Roberto Harari es psicoanalista, ensayista, doctor en psicologÃa, miembro fundador y ex presidente de Mayéutica-Institución PsicoanalÃtica. Fue uno de los iniciadores de Convergencia, Movimiento Lacaniano por el Psicoanálisis Freudiano, red plurinstitucional de carácter internacional fundada en Barcelona en 1998. Entrevistado por Elpsitio (revista virtual de psicoanálisis) comenta sus apreciaciones sobre su nuevo libro y sus reflexiones sobre su visita a China.
-¿Por qué el tÃtulo de su nuevo libro "Palabra, violencia, segregación y otros impromptus psicoanalÃticos"?
-El libro es un agrupamiento de artÃculos que fueron surgiendo a raÃz de diversas invitaciones, participaciones y textos escritos para diversos medios, incluso periodÃsticos. Intento llamar al conjunto de artÃculos impromptus siguiendo algunas puntuaciones de Lacan, quien habló de "impromptus" tomando el término de la música. Se trata de piezas breves que aparentemente son espontáneas en cuanto a su surgimiento. También tomé en cuenta a André Comte-Sponville, un filósofo que en un libro suyo llamado justamente "Impromptus" incluye piezas breves, y otras que, en su reescritura, no lo son tanto. Bueno, es lo que sucede con varios capÃtulos de mi libro, en los dos sentidos apuntados, porque reescribà prácticamente todos, y algunos son más largos. Pero quise respetar su origen sosteniendo esa denominación. "Palabra, violencia, segregación" toma tres ejes que son preocupaciones mÃas; sobre todo, el tema de la palabra, que tiene su lugar en los primeros tres capÃtulos, donde introduzco una noción nueva, a mi parecer: el Realenguaje. Es una palabra-valija derivada de realizar una juntura de dos términos a partir de los cuales sale la palabra Realenguaje, es decir, lo Real del lenguaje. Esto ya es bastante heterodoxo dentro de la enseñanza aceptada y sostenida por muchos lacanianos, quienes asimilan lenguaje con Simbólico. Es una manera de ir contra el código, ya que pegar ambos vocablos da una idea de un programa de estudio, de investigación, y de trabajo clÃnico.
-¿Fuiste a dar clases de psicoanálisis en China ¿cómo fue su experiencia all�
-Fue muy, muy interesante. El iniciador es un psicoanalista chino, el primero que comienza un movimiento. Huo Datong fue a Francia hace muchos años y se acercó al movimiento lacaniano donde nos reconocemos. Inició su análisis y realizó varios cursos y seminarios por el lapso de siete años, hasta que entendió que querÃa tentar suerte en su ciudad natal, que es Chengdu. El es el único analista, por lo tanto las referencias para los análisis de los analistas es Huo, quien está a cargo de los análisis de gente joven en general. Para ser más preciso: él tiene a su cargo los análisis y la enseñanza regular, como postgrado, en la universidad. Tiene un Centro PsicoanalÃtico en esa ciudad, cuya sede es la universidad misma. Luego de compartir una mesa en la presentación de un libro mÃo en Francia, en 2002, me invitó a enseñar a Chengdu, y pudimos hacer coincidir las agendas para concretar mi viaje ahora, en junio de este año. Lo que me llamó la atención es que él me pidió una exposición inicial sobre la historia del psicoanálisis en Argentina. Estuve seis horas hablando en francés del tema, y el me traducÃa al chino. El otro punto que le interesaba, y que desde ya trabajé, era el de las metas y el fin del análisis. Asà que estuve enseñando allà durante ocho dÃas.
-¿Y la recepción de los estudiantes?
-Fue muy auspicioso, porque era gente joven que hacia preguntas cruciales, sin ruborizarse por preguntar aspectos básicos. Siempre digo que son las mejores preguntas, porque no dan nada por sentado. Para mà fue una experiencia muy valiosa, con cerca de 50 personas en total. Esto es la base de un movimiento, donde a partir de la trasmisión, empieza a formarse una generación de analistas, y la cuestión puede llegar a implantarse. Para mi sorpresa veo que hay demanda de análisis. Como me decÃa Huo Datong, hay que partir de la base de que los chinos son todos taoÃstas, lo sepan o no. Entonces este movimiento psicoanalÃtico se inscribe dentro de un taoÃsmo de base, lo que implica diferencias de creencia, de concepción del mundo, de posición subjetiva, respecto del Otro. Por otro lado veo que hay una inserción arrasadora por parte de Occidente, de sus valores, de sus inversiones económico-financieras, de la religión del capitalismo salvaje. A mi me pareció muy honroso poder colaborar esta primera vez; es un trabajo de pionero el que está haciendo Huo Datong. Te reitero: hay un núcleo de gente que es muy capaz. Están queriendo traducir los textos, en particular los lacanianos, a partir del francés, donde es posible que sean volcados algunos de mi autorÃa. Es muy importante poder entrar en la cultura en general a través de la producción y de la difusión de libros.
-¿Qué consecuencias clÃnicas se ven respecto de la escritura en China, teniendo en cuenta que es ideográfica?
-Es uno de los puntos más singulares. Los primeros textos que conocà apuntan a este hecho y a cómo Freud habÃa aproximado los dialectos de lo inconsciente con la escritura china, en las Lecciones Introductorias. Lacan por su parte, en el año 1977, en el Seminario "L'insu...", aproxima la interpretación analÃtica a los efectos derivados de la escritura poética china. Hay algo evidentemente que los maestros captan de una singularidad; sobre todo, lo que sucede con el sonido. Yo creo que hay algo que favorece esta concepción de lo que es lo inconsciente, por la particular unidad sonido-sentido. Me arriesgo a postular que el mandarÃn es una lengua muy proclive a poder asimilar las enseñanzas del psicoanálisis.
Entrevista completa en http://www.elpsitio.com.ar/Default.asp
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