La convocatoria a las urnas fue el señuelo para que Marcelo Bielsa vuelva a Ñuls. Pasadas las 9, el Loco hacÃa cola para pagar cuotas, como miles de anónimos socios, que pugnaban por llegar al cuarto oscuro. El deseo de votar fue más fuerte que ir a la búsqueda del saludo del técnico. Nadie se movió de su lugar en la fila. Del otro lado del cerco policial, los barras bramaban: "Bielsa pecho frÃo, andate de Ñuls".
Luego de casi dos horas, Bielsa se retiró del parque Independencia con el deber cumplido. Lo hicieron esperar 50 minutos para ponerse en orden con la tesorerÃa; otro tanto para llegar a la mesa de votación.
No pasó desapercibida la presencia del entrenador más exitoso de la historia rojinegra. Lo que ocurrió es que todos se concentraron en burlar cuanta traba administrativa encontraban para evitar su voto. Frente a la puerta principal, se emplazaron sobre el césped dos mesas con militantes de Socios e Hinchas Autoconvocados. Allà se orientaba al socio: "Presten atención a que en las cuotas el nombre y número de socio esté escrito con la misma birome", advertÃan. La nueva de López era entregar recibos con irregularidades para que no se les abra las puertas del cuarto oscuro.
La cola no dejaba de crecer, superaba Pellegrini. En la mesa del Mole los recursos dispuestos fueron desbordados. Quien no tenÃa plata para pagar las cuotas, se anotaba en lista y la plata aparecÃa, nadie preguntaba de dónde venÃa. Luego el turno de la fila para ingresar al estadio cubierto. Del otro lado, sobre el hipódromo, estaban los barras. Hasta allà llegaban taxis de donde descendÃan nuevos votantes. Algunos quisieron ingresar al cuarto oscuro mostrando denuncia de pérdida de DNI. La coartada le sirvió a alguno que otro. Al advertirse la maniobra, se reiteró la exigencia de DNI.
Entre tanto, Mariano Bergés -el ex juez federal que patrocina el grupo Salvemos al Fútbol- se acercó a Tribunales para denunciar que en bar de las proximidades al club conocidos barras repartÃan cuotas truchas. Y hasta se permitió votar a quienes no tenÃan las cuatro cuotas pagas, u ofrecÃan fotocopias de las mismas.
La incesante avanzada de socios sobre las inmediaciones fue nutriendo un clima de fiesta que más de algún despistado podrÃa asociar con un tÃtulo del rojinegro. Pero no. La discusión del campeonato era ajena al equipo del parque. El triunfo era mucho más importante: el socio volvÃa al club para votar.
"Ñuls es de la gente, Ñuls es de la gente", coreaban quienes ya habÃan llegado a la urna y aguardaban el desenlace de la jornada en los alrededores del vetusto Palomar. Quienes aún hacÃan cola, no se desconcentraban. Pero en eso llegó Ariel Cozzoni. Una ovación fue prueba del recuerdo que dejó la Chancha en el club. En la fila que desembocaba al cuarto oscuro los recuerdos del viejo Ñuls brotaban de boca en boca, más aún con el peregrinar de recordadas glorias.
"Se va acabar, se va acabar, la mafia se va a acabar", se entusiasmaban a cantar los estoicos socios. "Esto se llama voto cantado", apuntó otro, entre risas, mientras esperaba escuchar la primeras palabras de Guillermo Lorente como presidente de Ñuls.
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