El gobierno que encabezan Javier Milei y la maquinaria del empresariado argentino desprecia el diseño de políticas públicas que reconozcan desigualdades estructurales por razones de género. Dicha la -a esta altura- verdad de perogrullo, cada violación a los derechos humanos ganados por mujeres y LGBTIQNB+ , se regodea en las ganancias y acumulación inmediata de grupos concentrados, mientras despliega su avanzada contra los movimientos transfeministas, las organizaciones sociales, las políticas de cuidados, los programas de asistencia y acompañamiento, el trabajo, la salud sexual y (no) reproductiva, las crianzas y el acceso a la salud, que se agravan especialmente en las espaldas de las más pobres. Hasta hoy, la tasa de actividad de las mujeres es 18,4 puntos porcentuales menor que la de los varones y los ingresos de éstos son entre 22,6% y 26,4% mayor que los de las mujeres, lo que genera una sobrerrepresentación de las mujeres en la pobreza: conforman el 63% de las personas con menores ingresos, según el informe “8 de Marzo en perspectiva económica”, del Observatorio de Género del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), donde se desnuda la voracidad institucional que generó uno de los períodos más graves de la feminización de la pobreza y, en contrapartida, la masculinización de la riqueza.

El trabajo describe cifras oficiales del mundo del trabajo y los ingresos, y las desigualdades estructurales en la distribución de las responsabilidades del cuidado; revela también la subrrepresentación de las mujeres en los impuestos que gravan la riqueza, la ejecución presupuestaria de los programas con perspectiva de género, y aborda las medidas tomadas en los últimos meses. “Pese a que el Presidente niega la existencia misma de las desigualdades de género, las políticas llevadas adelante tienen un impacto negativo diferencial en las mujeres y diversidades”, afirma en su introducción. Vale aclarar que el análisis se desarrolla en base a las categoría binarias varón/mujer, porque en las estadísticas oficiales persiste la invisibilización de las diversidades en los principales indicadores socioeconómicos.

Desiguales

La desigualdad en el mercado laboral -20 puntos menos de tasa de actividad, 1 punto más de desempleo y casi 3 puntos más de informalidad- muestra su antítesis en los ingresos, donde la brecha alcanza el 22,6%, siendo aún más alta cuando se observa la situación de lxs trabajadorxs informales. “Es importante saber que la brecha de ingresos es una comparación de masas salariales promedio, es decir que está afectada por la menor cantidad de horas dedicadas al trabajo remunerado por parte de las mujeres, y su inserción en sectores más precarizados”, explica la docente, investigadora y economista política del CEPA, Aldana Denis, integrante del Observatorio de Género y una de las autoras del informe. “Las mujeres representamos el 63% del decil de menores ingresos y sólo el 36,9% del decil más alto. Por lo que la contracara de la feminización de la pobreza es la masculinización de la riqueza.”

¿La elaboración de este informe termina de desnudar la agenda de políticas públicas del gobierno de Milei, donde no se reconocen las desigualdades estructurales por razones de género?

--Efectivamente. Por definición, la política pública con perspectiva de género parte del reconocimiento de las desigualdades estructurales que nos atraviesan, desigualdades que se pueden medir, que se materializan en datos públicos. En tanto este gobierno niegue tales desigualdades, es esperable que sus políticas no tengan perspectiva de género.

Al 2021 -último dato disponible en la Encuesta del Uso del Tiempo (ENUT), publicada por el Indec-, el 40% de los hogares en Argentina tiene al menos una persona demandante de cuidado, y en particular el 85,6% de esos demandantes son menores de 13 años. “Esta distribución tiene impacto directo en la posibilidad de insertarse (o no) en el mercado de trabajo”, subraya el documento. “La diferencia en las horas totales de trabajo surge principalmente por la brecha en las horas dedicadas al trabajo no remunerado, donde las mujeres a diario destinan en promedio seis horas y media (6:31), en comparación a las tres horas y cuarenta minutos (3:40) de los participantes varones.” En aquellos hogares que tienen demandantes de cuidado, las brechas se ahondan.

¿Qué implicancias tiene en la inserción en el mercado del trabajo remunerado y en qué sectores se profundiza la carga de tareas no remuneradas?

-Según la ENUT, los varones dedican en promedio 1:32 horas diarias más que las mujeres al trabajo remunerado. Es imposible analizar este dato sin tener en cuenta la brecha que existe en las horas dedicadas al trabajo no remunerado, donde las mujeres destinan casi tres horas diarias más que sus pares varones. En ese marco, ellas se insertan en sectores con mayores tasas de informalidad y peores salarios, principalmente el trabajo en casas particulares, salud y educación. En definitiva, se chocan con un “techo de cristal” para llegar a puestos jerárquicos y con “paredes de cristal”, para acceder a sectores históricamente masculinizados.

La economista Aldana Denis señala que el ataque contra los transfeminismos radica en la negación de las desigualdades estructurales


La devastación

Ese plan macabro de desertificación que describió María Pía López en este diario con motivo del "Pacto de Mayo", está provocando la devastación de las políticas públicas con perspectiva de género en clave de premisa negacionista y afrenta desembozada contra la marea institucionalidad que los feminismos construyeron en los últimos años. “El punto de partida de esta avanzada contra la lucha del movimiento feminista radica en la negación misma de las desigualdades existentes”, advierte el informe. “(…) hoy estamos ante un retroceso, tanto a nivel nacional como subnacional.”

Con la clausura del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad sobrevino la eliminación de otras áreas específicas dentro del ex Ministerio de Obras Públicas y del Ministerio de Economía, con un marcado sesgo de géneros en clave de persecución. “La reducción del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad a una subsecretaría y el desmantelamiento de las políticas públicas con perspectiva de género llevadas adelante por el Gobierno nacional, se enmarcan dentro de un discurso oficial que ubica al movimiento de mujeres como uno de sus principales blancos. En tanto se encuentran sobrerrepresentadas en la pobreza, sufren más el desempleo y están mayoritariamente a cargo de las tareas de cuidado; el peso de la crisis recae mayoritariamente sobre ellas", subraya Denis. "Las desigualdades existentes implican que cualquier decisión de política económica no sea neutral al género.”

¿Qué acciones reflejan los mayores impactos?

--Para empezar, la devaluación llevada a cabo en diciembre, más la desregulación de numerosos sectores de la economía, tuvieron un impacto sobre el nivel de precios que derivó en una pérdida de 20 puntos de poder adquisitivo de los salarios en sólo dos meses. A largo plazo, no se registran antecedentes de una caída semejante. Esto también produjo una licuación de las jubilaciones y prestaciones sociales, con un marcado sesgo de género, en tanto las mujeres representan el 68% de los beneficios del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), además de su sobrerrepresentación en las jubilaciones mínimas, explicada en gran parte porque el 78,3% de las jubilaciones de mujeres fueron otorgadas vía moratoria, es decir, cobran la mínima. Otros dos ejemplos de decisiones cuyo impacto no es neutral al género son la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), que significaba en promedio un 12% del salario docente y afecta a un sector muy feminizado, ya que las mujeres representan el 77,3% del personal docente en educación inicial, primaria y secundaria. Y el Programa Registradas, que buscaba promover la formalización de las trabajadoras de casas particulares, garantizar sus derechos y su inclusión financiera, y fue dado de baja por el Gobierno en diciembre pasado.

También la prórroga del Presupuesto 2023 implicó reducciones muy gravosas en términos reales de todas las políticas etiquetadas como PPG (Presupuesto con Perspectiva de Género).

--En 2024 hay un total de 20 programas etiquetados como parte del Presupuesto con Perspectiva de Género, destinado a la reducción de las brechas existentes. Representan menos de la mitad de los programas etiquetados en 2023, que eran 42. Más allá de las etiquetas, la prórroga del Presupuesto 2023 implica una caída del PPG de 64% en términos reales. Esto está explicado, fundamentalmente, por la caída de las prestaciones previsionales por moratoria (-56%), el Potenciar Trabajo (-52%), las Pensiones No Contributivas (-67%), la Asignación Universal para Protección Social (-67%) y Construcción de Centros Territoriales de Políticas de Género (-67%), entre otros.

Más la falta de ejecución presupuestaria en políticas vinculadas a la infraestructura de cuidados.

--Por ejemplo, el fortalecimiento edilicio de jardines de infantes. No quiero dejar de mencionar esa falta de ejecución presupuestaria, producto de la paralización de la obra pública, y además el programa conocido como Ley Brisa, que otorga una reparación económica para hijas e hijos de víctimas de femicidios. A esto se suma el Programa Mil Días, el apoyo al Plan Nacional de Primera Infancia, Salud Perinatal, por nombrar sólo algunos.

Desde su primera letra hasta las notas al pie, este trabajo aporta información concreta y visibiliza las principales brechas. Es caja de herramientas que caracteriza el esfuerzo colectivo en la reproducción de la vida. “Condición necesaria, pero no suficiente, para construir una sociedad más justa e igualitaria”, definen junto con Aldana Denis el resto de sus autoras, la directora del CEPA y diputada nacional de Unión por la Patria, Julia Strada, Carolina Berardi, Amy Paladín, Dolores Castellá, Florentina Martoccia, Lucila Rivolta, Julia Rigueiro y Romina Figuerola. “Creo que este documento es una herramienta necesaria para ayudar a desarmar el relato de destrucción del Estado y de todo lo relacionado con perspectiva de género”, reflexiona Denis. “Estamos en un momento donde vuelven discusiones que pensábamos saldadas, donde para sostener un discurso muy misógino se ignoran o niegan datos que muestran la realidad de las mujeres y diversidades. Entonces más que nunca es imprescindible que podamos aportar a la discusión con rigurosidad y con un lenguaje accesible.”

El informe completo: www.centrocepa.com.ar/genero