"No pido disculpas porque no es una cosa que hice adrede ni a propósito. Simplemente, a lo mejor, comuniqué mal". Con esta frase, Maria Bressa se despidió de su cargo como secretaria de Derechos Humanos, ante la crÃtica frontal que le hicieran ayer las organizaciones de derechos humanos. La frase podrÃa dar lugar a interpretaciones varias: si se comunica mal es porque no hay claridad en el pensamiento. Sin embargo en un rápido chequeo de la cinta se despeja cualquier duda. Y esto es tan claro porque el alerta lo dan los propios profesionales encargados de afrontar el mal trago: hacerse cargo de los represores compungidos (si los hubiera) y sus entornos familiares. Es decir que por poco tiempo Bressa podrÃa haber tapado el sol con la mano. Tal vez la explicación haya que buscarla un poco más allá y mirar esta historia que tiene cuatro capitulos. Los cuatro pasos que eligió el gobierno provincial en este área tan sensible para una parte importante de la población: bajar de categorÃa a la SecretarÃa de Derechos Humanos que antes tenÃa rango ministerial; poner allà a Bressa, que provoca este dislate; intentar taparlo criticando al mensajero y finalmente, probar con un enroque.
Fue un error colocar a Bressa en el cargo cuando no estaba empapada en el tema, por su nula militancia, su desconocimiento de sus protagonistas, y su perfil técnico. Pero hay que decirlo: Bressa llega a ese sitial luego de las diferentes opciones que se barajaron: uno los nombres que acercó la vicegobernadora Griselda Tessio -que fue incluÃda en la fórmula como vice con la espalda que le daba haber sido fiscal federal e implusora de causas de terrorismo de estado- fue el abogado santafesino Jorge "Coco" Pedraza. Pero el tema quedó en manos del ministro de Justicia Héctor Superti. Aquella decisión tuvo consecuencias: el primer fracaso en una área en donde el socialismo no puede exhibir nombres de valÃa.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.