo" escrita por el Negro Fontanarrosa, reemplazada luego por "Boogie, el aceitoso" durante años en la contratapa del domingo que desde la semana que viene comenzará a recuperar escritores rosarinos que alguna vez pasaron por estas páginas.
Hace más de 10 años, un 6 de abril de 1998, Rosario/12 se transformó en el primer diario de la ciudad en poner color en sus páginas, fue un lunes, y como no podÃa ser de otra manera, el azul y amarillo, y el rojo y negro, rompÃan la gris monotonÃa que reinaba hasta entonces. Pero lógicamente más importante que eso es poder atesorar algunos momentos relevantes como la investigacion del "caso Storni", mucho antes y en detalle que cualquier otro medio nacional, el hallazgo de un centro de detención clandestino durante la ultima dictadura, la contribución a través del trabajo periodÃstico publicado en el esclarecimiento de los crÃmenes del 19 y 20 de diciembre en Rosario, entre los que figuran el de Pocho Lepratti. El escándalo de los juguetes de Antonio Vanrell, localizado en Paraguay por un cronista al que le anticipo que se entregarÃa y afrontarÃa el único juicio polÃtico que se sustanció en la provincia desde la recuperación de la democracia. La cobertura de las inundaciones en Santa Fe, dejando en claro que no fue únicamente una catástrofe natural, y últimamente la cobertura del conflicto entre las entidades del campo y el gobierno. A esto se agregan espacios consolidados -por prepotencia de trabajo de sus inspiradores- como las páginas de Plástica de los martes y de PsicologÃa de los jueves, que llevan más de 10 años ininterrumpidos. Además de que en la sección deportes se publica información entorno a un tal López del que casi nadie habla, o mejor dicho casi nadie escribe.
Probablemente, el lector piense que eso es lo menos que debe hacer un periódico, y tal vez tenga razón, pero sucede que no siempre es asÃ, y para eso basta darse un paseÃto por otras publicaciones, y revisar el "archivo" de sus columnistas. En ese sentido, y más allá de algunas diferencias de enfoque en el tratamiento de ciertos temas Página/12 y Rosario/12 comparten y conservan valores que hacen a la esencia misma de ambos: La defensa de los derechos humanos y de las libertades públicas y su posición en contra de cualquier forma de discriminación. Estos atributos son reconocidos inclusive por aquellos que no tienen ni la menor simpatÃa por el diario, pues reconocen en "Página" una actitud genuina, consecuente, sostenida en el tiempo, e inmutable frente a "fenómenos estacionales".
Igual que la "nave madre", Rosario/12 tiene un intenso presente y está pensando en el futuro, pero también tiene un pasado -nada más que 18 años, pero nada menos- que a diferencia de los otros estadios no se puede modificar. Y que además no quiere modificar, no porque no se hayan cometido errores, que ciertamente los hubo, sino porque ese pasado comienza a parecerse a una "trayectoria" que hace que se siga trabajando con el mismo entusiasmo y alegrÃa que aquella primavera del '90, y que nos permite imaginar que las mejores historias aún estan por escribirse.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.