Martes, 26 de octubre de 2010 | Hoy
CULTURA DIGITAL › RED HAT HARá LOS NUEVOS PASAPORTES
La empresa de software libre más grande del mundo acaba de firmar un acuerdo con el gobierno nacional y ganó la licitación para hacer los pasaportes. “Red Hat no vende cajitas”, dicen en el Gobierno.
Por Mariano Blejman
Red Hat, el gigante de sombrero colorado del software, ha facturado 750 millones de dólares en el último año sin vender una sola licencia de software en todo el mundo. ¿Cómo? La empresa fundada en 1993 por Bob Young y Marc Ewing, actualmente asentada en Raleigh, Carolina del Norte, tiene tres mil doscientos empleados y cotiza en Bolsa desde 1999. Red Hat es probablemente, junto con Ubuntu, IBM y una decena de empresas en el mundo, un ejemplo que demuestra que no es necesario vender licencias de software para tener grandes ganancias (como sí venden Microsoft o Apple). Red Hat tiene siete productos basados en sistemas de código abierto, que usan el kernel Linux: entre ellos, Fedora, Enterprise Linux y las flamantes plataformas de computación en las nubes JBoss y la de virtualización. Son productos libres y gratuitos. ¿Cómo se puede ganar tanto dinero si no hay que pagar por el uso de licencias? El modelo que propone Red Hat –cuyo software se puede usar, copiar, estudiar y mejorar libremente– es el de los programas como servicios.
Red Hat firmó dos importantes acuerdos con el gobierno nacional, según confirmó en exclusiva a Página/12 Eduardo Thill, el subsecretario de Tecnologías de Gestión, de la Secretaría de Gestión Pública, de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Por un lado, Red Hat será el encargado de la conformación del nuevo sistema de pasaportes argentinos hasta ahora tercerizado. Por otro lado, gracias a un convenio marco, cualquier administración del Estado nacional podrán tener a Red Hat como referente en soluciones tecnológicas con las mismas condiciones de los acuerdos a gran escala, permitiendo una disminución en los precios de hasta el 30 por ciento. “Cerca del 60 por ciento de los sistemas del Estado nacional son soluciones de software libre o de código abierto, y estamos en crecimiento”, dice Thill, antes de enumerar los sistemas que permiten funcionar a la Anses, la AFIP, el PAMI y el Ministerio de Economía. Thill –quien no está de acuerdo con que el software de código abierto se imponga por ley– reconoce que el acuerdo marco les permitirá tener transferencia de conocimientos sin depender de una sola empresa proveedora de la licencia, ni tampoco depender físicamente de los desarrolladores de los proyectos, algo que sucedió en el pasado debido al crecimiento desprolijo de los proyectos de software libre dentro del Estado. “Lo importante es que Red Hat es una empresa de servicios de valor agregado, no una empresa vendedora de cajitas”, dice Thill.
Red Hat no sólo contribuyó a decenas de proyectos de software libre, sino que compró una gran cantidad de software propietario y liberó su código para que la comunidad de programadores pueda trabajar sobre él. Según datos de febrero de 2009, Red Hat era la corporación que más había contribuido al kernel Linux, el corazón de los sistemas de código abierto. Red Hat salió a la Bolsa el 11 de agosto de 1999, siendo el octavo primer día más grande en la historia de Wall Street, aunque con la ruptura de la burbuja de la primera oleada de las puntocom sus acciones se desplomaron. En los últimos años, el precio de las acciones no paró de subir, sobre todo después de que se desatara la crisis económica mundial el año pasado: en tiempos de crisis, las soluciones baratas y robustas llevan la delantera. Forma parte del Nasdaq-100 desde diciembre del 2005.
Es el sponsor principal de Fedora, una distribución de GNU/Linux basada en código abierto que tiene grandes aportes de la comunidad de software libre, y su modelo de negocio está basado en desarrollos con apoyo comunitario, con un sistema basado en soporte por suscripción, además de cobrar por los “entrenamientos”. Entre otros proyectos, Red Hat ha trabajado en el programa OLPC (One Laptop per Child, o Una Laptop por Niño), creado por miembros del MIT para intentar crear computadoras de precios menores a cien dólares, y produce la revista digital Red Hat Magazine, donde licencia el contenido libremente para su uso y copia. Según los propios programadores, el único competidor directo no es otro que Microsoft Corporation, aunque también habría que mencionar a Ubuntu, IBM, Mandriva, Novell, Oracle, entre otros.
Para la filial de Red Hat en Argentina, que tiene cerca de sesenta empleados, la noticia del acuerdo marco con el gobierno nacional implica “tratar a cualquier repartición del Estado como un gran cliente”, según Germán Soracco, gerente regional de ventas de Red Hat. El Gobierno trabaja con soluciones de software de código abierto desde hace unos diez años, aunque la crisis de 2001 fue la oportunidad para incorporar software sin licencias pagadas paulatinamente. “Aunque en cierta forma se hizo de manera desprolija”, dice Thill, permitiendo la dependencia de los encargados de los proyectos. El inmenso tamaño y la metodología de Red Hat permitirá una cierta estabilidad en la transferencia de conocimientos hacia las administraciones, dicen los empresarios. “Queremos darle contención dentro del marco de software público”, dice Thill, que, siguiendo la idea del gobierno de Brasil, propone que el software (libre o privado) realizado para el sector público esté automáticamente disponible para otras reparticiones. Sin embargo, en materia de software de escritorios pareciera haber un largo camino por delante: al lado de la foto de Eva Perón, el despacho de Thill tiene un protector de pantalla con las ventanitas de Microsoft Windows.
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