Las ventas en los supermercados santafesinos cayeron un 10,3% interanual durante el mes de febrero y acumulan una baja del 14,9% interanual, contemplando los dos primeros meses del año. Los datos relevados por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), dan cuenta de una caída apenas menor que el promedio nacional que fue del 11,4%. “Subieron tanto los precios de los supermercados que la gente compra menos en cantidades, porque no le alcanza para mantener el mismo nivel de consumo que febrero del año anterior”, explicó la economista Celina Calore, en diálogo con Rosario/12. La semana pasada el organismo también informó que la inflación en los supermercados santafesinos fue del 8,82% en marzo, acumulando una suba interanual del 418,29%.

Esta semana el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) publicó que las ventas en supermercados cayeron un 11,4% interanual durante febrero de 2024. En el acumulado de los dos primeros meses del año, el informe registra una baja del 12,7% respecto a igual período de 2023. Según el Ceso, en los supermercados santafesinos la baja fue del 10,3% interanual en febrero, con una caída acumulada interanual del 14,9% durante el primer bimestre del año. “Lo que medimos es la venta de los supermercados en cantidad; cuánto vendieron los supermercados en términos reales, es decir, descontando la inflación”, explicó Calore.

Las ventas en los supermercados santafesinos cayeron por tercer mes consecutivo, luego de las bajas interanuales de los meses de diciembre (15,4%) y enero (19,4%). Los únicos dos rubros que aumentaron durante febrero son Panadería y Artículos de limpieza y perfumería, mientras que los rubros que más cayeron fueron Artículos electrónicos, Indumentaria y Verdulería.

“Lo que tenemos es una variación interanual de las ventas nominales, que es la facturación de los supermercados, con un crecimiento del 296,5%, pero los precios en el mismo período crecieron un 341%. Entonces, cuando uno lo deflacta, lo que tenemos es una caída en las ventas de los supermercados en cantidades, o en términos reales, del 10,3%”, detalló la economista del Ceso. “Nosotros tomamos el dato de la variación de Santa Fe, publicado en el informe del Indec, y lo deflactamos con nuestro índice de precios de supermercados, que creemos que es más pertinente, porque justamente nosotros medimos los precios en esos mismos supermercados que venden”, añadió.

Para Calore, la lectura que se desprende de esos datos va por dos carriles que se cruzan: los precios de los productos se incrementaron de forma considerable, al mismo tiempo que los ingresos de las familias se deterioraron. “Lo que se denota es una pérdida del poder adquisitivo de los hogares y por eso las familias llenan cada vez menos el changuito. Subieron tanto los precios de los supermercados que la gente compra menos en cantidades, porque no le alcanza para mantener el mismo nivel de consumo que febrero del año anterior”, evaluó. “Los salarios no llegan a compensar la inflación y eso es pérdida de poder adquisitivo que te hace comprar menos alimentos, en general, que es lo que uno compra en los supermercados”, remarcó.

El aumento en los supermercados

La semana pasada el Ceso publicó el Índice de Precios de Supermercados (IPS) de marzo, que mide la inflación en los supermercados santafesinos. Durante el mes pasado los precios aumentaron un 8,82%, con una variación interanual del 418,29%. Además, la inflación acumulada durante el primer trimestre del año fue del 41,90% según el registro. El número mensual marca una desaceleración en la inflación de los supermercados, en relación a los meses anteriores.

“Veníamos de aumentos muy importantes. En diciembre, con la devaluación tuvimos una inflación en los supermercados de Santa Fe del 50%. Desde ese pico empezaron a desacelerar, hasta llegar a este 8,82%, Por eso hay que mirarlo en perspectiva: no es que está bajando la inflación, sino que se desacelera después de un salto brutal que tuvimos meses atrás”, analizó Calore.

El informe del organismo también registró una suba del 7,75% en la canasta básica alimentaria, acumulando una suba del 37,12% en el primer trimestre del año y un incremento interanual del 370,19%. En ese marco, un adulto necesitó $128.358,95 para cubrir sus necesidades alimentarias básicas y una familia tipo necesitó $396.629,16 para no caer en la indigencia.

 

“Si bien está desacelerando los precios en los supermercados, hay otros componentes de la inflación en general que siguen muy fuertes, que tienen que ver con los precios regulados. Ahora van a empezar a llegar aumentos en tarifas, transporte y combustibles y hay que estar atentos a su impacto”, advirtió. “Se trata de los precios sobre los cuales el gobierno tiene algún tipo de injerencia, pero de los que decidió correrse. Y en el segundo trimestre va a impactar ese retiro del Estado en todo lo que es servicios públicos, básicamente”.