Tal vez la expresión "Queremos saber" es una de las que mejor condensa el derecho, y en muchos casos el deseo y la inquietud ciudadana, por conocer alguna parte de la información que se produce en el universo de los tres poderes del Estado. De hecho esa fue la denominación que identificó a una de las últimas acciones encabezadas por el Sindicato de Prensa Rosario, desde su área de libertad de expresión, destinada a que la provincia de Santa fe cuenta con una ley que consagre el derecho invocado. Esta campaña que se realizó junto al Foro de Comunicación Santafesino (FOCOS) sumó la expresión favorable del más amplio espectro de entidades que conforman el campo popular: organizaciones sindicales y comunitarias, de derechos humanos y profesionales, que trabajan por los derechos de las mujeres y por la diversidad sexual, académicas, de profesionales y de damnificados por las inundación del 2003, vecinales y universitarias. También las expresiones de polÃtica partidaria. Los distintos canales de participación de la provincia, muchos del nivel nacional y aún algunas del ámbito internacional sumaron su voz a la convocatoria para que el grupo de senadores del Partido Justicialista escuchara el mensaje. Sin embargo nada pudieron las expresiones de medios masivos, algunos comunitarios y sociales. El bloque no escuchó, no vio el acto que se hizo en la puerta de la Legislatura en ocasión del 28 de septiembre "DÃa Internacional del Derecho a Saber" en 2006.
Agazapados, miedosos, pusilánimes, se quedaron encerrados en el recinto protector mientras el gran cofre, al estilo pirata, fue abierto por los supuestos martillazos que una murga y un conjunto de actores dieron a un enorme candado. De este modo fue posible que desde dentro de la gran caja de cartapesta, de bastante más de dos metros de alto, surgieran, de boca de todas las organizaciones, las preguntas sin respuesta que durante tantos, tantÃsimos años se hicieron sin que nadie se molestara en contestarlas. Ni por cortesÃa se atrevieron a arrimarse al despliegue de cánticos y discursos, cuando por el contrario mujeres y hombres de Rosario y Santa Fe fueron recibidos por quien entonces era el titular de la Cámara de Diputados, Edmundo Barrera, junto a legisladores de los distintos bloques. Vale decirlo: la actitud de Barrera y de los demás diputados fue muy valiosa, tal vez más de lo que se la pudo medir en ese momento. Los diputados, luego, supieron construir una sÃntesis de proyectos que convergieron en un único texto votado por unanimidad. Ese texto amplio, plural, sin limitaciones, perdió estado parlamentario como lo habÃan hecho todos y cada uno de los proyectos presentados, desde aquel propósito de derecho a la vista que habÃa presentado muchos años antes el entonces diputado por el demoprogresismo Carlos Favario. Mientras tanto, el texto presentado por el ex gobernador Jorge Obeid sufrió la peor de las suertes, cayó en manos, justamente, de quienes levantaban la limitación acerca de que habÃa que demostrar "interés legÃtimo" para acceder a la información. Obeid tuvo el mal tino de ingresar el proyecto por el Senado. La cultura del secreto, del sigilo, del oscurantismo se puso en marcha y nunca se detuvo, destructora y terriblemente asustadiza. ¿Qué pasarÃa si alguien pregunta de qué manera invertimos lo que se destina como subsidios?, se escuchaba decir en las conversaciones del bloque oficialista. Tanto miedo tampoco les dejó ver, a esos senadores, que la sociedad quiere y necesita saber mucho, pero muchÃsimo más que algunas cuestiones por las que sentÃan especial temor. El otro argumento falaz hablaba acerca de que tantas preguntas impedirÃan gobernar y que habrÃa que pasarse contestando preguntas. Cabe aclarar que, aún con la existencia de una ley que contemple el acceso a la información pública, si no hay una difusión masiva de la misma, si no se explica para qué sirve, será un derecho nunca ejercido. No hay práctica, no hay cultura de tantos derechos ciudadanos todavÃa y ésa es una de las principales batallas que se deberá dar, para que el "Queremos saber" surja de muchÃsimas voces santafesinas. Mientras tanto, y luego del decreto de Binner, la nueva campaña por la ley, la nueva edición de esa expresión con voluntad de conocer ya se diseña y se lanzará, otra vez, para ir por la ley.
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