Néstor
Estoy escribiendo estas lÃneas y veo por TV como despiden al presidente Néstor Kirchner. No veo bien la pantalla de la computadora, nublada es la imagen del televisor. ¿Serán los anteojos que me acompañan de toda la vida? No, estoy llorando y esto me retrotrae a un 1º de Julio de 1974, mi antigua casa, un tele en blanco y negro y la imagen borrosa tira a un General que es vivado y amado por su pueblo, y es allà que veo a mi viejo llorar por primera vez en mi -en aquel entonces- corta vida. No comprendà que pasaba, hoy estoy viviendo ese sentimiento, despido a un hombre, polÃtico de raza, llorando. ¿Y por qué?
Quizás cuando lo voté por primera vez lo hice por bronca, impotencia de haber vivido los 90 con una angustia en el corazón. Esta persona desgarbada hacia las cosas que siempre soñé o ni en sueños pasaban por mi cabeza, cosas como decirle a un teniente general baje esos cuadros, ordenarle: proceda. Medidas históricas, revolucionarias, sÃ, revolucionarias. La revolución no sólo se hace a los tiros sino también con ideas y con medidas como Néstor y Cristina brindaron: Asignación Universal por Hijo, estatización de las AFJP, AerolÃneas, jubilaciones para millones de personas que jamás en otras circunstancias podrÃan obtenerlas. Esta medida me toca también y es por mi Vieja, que aquel dÃa que cobro su primera jubilación me abrazó y su llanto era de orgullo. Soy ama de casa y valgo. ¡Soy importante!
Nos devolvió la alegrÃa. Esto no es poca cosa. Yo no estoy a cargo del Indec, mi propia estadÃsticas es la calle, vivo en el barrio sur de Cañada de Gómez, gente a la que todo le cuesta un poco más, no conocen otra cosa que laburar para comer. En el 2001 yo veÃa y lo hacÃa, pedÃa 2 mangos de caracú o de hÃgado en una sola carnicerÃa. El mismo dÃa que están llevando a su última morada a Néstor, en mi barrio, en cuatro cuadras, hay 5 carnicerÃas, trabajan hasta los domingos y veo a mi gente, mis amigos llevando su carbón y su asado para su casa.
La muerte siempre dignifica pero hasta los columnistas de La Nación y ClarÃn ofrecen sus calumnias descaradas o mejor dicho pagadas.
La vida me dio la suerte de conocer a estas dos personas que cambiaron al PaÃs, el 25 de Mayo, con el Bicentenario tuve el placer de conocerlos, de abrazar a Cristina y a Néstor y luego de reponerme del shock mirar a mi señora y a mi hijo llorar juntos de emoción de haber estado junto a dos personas que están escribiendo una nueva historia.
En Plaza de Mayo alguien hizo esta aseveración: "Nosotros tenemos a un muerto querido, la oposición tienen cadáveres polÃticos".
Gracias Néstor por todo. Fuerza Cristina, estamos con vos.
Juan Sosa
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