McCain se opone al aborto legal, pero no tiene una actitud militante en este punto y aclara que el aborto le parece una soluci贸n adecuada en determinados contextos (como en los casos de violaci贸n). El matrimonio gay no le parece bien, pero no se atreve a decirlo con todas las letras. Cuando le preguntan sobre el punto, explica a rega帽adientes que alg煤n tipo de arreglo legal se les debiera de permitir a las personas del mismo sexo, para que manejen determinadas situaciones concretas (obra social, impuestos, etc茅tera). En s铆ntesis, McCain es republicano, y es claro que no va a defender los derechos Glttb y de las mujeres, pero por ahora carece del fanatismo de Bush.
Bush tom贸 una postura claramente reaccionaria, pero los resultados fueron mixtos. Se present贸 repetidamente como vocero de Dios, esgrimiendo que cualquier intento de 鈥渄esvirtuar鈥 el matrimonio tradicional iba contra la civilizaci贸n occidental y cristiana. Con este discurso intent贸 modificar la Constituci贸n para prohibir que cualquier estado permita casarse a las personas del mismo sexo. No logr贸 apoyo suficiente a nivel federal. Algunos estados pasaron leyes contra el matrimonio gay/l茅sbico, otros estados lo hicieron legal (como en el caso de Massachusetts). En 2003, las leyes anti-sodom铆a que exist铆an en unos pocos estados quedaron finalmente abolidas cuando la Corte Suprema las declar贸 contrarias a la Constituci贸n. Es decir, ciertos peque帽os avances de los derechos Glttb han triunfado aun con la f茅rrea oposici贸n de Bush y la derecha religiosa. Esta paradoja implica que la aceptaci贸n social de las personas Glttb se consolida al mismo tiempo que el pa铆s est谩 muy dividido en relaci贸n con estos temas. En este contexto, McCain se niega a tener una posici贸n claramente machista y homof贸bica.
Adem谩s, el fanatismo a lo Bush ha quedado asociado a una presidencia que hoy tiene muy poca legitimidad. McCain no quiere ser visto como sucesor de Bush sino como alguien diferente, un francotirador que est谩 en el Partido Republicano de casualidad. Para distanciarse, McCain necesita alejarse de su conservadurismo, pero 茅sta no es una tarea muy sencilla. Es que la derecha religiosa es muy fuerte en Estados Unidos, y si bien asumir sus posiciones lo llevar铆a al fracaso electoral, si McCain pierde el apoyo de este sector tampoco puede ganar las elecciones. McCain no puede darse el lujo de hablar como lo hac铆a Bush contra el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto, pero tampoco puede dejar de expresar su desacuerdo con estas cuestiones de manera 鈥渕oderada鈥. Ni chicha, ni limonada. Y en parte esta situaci贸n es la que lo ha llevado a elegir a Sarah Palin como candidata a vicepresidenta.
Palin es conocida por su rechazo total a cualquier tipo de aborto bajo cualquier condici贸n. Tambi茅n es una militante contra el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y estas posiciones las anuncia de manera ruidosa, al mejor estilo Bush. La imagen de McCain est谩 pensada para atraer a quienes tienen ciertas simpat铆as republicanas, pero se han cansado de los sermones dominicales de Bush. La candidatura de Palin, por el contrario, est谩 ah铆 para lxs fan谩ticxs. Entre unxs y otrxs, McCain espera poder ganar las elecciones. La situaci贸n es sumamente contradictoria y parad贸jica, al punto de que Palin apoya a la familia tradicional y al conservadurismo religioso, pero se trata de una 鈥渕ujer independiente鈥. Es que la 煤nica alternativa que el Partido Republicano tiene para ganar es reconciliar la Biblia con el calef贸n. En este marco podr铆a creerse que la derrota de McCain est谩 asegurada, pero quienes tengan esa certeza olvidan que Estados Unidos se ha caracterizado hist贸ricamente por combinar la derecha pol铆tica m谩s s贸lida con una sociedad civil profundamente liberal y progresista.
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