Fuimos y somos mujeres militantes que desde muy jóvenes decidimos que debÃamos hacer algo para transformar la realidad. Y junto a miles de jóvenes y no tan jóvenes de los años 70 elegimos la polÃtica. Emprendimos un camino que sabÃamos difÃcil y con riesgos, donde se podÃa perder la vida. TenÃamos muchos sueños, compartidos con otros compañeros y compañeras militantes en los que deseábamos profundamente dejar a nuestros hijos e hijas un paÃs mejor y más justo.
En esa lucha perdimos a entrañables compañeros, hermanas, primos, esposos. La ruleta de la suerte nos tocó a nosotras, estamos vivas para reclamar por ellos y ellas, por Fernando, Eduardo, Ana MarÃa, Graciela y todos y todas, por las 30.000 vidas que nos quitaron.
No somos, ni queremos ser ejemplo de nada. En nuestra lucha siempre marchamos con otras mujeres y hombres que pelean por verdad, justicia y condena a los genocidas, junto a seres queridos como Fidel Toniolli que murió buscando justicia para el hijo que le arrancaron, abogados de todos los signos polÃticos que nos ayudaron desde el inicio de este largo camino de 30 años.
Nunca la sombra de la venganza nubló nuestra vista, nunca el deseo de tomar un arma y matar al asesino.
Asà crecieron nuestros hijos Fernando y Eduardo. Con otros hijos e hijas integraron la agrupación H.I.J.O.S.
Hoy son más que eso, son más que hijos de luchadores, son adultos que motorizaron incansablemente en todo el paÃs el juicio y castigo a los genocidas.
En este transitar hubo que remover obstáculos. Las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, los Indultos, las trabas que puso siempre la justicia para que se realizaran los juicios, los amigos de los genocidas, los que juraron por los estatutos del Proceso de Reorganización Nacional no aceptaban los hábeas corpus, jamás investigaron. Todo o casi la totalidad de lo aportado fue realizado por los organismos de los Derechos Humanos y los familiares de las vÃctimas.
Hoy, 33 años después comienzan en Santa Fe y Rosario los juicios a los terroristas de Estado: Un juez, la cúpula de II Cuerpo del Ejército, civiles, policÃas estarán sentados ante los jueces. Guerrieri, Amelong, Fariña, Costanzo, Pagano. ¡Qué bueno hubiera sido que también estuvieran Galtieri y Juvenal Pozzi! ¡Cuánto tiempo se perdió!
Muchas imágenes vienen a nuestras mentes, no nos atormentan, nos dan alegrÃa y fuerza por la lucha que no tendrá fin hasta que el último de los genocidas sea juzgado. No nos sentimos solas, gran parte de la sociedad nos acompaña.
*Querellantes de la Causa Guerrieri.
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