“¡CĂłmo no me voy a acordar de la Argentina! Cualquiera se acuerda del infierno, es de lo que uno más se acuerda.” He aquĂ un Copi que piensa la Argentina como un satĂ©lite deforme de la cultura italiana. Su teatro, ligado desde siempre a esa excentricidad de los bordes que hizo de ParĂs la Ăşltima repĂşblica no bananera de las letras, nos ofrece ahora un incierto copito más felliniano y funambulesco: un Copi que, como “el difunto Mattia Pascal” que imaginĂł (el humorista) Luigi Pirandello en los albores del siglo pasado, ha sabido inventarse una vida alterna, una vita nuova.
Tango-Charter –ilustrada tambiĂ©n a dos manos por Copi y por el escritor italiano, hombre de teatro y especialista en literatura francesa y en temas queer, Riccardo Reim–, instala, acaso, la posibilidad de abrir un breve capĂtulo perdido de una producciĂłn que crece y resignifica buena parte de la literatura –y del teatro– argentino contemporáneos.
Al menos, en una versiĂłn que escribe, en nuestras letras, un apĂ©ndice más de su versiĂłn extramuros, lo que implica pensar, al menos para este caso, para esta rara avis que es siempre Copi, no en un cosmopolitismo blanco (a la manera del reciĂ©n fallecido HĂ©ctor Bianciotti), sino un cosmopolitismo rainbow: teatro de la mĂ©lange y de la diáspora, teatro inefable de la “internacional argentina”, que nos debĂa aĂşn esta tana sorpresa.
Sin endiosamientos, ni museificaciones, Tango-Charter es un chiste largo (o demasiado corto) para ser representado sin el frenesĂ que requiere, como si la farsa tendiera obligadamente a un punto constante de aceleraciĂłn, a una fuga hacia adelante.
Tango-Charter es el flipbook que se nos escapa de los dedos para darnos, en una secuencia de viñetas enlazadas con la lógica de un Carroll, el vértigo de lo real.
No podrĂamos pensar a Copi (y esto ya lo dijeron Aira y Rosenzvaig), sin reflexionar acerca del velocĂmetro de sus tiradas, de sus rĂ©plicas tartajeadas y jadeantes, de sus exclamaciones profusas, de sus didascalias crispadas, de sus esticomitĂas de dibujo animado, de sus hipotiposis donde el lenguaje se centrifuga.
Copi es, acaso, el lector irreverente de los griegos que, leĂdos por los franceses, creĂan que el gran arte teatral no estaba tanto en la cháchara o el chachachá de la doctrina de las tres unidades sino en el encadenamiento de las escenas. Y aquĂ aparecen falsamente desarticuladas de este nĂşmero de varietĂ©; una carcajada que se vuelve mueca puede hacer que un viaje de placer se vuelva secuestro y extorsiĂłn, en esta Argentina que, más que nunca, es definida –para bien y para mal– como el culo del mundo.
Tango-Charter es un sketch irreverente entre dos almas en sintonĂa, que ahora, releĂdo –desde esta realidad, desde este continuo renacer de Copi– reactualiza la desfachatez y la crĂtica en torno de la argentinidad y quĂ© es, en verdad, ese difĂcil constructo de lugares comunes del libro de oro de nuestra idiosincrasia, llámense Ă©stos tango, mate, fĂştbol, dictadura, machismo, mishiadura y muchos otros etcĂ©teras que pareciera que esta versiĂłn más latina de Copi acomete con una (falsa) liviandad que, en verdad, tiene un efecto corrosivo y de gran teatralidad. No es ajena esta pieza a los ya mĂticos finales de Copi que parecen reactualizar, con fuerza de hecatombe, los deus ex machina griegos.
En definitiva, lo que parece explorar esta pieza es eso que llamamos la “tanada”, mezcla rara de Musetta y de MimĂ, y que no es otra cosa que la recuperaciĂłn compleja –y bizarra– de las filiaciones peninsulares que el alma argentina deja aflorar en este viaje-charter de dos (supuestos) italianos en trance hacia las exĂłticas pampas argentinas –patria del tango– en medio de la realizaciĂłn del sospechado –y luctuoso– Mundial ’78. Sin dejar de percibir que en el texto, en este caso reescribiendo de alguna manera a Genet, Tango-Charter es, en la pluma sostenida por Copi & Reim, un juego de roles donde aparecen gĂ©neros, nombres, nacionalidad, territorios y sexualidades, en que sĂłlo el tango –que fue procaz y prostibulario en sus orĂgenes– puede hacerlo, todo se entrevera para “nunca definirse” y asĂ reinventar el equĂvoco, el imbroglio a la Goldoni, el sinsentido Ătalo-argentino, el despelote de la gran Commedia dell’Arte criolla.
Por caso, Pablo, el proletario conserje del “hotel” en el que “cae” esta pareja de turistas tanos, bien puede: glorificar las bondades de su mayĂşsculo miembro o el mito de quiĂ©n es el argentino que la tiene más grande o más larga, reconocer que el mĂ©nage-Ă -trois parece más una versiĂłn vernácula que francesa o dejar en claro que, en el paĂs del no me acuerdo, los machos argentinos se “llenan la boca” con su virilidad, pero –en un imprevisible minuto– pueden “comerse un maridito”, sobre todo si hay guita de por medio.
NingĂşn estudio o bibliografĂa sobre la obra teatral de Copi incluye esta perdida pieza, casi inhallable, que el investigador argentino Eduardo Muslip logrĂł exhumar, desde su estadĂa en Arizona, logrando armarse de un texto que, casi como una ironĂa, atravesĂł el ocĂ©ano desde el estante de la biblioteca italiana de un geriátrico de artistas (luci del varietĂ ), para recalar en forma de –extraña, y casi ilegible– fotocopia en los arrabales del Plata.
Una vez más el internacionalismo instala una geopolĂtica compleja, de coordenadas o vectores dispara(ta)dos, donde todo tiende a la confusiĂłn: el tango y la rumba se cruzan e imbrican, el “mambo” es de pura estirpe gardeliana y la figura matriz de Carmen Miranda, como falsa bahiana o como prototipo de estrella vendida al americanismo del paĂs del Norte, sobrevuela una alteridad o un nacionalismo que shockea y que el texto impone todo el tiempo de-sar-ti-cu-lar, haciendo mutar a la “reina de las bananas en la cabeza” en la mĂtica Marcia Moretto, la cĂ©lebre e infausta bailarina argentina que supo inspirar el “Marcia baila” del dĂşo Rita Mitsouko (Marcia danse un peu chinois/La chaleur dans les mouvements d’epaules/A plat comme un hieroglyphe inca de l’opera/Avec la tĂŞte (...) Moretto comme ta bouche/Est immense quand tu souris/Et quand tu ris je ris aussi/ Tu aimes tellement la vie/ Quel est donc ce froid/ Que l’on sent en toi?/(...) C’est le cancer/Que tu as pris sous ton bras/ Maintenant tu es en cendres, cendres/ La mort c’est comme une chose impossible pour toi/ Qui est la vie mĂŞme, Marcia), y, años más tarde, el hit global en la voz del boricua Ricky Martin.
Se trata de leer el mundo desde el permiso a la arrogancia (borgeana) de la periferia, que este caso puede devenir en prepotencia y secuestro, o bien en un proceso de desenmascaramiento de la mirada “orientalista” de los europeos sobre los indios con “plumas” (¿¿gays??) de estos lares, tierra de sinvergüenzas y crápulas, tierra de fantochadas, tierra de habla canfinflera y repleta de italianismos donde los bordes son corridos, se esfuman, se trastrocan.
Todo es posible en Argentina, paĂs que puede transformarse, en un abrir y cerrar de ojos, en un inmenso “aguantadero”: las leyes se violan, el fĂştbol y la polĂtica se mezclan, las sexualidades se yuxtaponen, la realidad puede volverse narcĂłtica, una visita turĂstica puede volverse “entretenido secuestro” o acaso la Ăşltima frontera, aquella en la que los visitantes/turistas –como en el 2001– venĂan a recorrer las asambleas barriales, los cacerolazos, el crĂtico y eclĂ©ctico “glam” de nuestras villas miseria que parece haber sido ya pensado por Copi & Reim en esta alocada pieza en un acto para tres personajes que, a la manera de un cuento, debe verse (o leerse) de corrido.
Copi lo sabĂa: “El teatro es de una lentitud increĂble”.
Walter Romero tradujo del italiano Tango-Charter de Copi & Reim (Santiago Arcos y Mansalva), cuya versión bilingüe se presentará en Roma el próximo enero en el Instituto Italo-latinoamericano de Roma con la participación de Riccardo Reim.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.