Ni los 800 habitantes del Pago de los Arroyos de 200 a帽os atr谩s, ni el propio General Belgrano aventuraron que aquellas agrestes barrancas donde la Bandera tremol贸 por primera vez albergar铆an los picnics rosarinos en el tercer milenio, ni que un aluvi贸n de gentes llegadas desde varios puntos del mapa confluir铆an para honrar aquella gesta y, adem谩s, para ratificar -buena parte de los presentes- su adhesi贸n a la Presidenta Cristina Fern谩ndez. De todo eso hubo un poco ayer a la tarde frente al Monumento a la Bandera, en una convocatoria que hizo convivir a un enjambre de banderas kirchneristas en la primera fila, con vecinos de a pie, turistas, y familias en reposeras que siguieron el acto en los bordes del parque.
Hacia las cuatro de la tarde, los alrededores del Monumento luc铆an casi como cualquier feriado de sol, salpicado por los vendedores de banderas a 10, 20 y 30 pesos, las vallas en torno al escenario de espaldas al r铆o y las primeras chicas de La C谩mpora, la Mart铆n Fierro y Kolina que ensayaban cantitos. Pronto, de una treintena de 贸mnibus empezaron a asomar las m煤ltiples columnas que componen la constelaci贸n de agrupaciones kirchneristas, llegadas no s贸lo desde Rosario sino de Buenos Aires y su conurbano, C贸rdoba y Entre R铆os. Su entrada en escena tuvo m谩s espectacularidad que la del propio General y sus soldados. Bajaron por calle C贸rdoba a puro bombo y petardos. Primero, sinfon铆a albiceleste en las banderas de La C谩mpora, que cop贸 la derecha del escenario. Pausa, otro bombazo, y bengalas rojas y negras para anunciar el avance del Movimiento Evita, con el diputado provincial Gerardo Rico se帽alando el camino y el ex concejal Fernando Ros煤a empu帽ando el estandarte principal (ver p谩gina 2). Tomaron el ala izquierda frente al escenario. El diputado Marcos Cleri -en ese momento, enfundado en una remera de La C谩mpora que luego trocar铆a por camisa a la hora de subir al palco-, estim贸 que la convocatoria total de las organizaciones sum贸 unas 10.000 almas.
En derredor, algunos visitantes fotografiaban por igual el fervor de la militancia y las dos banderas de cola que flameaban 茅picas desde la cima del Monumento. La imagen que un helic贸ptero transmit铆a en las pantallas mostraba una marea de personas y banderitas, desde el Monumento a los Ca铆dos en Malvinas hasta m谩s all谩 del Concejo Municipal y las escalinatas del Patio C铆vico. En la periferia del mit铆n, algunas reposeras y conservadoras dom茅sticas reten铆an pinceladas de aquel pic nic de feriado que campeaba a las cuatro de la tarde. Pero el alerta metereol贸gico ya hab铆a pasado y ahora la pasi贸n por Cristina y N茅stor Kirchner dominaba la escena en todos los colores posibles.
El locutor areng贸 las vivas previsibles: que la Bandera, que Belgrano, que Rosario, Santa Fe y Argentina. El p煤blico respondi贸, consecuente y a su turno. Pero la barra sigui贸 el juego y viv贸 a N茅stor Kirchner a bombo batiente, y en las butacas del palco central se apreciaron algunos gestos inc贸modos entre representantes de las gestiones provincial y municipal. Tem铆an una escena dif铆cil para lo que vendr铆a, y todav铆a ni Cristina, ni el gobernador Antonio Bonfatti hab铆an arribado.
Antes de retirarse, ajena al panorama que la rodeaba junto a las vallas donde apretujaban camar贸grafos y periodistas, Silvia expres贸 como vecina su sinsabor por los militantes que -seg煤n su visi贸n- impon铆an su fe partidaria por encima del motivo de la celebraci贸n patria. Una se帽ora la oy贸 a su lado y no se contuvo: "Yo creo que est谩 bien expresarse cada uno con su ideolog铆a, porque tengo bien presente cuando (en 1955) voltearon a Per贸n y estaba prohibido nombrarlo", replic贸.
Paula, docente, y su amiga Viviana, vinieron desde Carlos Pellegrini a visitar a su amiga Mar铆a Rosa. Las tres, apretando sus carteras bajo el brazo, comentaban la ausencia de banderas en la mayor铆a de los cotizados balcones que dan al Monumento. Para entonces, cuatro tramos de Alta en el Cielo hab铆an partido desde Parque de Espa帽a, Plaza L贸pez, Plaza Pringles y otra que remont贸 el r铆o en manos de pescadores para converger en el acto. Julieta, con su mam谩 y sus dos hijos, llegaron desde zona sur y se prendieron a un tramo de bandera para llevarla hasta el escenario, en un desordenado avance entre la compacta multitud frente al palco. Rosario/12 las encontr贸 resollando sobre el pasto, a un costado. "Vinimos porque quisimos participar con los chicos, pero ah铆 adelante no nos dejaban pasar aunque llev谩bamos la bandera de todos. Eso no est谩 bien, a Belgrano no le habr铆a gustado", lament贸 la joven.
Adem谩s de las consignas que aportaron el tono pol铆tico del acto, donde el kirchnerismo se adue帽贸 de la escena, hubo otras causas de coyuntura como la del reclamo por la aparici贸n de la sanlorencina Paula Perassi y la que exige a la Justicia que falle a favor de una madre por la tenencia de su hijo Dante, reclamado por su padre estadounidense.
La gente sigui贸 las alternativas de la celebraci贸n en calma, fuera del fragoroso epicentro del acto, y solt贸 el primer aplauso generalizado cuando la intendenta M贸nica Fein mencion贸 a los ex combatientes y a las Abuelas de Plaza de Mayo. Para entonces, la Presidenta hab铆a llegado. La bocina de un barco embanderado por el Sindicato de Dragado y Balizamiento avis贸 de su arribo. Adelante, la militancia compet铆a en decibeles con el sistema de audio de la organizaci贸n.
La impecable y correcta versi贸n del Himno Nacional, a cargo de Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale, amalgam贸 por un instante a todos y a todas, y hubo ojos h煤medos en el gent铆o cuando el "Oh juremos con gloria morir" retumb贸 entre miles de banderitas batientes.
Entonces apareci贸 el General Belgrano, escoltado por Cosme Maciel. Hab铆an marchado desde las quebradas del Saladillo, en la puesta llamada Ruta Apasionada, que recre贸 el avance del Ej茅rcito del Creador de la Bandera, camino al norte. En la piel del actor rosarino Mat铆as Mart铆nez, don Manuel habl贸 en presente: "Cuando llegu茅 a la capilla del Pago de los Arroyos, hace 200 a帽os, con mi ej茅rcito de patricios, paisanos e indios, fue para defender nuestro Paran谩 de los barcos realistas. Luch谩bamos por los ideales de estas tierras, pero ten铆amos los colores de nuestros enemigos. Por eso tom茅 la decisi贸n m谩s importante de mi vida: crear una bandera. Estoy conmovido de que sean ustedes, argentinos y argentinas, quienes la juren hoy. Les pido entonces que si realmente la aman y respetan, por sus hijos, por sus familias, por sus amigos, por lo que no quieren, (aqu铆 volte贸 y mir贸 a Cristina) por los que ya no est谩n, juntemos nuestras voces en una sola y juremos amarla y defenderla a esta bandera celeste y blanca que nos hermana a todos", convoc贸 Belgrano. Por primera vez en lo que fuera aquella barranca salvaje, devenida en el paseo m谩s conocido de Rosario, un rugido se oy贸 un谩nime: "S铆, juro". Y m谩s de uno se le puso la piel de gallina por un instante.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.