Argentina tiene el potencial de duplicar las hectáreas cultivadas para la producción de celulosa y papel, y además cuenta con las tierras más productivas del mundo por la abundante cantidad de agua que existe en la Mesopotamia. Sin embargo, es el único país de la región que tiene un saldo deficitario en el sector de la celulosa y papel, como consecuencia de la falta de inversión. Así lo reveló un informe realizado por el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA) junto con el área de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Parte del potencial argentino radica en que los mercados internacionales requieren cada vez más papel para embalaje por el aumento del comercio digital, pero tienen poca disponibilidad de tierras para abastecerse”, sostuvo el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, durante la presentación del informe del Centro de Estudios. 

El papel Kraft que se produce en la Mesopotamia es utilizado para envases y embalajes y reemplazó al plástico como material, de acuerdo a los datos de la UIA. Existe poca disponibilidad de tierras en los principales centros productivos del mundo, de modo que el producto que fabrica el sector nacional podría prontamente transformarse en un producto de exportación. China e India aparecen como los principales centros de demanda.

Más allá de las condiciones favorables en el plano local, “el contexto internacional también resulta clave para la expansión de este sector industrial, pues tiene previsto un crecimiento del 1,3 por ciento anual hasta 2030”. El incremento de la demanda de papel de embalaje impulsado por el e-commerce es determinante en este sentido y permitirá desplegar políticas productivas que atraigan las inversiones en el sector.

Celulosa y papel

Actualmente, 1,3 millones de hectáreas son explotadas en el país, pero esa cifra podría llegar a los 3,7 millones, según estimaciones de la UIA, sin afectar a las zonas de alto valor de conservación. Entre otros puntos salientes para destacar de esta producción a nivel nacional están la abundante disponibilidad de agua en la Mesopotamia, así como la autosuficiencia energética y las diversas capacidades de investigación y desarrollo en el país.

El 78 por ciento de las explotaciones nacionales de celulosa y papel se encuentran en la Mesopotamia: el 36 por ciento está en Corrientes, el 31 por ciento en Misiones, un 11 por ciento en Entre Ríos y el restante 22 por ciento en otras regiones del país. 

Este sector representa el 1,3 por ciento del valor bruto de producción de Argentina y el 3 por ciento del empleo industrial, precisa el informe realizado en conjunto entre UIA y BID. “Tenemos los recursos técnicos necesarios para generar las herramientas que demandan las particularidades de todos los sectores industriales, porque trabajamos a diario con ellos y conocemos sus problemáticas y necesidades”, destacó Pablo Dragún, director del Centro de Estudios de la UIA.

El proceso productivo de esta rama consta de dos etapas. La primera es la extracción de la pasta celulosa, que se destina en un 80 por ciento al mercado interno y un 20 por ciento se traslada en barco hacia otros países. La segunda etapa consta de la producción del papel y el cartón, que se obtiene en un 56 por ciento proveniente de material reciclado y en un 42 por ciento de la fibra forestal. Actualmente, Argentina produce 2,4 millones de toneladas anuales de papel y el 90 por ciento de las mismas se destinan al mercado interno.