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Jueves, 29 de septiembre de 2016
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El lugar de las pasiones en Freud, Lacan y la cl铆nica psicoanal铆tica

Los afectos resuenan en el cuerpo

El psicoanalista hace lazo entre la pasi贸n transferencial y su relaci贸n con el saber y es la sede de las pasiones en el an谩lisis. Todo comienza con la transferencia que, como todo el mundo sabe, es el amor que se dirige al saber.

Por Mar铆a Leonor Solimano*
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En la espera de transferencia se manifiestan diversos afectos.

Muchas personas temen analizarse porque piensan que el an谩lisis tiene como efecto una suerte de desenfreno de los deseos. As铆 fue que se consider贸 al psicoan谩lisis culpable de la liberaci贸n sexual.

Lacan dec铆a que el sujeto s贸lo era culpable de ceder en su deseo. Se trata, entonces, del deber que tiene el sujeto respecto de su deseo. Este deseo considerado en la vertiente de la causa y no en la del fantasma. Llam贸 a la causa objeto a. En los a帽os 70, Lacan, en Televisi贸n relanza la expresi贸n de pasiones del alma.

En sus Escritos, Lacan se帽ala que el sufrimiento de la neurosis y de las psicosis es para los analistas la escuela de las pasiones. Freud explica que las pasiones subsisten m谩s all谩 de la resoluci贸n de los s铆ntomas.

El psicoanalista hace lazo entre la pasi贸n transferencial y su relaci贸n con el saber y es la sede de las pasiones en el an谩lisis, es el santo en el decir de Lacan, dado que asediado por estas pasiones que suscita no tiene sosiego.

Todo comienza con la transferencia y sabemos que la transferencia es el amor que se dirige al saber. Y es l贸gico que toda la gama de afectos bajo transferencia responda a esta promesa. Podr铆amos describir los afectos diciendo: el enamoramiento de los comienzos, en un segundo tiempo la frustraci贸n y al final la trama de satisfacciones que vuelve dificultosa la separaci贸n.

Es entonces en la espera de transferencia que se manifiestan diversos afectos: el temor de lo que se podr铆a descubrir; euforias transitorias frente a cada descubrimiento; la impaciencia descorazonada; tristeza cuando la inercia de la pulsi贸n produce un impasse; tambi茅n la c贸lera del paciente que interpela al analista porque este no responde a las demandas. La angustia, afecto que no enga帽a, v铆a de acceso a lo que no es significante.

Los afectos tambi茅n resuenan en el cuerpo. Este cuerpo marcado por lalangue. El nudo en la garganta, cuando se nos pone "la piel de gallina", cuando saltan las l谩grimas, cuando temblamos de miedo.

Todos estos afectos son indicadores de la posici贸n singular de cada sujeto que el analista no debe descuidar.

La interpretaci贸n es la manera en que el analista soporta la pasi贸n de transferencia, buscando concentrar sobre s铆 mismo la "mala" pasi贸n, pero, a condici贸n de reabrir una v铆a de relaci贸n con el inconsciente.

Finalmente quedar铆a preguntarnos 驴cu谩l es el destino de la pasi贸n transferencial en la salida del an谩lisis? Se espera que el sujeto al final pueda aislar la causa de su horror al saber y estar un poco triste, sin embargo Lacan en La Nota Italiana nos habla de entusiasmo: un afecto apenas man铆aco.

En 1976, Lacan propone evaluar la satisfacci贸n que sella el fin de an谩lisis. Los afectos del final no son los afectos de duelo, ni de p茅rdida, sino de satisfacci贸n y la satisfacci贸n remite al goce. Un goce que se帽ala el fin, hace caducar el otro que sosten铆a el proceso. La invenci贸n del dispositivo del Pase tiene por objetivo su comprobaci贸n.

*Psicoanalista. Miembro de la AMP y AME de la Escuela de la Orientaci贸n Lacaniana.

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