Miércoles, 13 de junio de 2012 | Hoy
CIENCIA › DIáLOGO CON CLAUDIO MENéNDEZ, DOCTOR EN CIENCIAS DE LA ATMóSFERA E INVESTIGADOR DEL CONICET
En la interacción entre el suelo y la atmósfera se juegan variables importantes desde el punto de vista climático, como el balance del agua. Cómo funcionan esos procesos a nivel regional es una pregunta necesaria para la agricultura y los ecosistemas.
Por Leonardo Moledo
–Usted sabe que yo siempre empiezo estos diálogos más o menos igual, pero hoy voy a cambiar.
–Bueno, me parece bien.
–¿Qué es lo que investiga usted aquí, en este laboratorio?
–No veo que haya cambiado mucho...
–Yo tampoco...
–Bueno, yo siempre trabajé con modelos climáticos, modelos físico-matemáticos de una complejidad muy grande, porque simulan todos los procesos presentes en la atmósfera y algunos incluso toman en cuenta otros factores que influyen en el clima, como el océano o la vegetación. Mi doctorado lo hice con un modelo de muy alta escala, que tiene una resolución muy alta y sirve para simular períodos cortos...
–¿Eso qué quiere decir?
–Períodos cortos de aproximadamente tres días. Después hice un posdoctorado en Francia, donde trabajé con modelos climáticos globales: modelos de atmósfera, primero, y luego modelos en donde está acoplado también el océano. En esta época me dediqué a investigar la interacción entre el hielo marino y la atmósfera (y en parte también el océano).
–Y ahora... ¿cuál es su tema de investigación? ¿Qué es lo que no sabe y quiere averiguar?
–Actualmente mi investigación tiene que ver con el modelado climático a nivel regional, donde “regional” significa para nosotros Sudamérica, con énfasis en la región en que vivimos, la cuenca del Plata. El tema que estoy desarrollando en este último tiempo es el que tiene que ver con la interacción entre los procesos que ocurren en la superficie del suelo y los procesos que ocurren en la atmósfera, en particular las precipitaciones.
–¿Y qué es lo que quiere averiguar ahí?
–Una cosa que querría averiguar es si existen zonas de Sudamérica en las que la interacción entre el suelo y la atmósfera sea más importante que en otras...
–¿Y hay?
–Sí, existen. De acuerdo con nuestros primeros resultados, la zona del nordeste de Argentina, Uruguay y sur de Brasil es una zona en la cual, potencialmente, este tipo de procesos es más importante, en comparación con otras zonas como la Amazonia o la Patagonia...
–¿Y cómo son estas interacciones?
–Básicamente las componentes que intervienen son, desde el lado del suelo, la humedad que contiene (un factor muy importante para nosotros). En la interfase suelo-atmósfera, es muy importante la evapo-transpiración, es decir, la evaporación normal desde el suelo sumada a la evaporación a través de la vegetación. Y después estudiamos los feedbacks que ocurren con la precipitación y con la temperatura. En esa cadena tratamos de relacionar estas cuatro variables.
–El suelo aporta la humedad y la transpiración, la atmósfera aporta...
–La precipitación y pone condiciones, por ejemplo, de temperatura.
–¿Cómo interactúan esas variables?
–La evapo-transpiración, por ejemplo, es una variable clave, que muchas veces no es tenida en cuenta. Desde el punto de vista climático, influye en diferentes balances muy importantes, como ser el balance del agua.
–Cuénteme qué es eso.
–Llega precipitación al suelo, esa precipitación en parte se acumula, en parte se escurre y en parte vuelve a evaporarse. Entonces, por un lado, en el balance de agua interviene la evapo-transpiración. También interviene en el balance de energía en la superficie, donde tenemos un balance entre la radiación neta en la superficie (o sea, la radiación solar que llega y lo que devuelve la superficie) y otra serie de cosas de la superficie, como el flujo de calor sensible (el suelo se calienta y emite calor), flujo de calor latente (básicamente, la evaporación, y se llama calor latente porque la evaporación al subir en la atmósfera se enfría, condensa y en el cambio de fase libera una enorme cantidad de energía). Después hay otros balances que están siendo estudiados más recientemente, como, por ejemplo, el que tiene que ver con el ciclo del carbono y el mecanismo de respiración que tienen las plantas, y ahí también la evapo-transpiración es un factor clave. Así que estamos viendo que la evapo-transpiración es algo que interviene en diferentes áreas. Lo que estamos tratando de entender entonces con mi grupo son estos diferentes procesos, para poder determinar cómo funciona a nivel regional y cómo nos afecta a nosotros.
–¿Y esto tiene consecuencias prácticas? Para la agricultura, por ejemplo...
–Yo diría que sí. Mis colegas agrónomos, por ejemplo, se muestran muy interesados en el tema. Pero también es muy interesante para los ecólogos. Desde el punto de vista de la agricultura, es obvio que el contenido de agua en el suelo es fundamental. A su vez, el tipo de vegetación y el tipo de uso que se le dé al suelo tiene mucha importancia desde el punto de vista de la atmósfera, porque los diferentes tipos de plantas o de vegetación van a tener diferentes propiedades para la evaporación, para el flujo..., o sea que van a intervenir de una forma u otra en este tipo de feedback que estamos analizando. Y también tiene mucha importancia en el tema de las sequías.
–La sequía se produce...
–Básicamente, por falta de precipitaciones.
–Que se produce por...
–Diferentes motivos. Una vez que uno tiene una condición seca de superficie en determinada región, si el feedback es negativo, esa condición se va a reforzar y va a tender a ser cada vez más seca; en cambio, si el feedback fuera positivo, la sequía inicial tendería a revertirse. Puede llegar a pasar que por alguna razón se favorezcan condiciones más húmedas y se revierta. Hay ejemplos en el mundo.
–A ver...
–Ayer, justamente, leía un paper sobre Sudáfrica. Pero antes de eso, una aclaración. Normalmente, cuando uno habla del feedback entre humedad del suelo y precipitación, se dice que es positivo, lo cual significa que si tengo más humedad en el suelo voy a tener más precipitación. En general, es así, o viceversa. Pero unos colegas sudafricanos encontraron que en una región de Sudáfrica el feedback es negativo, es decir, que condiciones más secas en superficie favorecieron la ocurrencia de más precipitación. O al revés: condiciones más húmedas de superficie bajaron la precipitación.
–¿Y por qué ocurría eso?
–Básicamente, cuando había más humedad en el suelo tendía a ser más fría la superficie, lo cual modificaba la circulación de forma tal que, en vez de favorecer la precipitación, la desfavorecía. O sea que hay ejemplos de los dos lados, con lo cual se puede decir que no es obvio que una región dada vaya a responder de una manera determinada.
–Lo que hace entonces es tipificar estos mecanismos para la zona de Sudamérica.
–Claro. En el marco de un proyecto europeo...
–¿Por qué europeo?
–Porque tenemos una colaboración con Europa desde los años ’90. Hemos tenido varios proyectos de colaboración, en este caso para estudiar la Cuenca del Plata.
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