Desde hace unos años, la ciudad francesa de Marsella –la segunda ciudad más grande del país, pero también una de las más pobres– sufre una guerra territorial entre varios clanes por el control del mercado de las drogas. Los crímenes son reiterados. Pero ayer se conoció un caso que superó todo límite de salvajismo. Un adolescente de 15 años que había sido contratado por un narco para intimidar a otro fue atrapado cuando intentaba cumplir su misión. La banda que lo descubrió le asestó unas 50 puñaladas y lo prendió fuego cuando aún estaba vivo. Francia quedó en shock.