Clorindo Testa            6 Puntos

Argentina, 2022

Dirección: Mariano Llinás

Fotografía: Agustín Mendilaharzu, Miguel de Zuviría, Tomás Guiñazú

Montaje: Miguel de Zuviría

Intérpretes: Mariano Llinás, Marta López Beltrán, Ana Livingston, Agustín Mendilaharzu, Laura Paredes.

Estreno en Malba, todos los domingos a las 18.

“Esta no es una película sobre Clorindo Testa”, afirma Mariano Llinás al comienzo de Clorindo Testa. Todo un gesto de provocación. ¿Sobre qué es Clorindo Testa si no sobre Clorindo Testa? ¿Sobre Julio Llinás, padre de Mariano quien fue amigo del célebre arquitecto, y escribió un libro sobre él? ¿Sobre el libro de Julio Llinás sobre Clorindo Testa? ¿Sobre la construcción (y deconstrucción) del film Clorindo Testa? ¿Sobre el país o, finalmente, sobre Mariano Llinás intentando filmar un libro sobre Clorindo? Sobre todo ello, seguramente, serie de capas que el film va pelando, en forma sucesiva, hasta llegar a lo que más interesa a Llinás: el estado de la Argentina (“de la patria”, prefiere decir el realizador), hoy, en relación con su historia.

Sea por su talento artístico, por su brillantez intelectual, por su espíritu polemista (camorrero, incluso), por su carácter de showman o por el hecho de haber filmado una película de 14 horas, el de Mariano Llinás es sin duda "el" nombre del cine argentino contemporáneo. Clorindo Testa representa el grado máximo de esa voluntad de sobreexposición, en tanto Llinás aquí no solo actúa, como en otros films propios y ajenos, sino que es el protagonista excluyente. Protagonista de “una aventura” que deberá ser transcripta, según una de muchas asociaciones que se hacen en el transcurso del film. La aventura es la película misma, se entiende, tal como en algún sentido lo eran Historias extraordinarias y La flor, películas que tendían a desafiar límites.

Todo parte de un encargo de la Fundación Andreani, al que Llinás alude con osadía con nombre y apellido (los films de encargo suelen ocultar su condición). Autorreferencia de un film que si algo es, es autorreferencial. De allí en más, Llinás hace afirmaciones, preguntas, autocríticas y negaciones con respecto al film que se propone hacer, algunas en su propia boca (la mayoría: el autor está aquí más verborrágico que nunca), otras en boca de terceros (su brazo derecho y director de fotografía Agustín Mendilaharzu, su esposa y actriz Laura Paredes). Como un cuento de Borges, Clorindo Testa aspira a ser un enigma dentro de otro enigma.

Llinás se reúne con su madre para hablar del libro del padre, Llinás pone en escena con una actriz la reunión con las representantes de la fundación Andreani, Llinás lee fragmentos del libro del padre, Llinás revisa la película en la mesa de montaje, Llinás filma algunos edificios diseñados por Testa (los del Hospital Naval, la Biblioteca Nacional, el Banco Hipotecario, el Centro Cívico de Santa Rosa, La Pampa), Llinás canta una chanson de Michel Trenet, Llinás escribe un soneto sobre su padre y Testa. Sobre todo, compone una vez más el personaje-Llinás, carismático, enfático, compulsivo, malhumorado y tajante. De resultas de todo ello, la presencia del autor se hace sofocante, subrayando sentidos y obturando la posibilidad de que sea el propio espectador quien rellene las líneas de puntos.

Llinás juega incluso a ser incoherente consigo mismo y con el tipo de film que se propone hacer: al principio señala el riesgo de que una película como esta sea “una de esas horrendas narraciones argentinas que están de moda, donde el autor se la pasa hablando de su padre y sacando fotos del padre de una caja”… y termina revisando fotos del padre en un álbum familiar, “violando incluso el último prurito estético que quedaba”, al mostrar un video familiar en el que se ve al padre. Pero todo es una representación, una actuación. Representación de las dudas, de las certezas, de los errores. El mundo de Clorindo Testa es el mundo de Mariano Llinás, ya que es él a quien (se) le ocurre todo a lo largo de la película, echando finalmente tan poca luz sobre Clorindo Testa como sobre aquello que el autor se propone in extremis: una reflexión sobre el país. Lo único que recibe toda la luz, hasta el grado de la sobreexposición es, claro, Mariano Llinás, a quien su madre define como “un sol”. A diferencia de su ensayo previo sobre Ignacio Corsini (2021), hay demasiado sol y poco Clorindo Testa en Clorindo Testa.