Yo no puedo permitir que cualquier persona haga, para trepar, cualquier cosa.
Mar铆a Kodama
Los elementos, en principio, son: un posteo en Facebook, una imagen, ciento cuarenta y cuatro 'me gusta', ciento veinte comentarios y doscientos sesenta y nueve 'compartidos'. La red social es un logaritmo complejo que permite la diversificaci贸n de los contactos y la difusi贸n de sus contenidos. El posteo en cuesti贸n, publicado el s谩bado once de julio a las diez y media de la ma帽ana por Manuel Quaranta, es el siguiente: "Suena el timbre, dicen 'correo', yo esperaba un libro que me hab铆an enviado de Buenos Aires y me encuentro con una carta documento. Creo que si esta caza de brujas sigue va a terminar todo mal". Junto al posteo una fotograf铆a en la que se ve una mano sosteniendo una Carta Documento enviada por Correo Andreani y firmada por el abogado Fernando Soto. La carta dec铆a lo siguiente: "Me dirijo a usted en calidad de representante legal de la Sra. Mar铆a Kodama a fin de intimarlo para que cese de utilizar el nombre, la imagen y el estilo de Jorge Luis Borges en sus posteos de Facebook. De no cumplir con lo requerido ser谩 demandado judicialmente en los t茅rminos de la ley 11.723 de propiedad intelectual y tratados internacionales, leyes y decretos concordantes."
Los interrogantes, en principio, pueden ser: 驴por qu茅 Quaranta publica tal suceso en su perfil, qu茅 lo mueve a hacerlo?, 驴por qu茅 una intimaci贸n personal lleva a un involucramiento general? Y sobre la Carta Documento, 驴qu茅 quiere decir el abogado con "estilo"?, 驴qu茅 legalidad tienen los posteos en Facebook?
El contexto, en principio, podr铆a ser: Mar铆a Kodama fue secretaria y 煤ltima esposa de Jorge Luis Borges, por tanto heredera de los derechos de autor del gran escritor argentino. La f茅rrea custodia de los textos de su esposo la llev贸 a perseguir a editoriales y escritores por, supuestamente, manipular, editar o citar las palabras de su marido sin consentimiento previo. En una digresi贸n vale aclarar que muchos de estos sucesos se conocen por el particular compromiso que tienen los medios masivos en la difusi贸n de noticias sobre arte, literatura, etc. Es noticia alguna de estas disciplinas s贸lo si hay en juego algo de orden econ贸mico: la firma de un contrario millonario, las enormes ventas de un autor, una denuncia judicial por plagio o la apertura de una feria. Es decir, la "cultura" se difunde s贸lo cuando el factor econ贸mico se posa sobre la literatura o el arte, esto sucede porque, justamente, el valor econ贸mico es lo 煤nico que los medios de comunicaci贸n custodian.
La repercusi贸n, en principio, fue la siguiente: si hacemos un breve c谩lculo, podemos estimar la cantidad de personas que leyeron el posteo. Presumiendo un alcance m铆nimo de diez lectores por cada compartido, y sumando los usuarios espec铆ficos del muro de Quaranta, no menos de tres mil personas se enteraron de este suceso a trav茅s de las redes sociales.
Ahora podemos ingresar en la trama m谩s fina de este relato: su conclusi贸n. Por notorias razones, la red social nos da informaci贸n no s贸lo cuantitativa sobre la "recepci贸n" del posteo en cuesti贸n. En una breve caracterizaci贸n, podemos inferir que cuando se realiza una intervenci贸n (una publicaci贸n) en una red social es el receptor quien permite la huida y circulaci贸n de ese mensaje (movilidad distinta a la de los medios tradicionales o modernos). La intenci贸n inicial es pensar qu茅 movi贸 a cientos de personas a hacer circular esa fotograf铆a (en un momento dado la escritura del posteo abandona la imagen). La mayor铆a de las personas compart铆an indignadas la noticia, pregunt谩ndose c贸mo era posible denunciar a alguien por citar "el estilo" de Borges en Facebook. Otros, un poco m谩s esc茅pticos, lo compart铆an con cierto dejo de duda.
La mirada es siempre una interpretaci贸n situada. Nada est谩 por fuera del espacio de lectura que inscribe un contexto. Por eso, la profusa difusi贸n de la intimaci贸n a un posteador de Facebook se inscribe, no ingenuamente, en un contexto deliberado. D铆as antes hab铆a resurgido (medi谩ticamente) el juicio al escritor Pablo Katchadjian por la publicaci贸n de su obra El Aleph engordado (con un simple googleo podr谩 enterarse del suceso). Esto es lo que constituye el terreno perceptivo sobre el que se realiza la lectura del posteo. El contexto es el que definitivamente cre贸, promovi贸 y elucubr贸 la acci贸n: la Carta Documento no existe, la noticia es falsa, el posteo es cierto, todo bajo un tono interrogativo. Entonces algo cercano, y a la vez lejano, a ese entramado de sentidos que rodean a la carta constituye la verosimilitud de esa informaci贸n. Esa es la relaci贸n con la creencia en la imagen y su naturalismo. Lo veros铆mil, seg煤n Arist贸teles, es aquello que puede ser posible que acontezca. A partir de una identificaci贸n con el modelo es posible llegar a un entendimiento de lo representado. Aqu铆 es cuando el espectador adquiere un placer verdadero, se transforma en c贸mplice de una acci贸n art铆stica.
El posteo, en complicidad no deliberada con los usuarios de Facebook, llega a los redactores de la verdad: los periodistas. En el transcurso de la semana comenzaron a aparecer notas en portales digitales de distintas partes del pa铆s: "El esp铆ritu antiborgiano de la viuda de Borges", "Demandan a un hombre por 'utilizar el estilo de Borges'", "La viuda ataca de nuevo", entre otros. El jueves una radio local le realiza una entrevista a Quaranta para que cuente el suceso. Nunca desmiente, a la inversa, extrema los recursos discursivos para seguir construyendo la noticia, aunque minimiza los cargos realizados por el abogado. A las pocas horas lo convocan del diario La Capital y al d铆a siguiente sale una nota en la p谩gina seis, bajo el t铆tulo "Kodama intim贸 a un escritor rosarino para que deje de usar el 'estilo' de Borges"; en la nota se repasan los hechos y se utilizan tres im谩genes con ep铆grafes a modo de ilustraci贸n: "El receptor. Quaranta se encontr贸 con la intimaci贸n", "La emisora. Kodama actu贸 a trav茅s de sus letrados", "El documento. La misiva firmada por el abogado de la viuda de Borges"; todo el material extra铆do de Internet, de Facebook. Lo que anunciaba el posteo se construye definitivamente como verdad sin la complicidad de los editores (este es uno de los puntos m谩s importantes de la acci贸n, porque si bien conocemos otras intervenciones art铆sticas en los medios de comunicaci贸n, en ellas siempre se mantuvo un acuerdo con los editores). Pero lo m谩s relevante es que, otra vez, la fotograf铆a de una carta de intimaci贸n ocupa el lugar de documento, como aquel vestigio que dar铆a la pauta absoluta de su verdad: es la confianza ciega que imprime una creencia, el esto ha sido de la fotograf铆a (de la imagen).
En esta acci贸n Quaranta encarna, parad贸jicamente o no, una de los procedimientos m谩s relevantes de la literatura de Borges dentro de las figuras parasitarias. Se despliega la acci贸n del traductor, entendido como aquel que se alimenta de un original y lo modifica. Esta figura es evidente por querer construir un suceso como el de Katchadjian, pero mediante una acusaci贸n que roza lo absurdo: el uso de Borges en Facebook, la imitaci贸n de su estilo. Evidentemente estos son los aspectos que dejan entrever la ficci贸n del posteo y la falsedad de la intimaci贸n como el punto enf谩tico de la acci贸n. Lo enf谩tico, argumenta Alan Pauls en El facto Borges, es la marca del impostor, la realizaci贸n de una operaci贸n consciente y deliberada pero que contiene un disfraz que lo delata. El disfraz (lo demasiado falso) se convierte, a trav茅s del absurdo, en lo veros铆mil. Esto hace aparecer el pudor como el instante en que a trav茅s de lo dicho se deja un espacio oscuro, en sombra, que es lo entredicho. El procedimiento ficcional (lo aparentemente falso) deja alg煤n vestigio de realidad para captar al lector y construir un discurso cre铆ble, aut贸nomo. El posteo se vuelve transparente, oculta su proceso de construcci贸n y logra algo parecido a lo inaugural, al acontecimiento.
驴Ha pensado en qui茅n va a cuidar la obra de Borges en el futuro?, le preguntan a Kodama.
En el futuro, s铆, ya tengo a alguien que es peor que yo.
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