Los lugares turísticos, sobre todo aquellos que tienen en esa actividad su principal fuente de ingresos, suelen promocionar sus atractivos, hacer publicidad y promover el ingreso de visitantes. No es el caso de la ciudad de Palmas de Mallorca. Unas 50 mil personas marcharon ayer en contra del turismo masivo y en reclamo de cambios en el modelo turístico que afecta a esa isla, la mayor del archipiélago mediterráneo español de Baleares. “No es turismofobia, son cifras: 1.232.014 habitantes, 18 millones de turistas”, decía una de las pancartas, en alusión al número de viajeros llegados allí el año pasado.