Guillermo Ferragutti trabaja en el Centro de Documentación de la Unidad de Investigaciones Sociohistóricas Regionales (ISHiRCONICET/UNR/UNju/UNco). Una mañana estaba digitalizando material proveniente del archivo personal de Angel Garma, uno de los pioneros del psicoanálisis en Argentina, cuando tres de los documentos le llamaron especialmente la atención. "Prof. Dr. Freud. Wien, IX, Berggassen 19" se leÃa en la parte superior del papel que parecÃa salido de un recetario médico. Luego de varios reglones de apretada caligrafÃa se encontraba la confirmación: la firma "Freud". Asà es como se hallaron tres cartas escritas de puño y letra por Sigmund Freud, el creador del psicoanálisis, cuya existencia se desconocÃa. El material estaba siendo digitalizado a pedido de investigadores del Centro de Estudios Históricos del Psicoanálisis en la Argentina (CEHPA) de la Facultad de PsicologÃa de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), dirigido por Ana Bloj, quien habÃa recibido los documentos en carácter de préstamo de manos de Carmen Garma, la hija de Angel. Las misivas de Freud, datadas en 1911, 1916 y 1917, planteaban dos interrogantes. El primero, era si las cartas podrÃan haber estado destinadas al doctor Garma, ya que -nacido en 1904-, era demasiado joven para haber podido mantener correspondencia con Freud en esos años. El segundo, era acerca de su contenido, si bien en principio se creyó que estaban escritas en alemán, luego de consultar especialistas en germanÃstica se pudo saber que las cartas estaban en sütterlin, una grafÃa especial del alemán que se popularizó en 1911 y llegó a imponerse como obligatoria hasta ser prohibida por el nazismo. "La pauta que nos daba esta caligrafÃa es que las cartas habÃan sido enviadas dentro de los lÃmites del imperio y a alguien capaz de leer Sütterlin porque Freud manejaba muchos idiomas y, evidentemente, si eligió esa caligrafÃa estaban destinadas a alguien de esas latitudes", sostiene José Ignacio Allevi, becario del CONICET y miembro del CEHPA. Soledad Cottone, codirectora del CEHPA, cuenta que "poder traducir las cartas fue un punto de mucha dificultad, lo logramos por una relación personal que sostengo con una profesora austrÃaca de castellano y alemán. Ella sabe sütterlin ya que su abuela se lo enseñó, le enviamos las cartas digitalizadas, y a partir de allà empezó toda una empresa en Austria para traducirlas porque la grafÃa de Freud es muy compleja, escribe muy ajustado. Si bien a nivel general la profesora las podÃa interpretar, quedaban 'huecos' sin comprender. Finalmente, una señora austrÃaca de 87 años descifró las palabras que faltaban. Las cartas se transliteraron al alemán y a partir de allà se tradujeron al castellano. Ahora tenemos las tres versiones: sütterlin, alemán y español." A través de las traducciones se puede inferir que dos de las cartas, las más breves, son respuestas a consultas espontáneas de personas que preguntaban acerca de algún sÃntoma puntual. La tercera, más extensa, puede haber sido la contestación a correspondencia de un expaciente que describe cómo ha seguido su vida luego de terminar la terapia y Freud le hace una devolución. Una vez comprobado que las cartas encontradas no eran de Freud a Garma, cabe preguntarse cómo llegaron al archivo personal de este último. "Garma se analizaba con Theodor Reik, discÃpulo directo de Freud. Tenemos la hipótesis que él se las podrÃa haber entregado a Garma como un regalo, como algo casi simbólico", opina Allevi. "También puede haberlas encontrado en algún espacio asociado al coleccionismo y haberlas comprado", añade Sandra Fernández, investigadora del ISHIR. Los originales de las tres cartas inéditas escritas por Freud están expuestos en el marco de la muestra "Construcciones del Psicoanálisis en Argentina", a partir del 25 de septiembre en el Espacio Cultural Universitario (ECU), San MartÃn 750.
*CONICET Rosario.
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