La eliminación era un hecho. Los tres goles de Liga Universitaria en Quito eran determinantes, pero los tantos de Silvera y Mareque cambiaron el panorama. Con el resultado abierto a pesar de la derrota 3-2, Independiente saldrá hoy a la cancha en busca de una victoria que le permita alcanzar la final de la Copa Sudamericana, una instancia a la que no llega hace 15 años.

El conjunto dirigido por Antonio Mohamed necesita ganar por cualquier marcador sin que le conviertan, o incluso vencer 2-1, para revalidar los goles que anotó en tierras ecuatorianas. En caso de que los locales se impongan 3-2, la definición quedará para los penales.

Con ese objetivo, el entrenador dispondrá un dibujo táctico más ofensivo, con una línea de tres defensores, cuatro volantes y tres delanteros, con el ingreso del atacante mendocino Martín Gómez, en lugar del mediocampista de contención Fernando Godoy.

Pero más allá de los nombres, no será sencillo el desafío que tendrá Independiente, ya que Liga, actual campeón del certamen, suma una amplia experiencia en partidos definitorios, entre los que se cuenta la última Recopa Sudamericana, que se adjudicó en condición de visitante ante Estudiantes. El equipo ecuatoriano jugó dos partidos en la Argentina este año, y empató ambos sin que le convirtieran goles: contra Estudiantes, en la final de la Recopa y, recientemente, contra Newell’s en Rosario.

“Es un partido muy complicado, con un equipo difícil, que se agranda en estos compromisos, pero tenemos que hacer valer la localía. El plantel está entero y con mucha fuerza para revertir el resultado”, aseguró Lucas Mareque, autor del segundo gol en Quito, que renovó el aire en Avellaneda. “Creo que si quedábamos tres goles abajo, la llave estaba resuelta allá en la altura”, añadió el ex lateral del River.

Por su parte, Liga, comandado por Edgardo Bauza, planteará un esquema diferente, pues también apostará por una defensa con tres hombres, pero poblará la mitad de la cancha con cinco volantes y buscará herir a su rival de la mano del uruguayo Juan Salgueiro como enlace y Hernán Barcos como único atacante definido.

Con un empate en el Libertadores de América, los ecuatorianos se clasifican. Pero su problema radica en el cansancio. Y eso se nota en el físico. Liga llegó a Buenos Aires pendiente de la recuperación de tres jugadores con lesiones: Salgueiro y Barcos, que finalmente estarán de entrada, y el ex Tigre Carlos Luna.

El equipo se encuentra fatigado en el último tramo del año a causa de una seguidilla de partidos que afronta en este torneo y en el de su país. Si se cuenta el de esta noche, serán cuatro partidos en una semana: tras la victoria del jueves pasado en el encuentro de ida, volvió a jugar el lunes por el campeonato doméstico, cuando venció 2-1 a Nacional, y al día siguiente igualó 1-1 con Deportivo Quito, que le permite liderar el campeonato. Además, tiene programado disputar un partido el viernes, en el cierre de la competencia ecuatoriana. Un trajín más arduo que el de Independiente, ya que ubicado en el fondo de la tabla con 13 unidades, dedicó sus fuerzas directamente a la Copa, pues si se corona campeón obtiene su plaza para la Libertadores del próximo año. Algo que por los puntos en el torneo Apertura, hasta el momento, no alcanza.