Miércoles, 5 de septiembre de 2012 | Hoy
CIENCIA › DIáLOGO CON ENRIQUE CORTI, DECANO DE LA ESCUELA DE HUMANIDADES UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTíN (UNSAM)
La Universidad Nacional de San Martín cumple 20 años y su Escuela de Humanidades consolida su proyecto en el conurbano bonaerense junto a sus líneas de investigación y producción. Aquí va un repaso de su historia, sus grupos de trabajo y su incidencia hoy.
Por Leonardo Moledo
–Aprovechando los veinte años que se cumplen del nacimiento de la Unsam, me gustaría que repasáramos el contexto en el que nació la Escuela de Humanidades.
–La Escuela de Humanidades no formó parte del proyecto inicial de la Universidad. El proyecto institucional inicial incluía Ciencia y Tecnología, Economía y Negocios y una Escuela de Posgrado. Claro que ninguna institución se gesta en el vacío, ajena al contexto histórico y social. La ley de creación data de 1992, las primeras actividades académicas fueron por 1994. Es interesante recordar que la Universidad Nacional de San Martín se constituyó como un paraguas para reunir a todas las entidades que estaban en el Polo Tecnológico Constituyentes por 1997, cuando el gobierno de Menem estaba desarticulando el Plan Cóndor, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el entonces Centro de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas (Citefa, hoy Citedef) y el Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), para eso se crea la Escuela de Ciencia y Tecnología. Por su parte, la Escuela de Economía y Negocios surge para comenzar a prestar un servicio para las pequeñas y medianas empresas del partido de San Martín que, como consecuencia de las políticas económicas por entonces, estaba diezmado...
–...como el resto del conurbano...
–Y la Escuela de Posgrado recibe posgrados originados en otras entidades que no tenían carreras de grado en otra universidad. Ese es el contexto inicial. Luego sí empezó a desarrollarse la acumulación crítica de recursos humanos que dan lugar, en el año 1999, a la creación de la Escuela de Humanidades.
–¿Qué áreas reúne?
–Esta Escuela reúne actualmente una diversidad de actividades que básicamente se agrupan en Filosofía, Educación, Letras y una carrera de Historia que terminamos de aprobar el año pasado. En el área de Educación, en 2011 hemos suscripto un convenio con las universidades nacionales de Tres de Febrero y de Lanús para llevar adelante un Programa de Doctorado en Educación, donde la Unsam está presente a través de Juan Carlos Tedesco. Además, estamos repensando el rol de las Humanidades. Creamos una comisión, integrada por Horacio Crespo, Gastón Burucúa, Elida Lois y personalidades de las diversas disciplinas concernidas, a efecto de pensar las Humanidades hacia el interior de la Escuela y en el marco de la Universidad.
–¿Qué quieren repensar?
–El rol fundamental y regulador de las humanidades. Para nosotros, investigación, estudio y creación son pilares fundamentales de la vida de la Escuela, entendemos que el diálogo entre los saberes y las prácticas debe ser un hábito, la experiencia debe ser fuente de reflexión y la producción ser un objetivo pedagógico central. La Escuela se formó a partir de la concentración de investigadores y docentes, que no necesariamente eran equipo, como Elida Lois, Gastón Burucúa, Hugo Tricárico, Miguel de Azúa, Diego Hurtado de Mendoza, Juan Manuel Palacio, Héctor Palma, Pablo Semán, entre muchos otros. De aquello que en un principio no era un equipo, uno de los objetivos institucionales –y desafío a la vez– fue constituir un conjunto que trabaje compartiendo sus ideas en humanidades, más allá de sus procedencias, y eso ha sido siempre y ahora más que nunca el objetivo de la Escuela. No es casual que esta universidad haya sido regida desde su creación por actores provenientes de las Humanidades, tanto el primer rector, Daniel Malcolm, como el actual, Carlos Ruta. Tiene mucha vigencia el proyecto Humanidades en la Unsam, también por su ubicación, en el conurbano bonaerense.
–¿Por qué lo dice?
–Las dos facultades de Filosofía más próximas son Filosofía y Letras, de la UBA, y Humanidades, de la Universidad de La Plata. En el conurbano no hay otra carrera de Filosofía de grado en una universidad pública.
–¿Cuántos alumnos tiene?
–La Unsam tiene 15 mil alumnos. No es una universidad masiva, nunca lo fue. De esos alumnos, casi dos mil están matriculados en la Escuela de Humanidades, que tiene un desarrollo importante en el área de educación virtual. En estos momentos, el campus virtual de la Unsam tiene prácticamente la misma cantidad de alumnos que el de la Universidad de Quilmes, que acredita una tradición en esta área. Originalmente se pensó que el hecho de la virtualidad competía con calidad de la educación y realmente no sólo no es así, sino que es bastante más difícil llegar a buen puerto en una carrera a distancia que en una carrera presencial, porque la presencialidad genera una cierta comodidad que la virtualidad no tiene y por lo tanto mantiene la vigilia académica de un modo más intenso.
–¿Usted de qué área proviene?
–De la filosofía medieval, soy investigador del Conicet desde 1985 y me dedico a la investigación en hermenéutica textual, especialmente en textos del siglo XI.
–De la filosofía del siglo XI podemos conversar en otra entrevista, ahora cuénteme respecto de los proyectos de investigación de la Escuela.
–Actualmente se desarrollan cerca de 15 proyectos que reúnen más de 50 investigadores, auxiliares de investigación, becarios y tesistas de posgrado.
–En distintos centros de estudio, ¿no? Cuénteme a qué se dedican.
–El Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Técnica José Babini y el Centro de Investigaciones Jorge Furt desarrollan su actividad en torno de valiosos repositorios documentales: la biblioteca de José Babini y el fondo de la biblioteca de Jorge Furt, uno de cuyos principales tesoros es el archivo documental de Juan Bautista Alberdi. En ambos casos hay un objetivo común: la salvaguarda del patrimonio cultural argentino. En el Centro Babini se investiga el desarrollo institucional de la ciencia en la Argentina y en la historia de la energía nuclear, desde el punto de vista de los estudios comparativos. También hay un proyecto en marcha sobre filosofía de la biología.
–Y el Centro Furt se dedica a...
–A relevar los manuscritos del archivo documental de Juan Bautista Alberdi. La figura de Alberdi como estadista, jurisconsulto y escritor es enorme, y la repercusión de su obra escrita en la formación del Estado argentino es crucial, por lo tanto se trabaja para dar a conocer los cuantiosos materiales de su archivo que aún permanecen inéditos, para cuya publicación se han estipulado los recaudos filológicos e históricos de rigor.
–¿Y en Filosofía?
–El Centro de Estudios Filosóficos reúne cerca de una decena de investigadores del Conicet que desarrollan sus investigaciones allí. Edgardo Castro, Hugo Bauzá, yo mismo, entre otros. Las áreas con mayor desarrollo son Hermenéutica y Fenomenología, Filosofía Moderna, Filosofía de las Ciencias.
–¿En el área de las ciencias de la educación?
–La Escuela alberga una red de cátedras de didáctica a nivel nacional. El Centro de Estudios en Didácticas Específicas estudia desde la pedagogía, la didáctica y la psicología del aprendizaje, la problemática que implica la comunicación de los saberes propios de cada disciplina, en especial, las condiciones que deben crearse en las situaciones de enseñanza y de aprendizaje, los comportamientos de los alumnos ante estímulos específicos, la problemática de la comunicación intrainstitucional y las formas de gestionar la enseñanza.
–Trabajan también en la problemática del analfabetismo.
–Sí, justamente mañana en el Ministerio de Educación comienza el Sexto Seminario Internacional sobre Alfabetización y Educación Básica de Jóvenes y Adultos, organizado por nuestra Cátedra Pablo Latapí, que será inaugurado con una conferencia del experto en políticas educativas doctor Juan Eduardo García-Huidobro, de la Universidad Alberto Hurtado de Chile. Impulsamos el debate del problema del analfabetismo y la desigualdad en el acceso al saber como una de las grandes deudas de la modernidad.
–¿Algo más que quiera agregar?
–Cuando en el 2006 el poeta español Antonio Gamoneda recibió el Premio Cervantes con un equipo de documentalistas filmamos un documental producido por la Escuela de Humanidades y por el Círculo de Bellas Artes de Madrid y editado en Europa. Fue una entrevista conceptual. En ella, Antonio Gamoneda en un momento dice: “La belleza no es para cobardes”. Yo hoy diría: “Las Humanidades no son para cobardes”. Eso es lo que las hace apasionantes.
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