Persecución
En la tarde del viernes me encuentro ante un operativo de inspectores municipales con mi camioneta. Al ser detenido me solicitan la documentación del vehÃculo y al explicarles que me la habÃa olvidado en mi domicilio, me informan que deberán secuestrar el mismo. En ese preciso momento les explico que no descenderé del vehÃculo y que no dejare que lo secuestren y que solamente quien puede secuestrar una propiedad privada es un juez nacional o provincial. Los inspectores recibÃan constantemente órdenes a través de sus celulares y solicitaban ayuda a la policÃa que se encontraba en el operativo. En poco tiempo fui rodeado por una veintena de policÃas e inspectores. La policÃa al ser auxiliares de la justicia y al no haber cometido yo delito alguno no pueden actuar. Los inspectores municipales recibieron órdenes de precintar el vehÃculo con las fajas correspondientes y que se remitiera al corralón conmigo adentro. Al intentar subirlo al camión camilla le explico a un jefe policial que estaban privándome de la libertad y que debÃa hacer algo. Los municipales desistieron de dicha autoritaria actitud y se apersona el secretario de gobierno Ivan Ludueña al lugar para ir a radicar una falsa denuncia esperando que el juez penal de turno diera la orden de secuestrar el rodado y que se me baje por la fuerza. Ante la presencia de mis abogados y la consulta que realiza la comisaria 1, el juez no ordena lo esperado por la municipalidad y dice que el procedimiento administrativo era meramente municipal. Cabe aclarar que la policÃa se mantuvo al margen de todo acto de autoritarismo, no prestándose a la persecución polÃtica e ideológica que estoy sobrellevando a raÃz de la denuncia que realice sobre el blanqueo de capitales en la ciudad por el narcotraficante DelfÃn Zacarias y la relación con el poder politico. Sucede que detrás de esto existe un gran negocio, que es el precio de deben pagar los ciudadanos sanlorencinos por el traslado en la camilla hasta el corralón municipal. Detrás de esto está un personaje nefasto, ex convicto actualmente procesado por agredir a un periodista de la ciudad ligado a ZacarÃas.
Me indigno y me crispo a la pandilla mafiosa reinante, no a la autoridad de los inspectores municipales.
Marcelo Remondino
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