PolicÃas de la Dirección de Investigaciones allanaron un taller de electricidad del automotor en Villa Gobernador Gálvez, y encontraron 40 armas de fuego y casi 1.500 municiones de calibres diversos, bajo la sospecha de que allà funcionaba un punto de provisión --clandestino, obviamente-- a delincuentes. El dueño del comercio, sin antecedentes penales, quiso justificar semejante acopio en su afición a las armas, pero fue detenido hasta comparecer ante el fiscal Miguel Moreno, quien lo imputó en el delito de tenencia de armas de guerra y luego lo liberó hasta conocer el resultado de los peritajes que ordenó sobre cada una de las unidades decomisadas.
A partir de una serie de delitos violentos sucedidos en el verano pasado en la ciudad vecina, desde la FiscalÃa Regional encargaron a la PolicÃa de Investigaciones, a cargo del comisario Marcelo Marcos, que dilucide orÃgenes y actores de la circulación de armas en esa zona al sur de Rosario. El caso más resonante fue el asesinato de Jorge Lavezzi, tÃo del futbolista Ezequiel Lavezzi, ocurrido en febrero, en un camino barroso de la ribera villagalvense. Las averiguaciones desembocaron ayer a las 8 de la mañana en un taller de electromecánica automotor de pasaje Baigorria al 800, y en el domicilio de su titular, un hombre de 39 años, que quedó a disposición del fiscal Moreno.
Una fuente cercana a la pesquisa describió la escena descubierta como "un paraÃso para cualquier escruchante". La hipótesis es que entre tantos revólveres, pistolas, carabinas y escopetas, algunas de ellas "están calientes", como dicen en la jerga para referir que habrÃan sido empleadas en algún delito reciente. Se trata de 25 armas de puño, de calibres que van del 22 al 11.25 y 9 milÃmetros, y el resto son armas largas, más una granada de gas lacrimógeno, y casi 1.500 balas de distinto calibre.
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